Jackson Pollock: el más cotizado

Jackson Pollock: el más cotizado


Por Ignacio Zaldívar
A fines de enero se cumplió el centenario del nacimiento del mayor representante del expresionismo-abstracto, el movimiento plástico más importante de los Estados Unidos, Jackson Pollock.
Algunos, incluso sostienen que el apoyo que le dio la CIA al artista durante un período fue para posicionar a los americanos en el mundo del arte, en épocas de la Guerra Fría. Sufrió de alcoholismo toda su vida y solamente dos años estuvo alejado de la bebida. Por culpa de ella, se estrelló con su auto cuando contaba tan solo 44 años, en 1956. Fue el creador de la “action painting”, que consiste en el chorreado de pintura con un palo sobre la tela, que posaba sobre el suelo para trabajar sin que la misma se deslizara.
Su vida fue reflejada en una película memorable, protagonizada por el inigualable Ed Harris; allí se hace la apología de la mujer, que era una gran artista y abandonó todo para tratar de curarlo de su alcoholismo y ayudarlo en su labor: se llamaba Lee Krasner.
Gran influencia tuvo en el artista el mexicano David Alfaro Siqueiros, de quien hay un estupendo trabajo mural en el Museo de la Casa de Gobierno en Buenos Aires. Le dictó un curso donde le enseñó el uso de nuevas resinas y del aerógrafo. Su obra es escasa y en los últimos 25 años solamente se han ofrecido en el mercado de subastas 49 pinturas, 65 dibujos y 63 grabados; a manera de comparación, se ofrecen 1.400 obras de Picasso y Warhol por año.
La obra vendida en mayor suma en la historia es la titulada “Número 5”, realizada en 1948, que fue comprada por el enigmático financista mexicano David Martínez hace cinco años en u$s 140 millones. Mide 244 por 122 cm. y seguramente está en el Penthouse frente al Central Park, con buena vista desde el piso 76, que costara u$s 50 millones hace una década. El coleccionista tiene su principal domicilio en Londres, pero la obra estaría en Nueva York.
El vendedor fue el productor David Geffen, que una semana antes había vendido una obra de De Kooning en u$s 137,5 millones, siendo ésta la segunda más cara. La tercera está en la Quinta Avenida y calle 79, en el Neu Museum, que es propiedad del heredero de Estheer Lauder. Es el retrato de Adele Bloch-Bauer que costó u$s 135 millones. Todas han sido ventas privadas. Le siguen las rematadas de Picasso “desnudo” en u$s 106,5 millones, y la escultura de Giacometti, “Hombre que camina”, que se pagó u$s 104,3 millones y la compradora fue la viuda de Edmon Safra.
Pollock fue becado por Peggy Guggenheim y en su casa-museo de Venecia hay obras memorables, pero mi favorita es la que se encuentra en el Museo Nacional de Australia, en Canberra, titulada “Blue Poles Numero 11”. Fue la pintura moderna más cara de la historia, cuando el marchand inglés, pero nacido en Argentina, Thomas Gibson la vendió en u$s 2 millones, generando en Australia un gran debate por lo que consideraban un precio disparatado. Hoy se vendería en más de u$s 200 millones (cien veces más).
Algunos de sus dibujos se han pagado u$s 2,5 millones, y algún grabado u$s 90.000. Su cotización ha subido un 140% en la última década, algo extraordinario si vemos las pocas obras que salen al mercado.
EL CRONISTA