04 Feb Cuidar también el buen morir
Por Vilma Tripodoro
Se habla confusamente de la “muerte digna”, pero la dignidad es una condición humana y el modo de morir tiene que ver con el respeto a las creencias, la libertad, la identidad y la integridad de la persona enferma.
Por ser humana, la vida ha de ser reconocida en toda su dignidad y la muerte no es sino su final.
La vida no es un bien absoluto : no existe una obligación de emplear tratamientos solamente para prolongar la agonía. Estos a veces se transforman en crueles procedimientos para retrasar una muerte inevitable.
Y ciertamente no es lo mismo permitir morir , cuando ya no existen tratamientos proporcionados, que dejar morir o acelerar la muerte .
La pregunta que nos debemos hacer no es solamente hasta dónde seguir, si se debe retirar o no iniciar ciertos tratamientos en situaciones irreversibles. La pregunta es: ¿a quién?, ¿cuándo? y ¿cómo? se le debe limitar el tratamiento que recibe. Las personas son únicas no sólo en su singularidad sino que, ante la experiencia de la enfermedad que amenaza la vida, sus emociones, sus pensamientos y sus prioridades son únicas y debemos prepararnos para esto como equipos de salud.
Cuidar significa “dar buena vida”, pero es también “brindar buen morir”. Los objetivos de cualquier tratamiento médico son los de mejorar el estado de salud del paciente, curar la enfermedad, mejorar la calidad de vida y aliviar el sufrimiento. Si estos objetivos no se pueden lograr, aunque se pueda mantener latiendo un corazón u oxigenando los pulmones con un respirador, sólo lograrán posponer la muerte.
Cualquier procedimiento o tratamiento que sólo logre prolongar una agonía es considerado fútil, es decir, inútil . Los cuidados paliativos reafirman la importancia de la vida pero aceptan que la muerte es un fenómeno natural.
La dignidad en el proceso de morir se fortalecerá en la sociedad en la que vivimos en la medida en que los cuidados paliativos estén disponibles para todos.
CLARIN