El perfil de Facebook, a salvo de miradas extrañas

El perfil de Facebook, a salvo de miradas extrañas

Facebook es siempre noticia, sea por sus 800 millones de usuarios (de los cuales unos 17 millones son argentinos) o por nuevas funciones que introduce con frecuencia, para exasperación de muchos de los participantes de esta red social.
La semana última su fundador, Mark Zuckerberg, admitió frente a la Comisión Federal de Comercio (FTC) de Estados Unidos el haber cometido varios errores en la construcción de los esquemas de seguridad del sitio (ver www.lanacion.com.ar/1428895 ).
Los últimos ataques a Facebook incluyen spam pornográfico (a mediados de noviembre) y un gusano que fue identificado a principios de semana y que se extiende por la red en forma de una foto de dos chicas remitida por un contacto; en rigor, la foto tiene contenido maligno que llevará al usuario a una supuesta página bancaria, donde intentará esquemas varios de phishing.
Estos son, sin embargo, embustes técnicos: a mediados del mes último, Nelson Novaes Neto, jefe de seguridad de UOLDiveo (un proveedor de telecomunicaciones brasileño), demostró cómo podía lograr ser aceptado como amigo por un usuario de Facebook en 24 horas, clonando la cuenta de un amigo que ya había sido aceptado, y enviando cientos de solicitudes a terceros que tuvieran algún tipo de contacto con la víctima en Facebook y LinkedIn, según publicó el portal UOL Noticias. Es decir, pura ingeniería social, ganando la confianza de los más inocentes primero para usarla como sello de autenticidad ante los más desconfiados.

Cuenta segura
Esto no significa que estemos a merced de cualquiera y que todo lo que ponemos en Facebook esté en peligro. Pero es importante configurar la cuenta en forma correcta, algo que se aplica tanto para adultos como para los chicos, hábiles en el uso de la herramienta, pero no siempre conscientes de lo que implica tener presencia personal en Internet y compartir información con una audiencia potencial de 800 millones de usuarios.
Es recomendable, por ejemplo -y esto se aplica sobre todo a los chicos-, evitar dar información precisa de dónde vivimos, las formas disponibles para ser contactados, nuestros hábitos, etcétera, lo mismo que publicar fotos que permitan ubicar geográficamente nuestro hogar.
También, desconfiar de desconocidos que insisten en querer ser nuestros amigos, o que comparten inesperadamente enlaces a páginas remotas o archivos diversos; si varios de nuestros contactos están publicando eso mismo, y con textos similares, es probable que se trate de alguna infección digital.
Lo primero por definir es la seguridad de la cuenta. Aquí se aplican los consejos básicos para cualquier servicio basado en la Web: usar una contraseña de al menos 8 caracteres que combine letras, números, mayúsculas y símbolos; cerrar la sesión después de usar la computadora pública para evitar que otro pueda entrar a nuestro perfil, y activar una conexión segura que encripte los datos que viajan entre nuestro equipo y los servidores de Facebook.
Esto último se define en el apartado Seguridad de la configuración de la cuenta; cliqueando en el botón triangular al lado de Inicio, en la parte superior derecha de Facebook, o yendo a https://www.facebook.com/settings?tab=security .
Luego habrá que cliquear en Editar en la línea que dice Navegación segura y poner un tilde a Usar Facebook a través de una conexión segura siempre que sea posible . En esta misma pantalla es posible extremar medidas para tener un mayor grado de control sobre cómo se accede a nuestra cuenta.
Activando las notificaciones de inicio de sesión , por ejemplo, es posible recibir un alerta vía e-mail cuando se accede a nuestro perfil desde una computadora o celular nuevos, una forma que tiene Facebook de avisar de un posible acceso indebido de nuestro perfil.
También podemos pedir que Facebook exija un código adicional a la contraseña cuando iniciamos sesión, algo útil para quienes usan máquinas públicas, como las que hay en los cibercafés.
Facebook permite, además, generar contraseñas para determinadas aplicaciones; aquí no importa tanto la seguridad de la cuenta como el uso de servicios no aptos para menores, por ejemplo (o para evitar que los chicos usen la cuenta de los padres).

La privacidad
El botón triangular también permite acceder a la configuración de la privacidad, desde la que es posible definir parte del funcionamiento interno de Facebook, y qué relación tendrá nuestro perfil con otros de esta red social.
Así veremos una página con tres opciones: Amigos , Público o Personalizado para la configuración de privacidad predeterminada, y elegir en cada caso, en el apartado Cómo conectas , qué tan público es nuestro perfil: quién puede ver los datos de contacto, si aparece en las búsquedas generales, quién puede publicar en nuestro muro o enviarnos solicitudes de amistad.
También, si permitiremos que nos etiqueten en fotos y si eso se hará automáticamente o quedará pendiente de nuestra revisión; si habrá sugerencia de etiquetas cuando un amigo sube fotos a la Web de Facebook, y si nuestros contactos podrán etiquetarnos en un lugar (para el servicio de esta red social que se parece a Foursquare; básicamente permite publicar que fulanito está en tal lugar).
En el apartado Aplicaciones y sitios Web es posible definir qué aplicaciones publican automáticamente en nuestro perfil y también qué sitios externos reconocen nuestro usuario de Facebook y personalizan su aspecto para aprovechar esto, algo que para muchos es extender demasiado la presencia de la red social más allá del propio sitio de Facebook, incluyendo Bing, el buscador de Microsoft, TripAdvisor (un sitio de turismo) y varios servicios de recomendaciones de cine, música, etcétera.
En Búsqueda pública es posible definir si nuestro perfil aparecerá en búsquedas externas a Facebook o no, si alguien pone nuestro nombre en Google, por ejemplo.
Por último, Facebook ofrece una opción para limitar la visibilidad de publicaciones antiguas y hacer que estén disponibles sólo para amigos y no totalmente públicas.
Para comprobar si nuestro perfil en esta red social se ajusta a lo que esperamos, es posible simular una vista, es decir, mostrarlo tal como lo debería ver un contacto determinado; para eso hay que ir a nuestro perfil (haciendo clic en nuestro nombre en Facebook) y luego cliquear en el botón Ver como ; una caja de diálogo permitirá ingresar el nombre de un contacto para mostrar qué verá y qué no de nuestro perfil.
En lo que refiere a las publicaciones en sí, Facebook introdujo algunos cambios en los últimos tiempos, respondiendo a lo que ofrecen sus principales competidores ( Twitter y Google+ ). Así, ahora es posible definir, para cada actualización, quién podrá verla: si amigos, familiares, conocidos u otro grupo de contactos que hayamos predefinido, usando el botón que está al lado de Publicar .
En esa misma caja de texto Facebook agrega nuestra ubicación geográfica; si queremos evitar que la publique hay que cliquear la caja que muestra dónde estamos. Si Facebook desconoce nuestra ubicación sólo mostrará el típico símbolo con el pin para mapas.
La categorización de nuestros contactos la hace la red social, y asume -sobre todo para los que teníamos antes de estos últimos cambios- que son amigos; si cliqueamos en la lista de contactos de nuestro perfil podemos asignarles grupos para así segmentar mejor qué le contamos a quiénes.
Facebook también introdujo el concepto de suscripciones; al igual que en Twitter o Google+ podemos ver las actualizaciones del perfil de usuarios de Facebook que no nos han aceptado como amigos, y viceversa. Si vamos a nuestro perfil, luego a Suscriptores y luego a Editar la configuración (un botón arriba a la derecha en la página de Facebook) es posible definir quiénes pueden ver nuestras actualizaciones públicas en sus líneas de tiempo, para tener el mayor control posible sobre qué parte de nuestra vida compartimos con el mundo.
LA NACION