Un magnate ruso competirá con Putin por la presidencia

Un magnate ruso competirá con Putin por la presidencia

El magnate Mikhail Prokhorov, uno de los hombres más ricos de Rusia, anunció ayer que competirá con el primer ministro Vladimir Putin en las elecciones presidenciales que se celebrarán en marzo de 2012. La irrupción de multimillonario ruso en el proceso electoral coincide con el creciente descontento popular con el oficialismo, acusado de cometer múltiples irregularidades en los recientes comicios legislativos.
Prokhorov, que según la revista Forbes posee la tercera fortuna de Rusia , estimada en unos 13.000 millones de euros, había decidido evitar enfrentarse directamente a Putin, pero las masivas protestas convocadas por la oposición la semana pasada contra el gobierno han mermado la popularidad del primer ministro, que aspira de nuevo a la presidencia del país, un cargo que ya ejerció entre 2000 y 2008.
“Esta es, probablemente, la decisión más importante de mi vida”, dijo el magnate a los medios. Reconoció que recabar las firmas necesarias para registrar su candidatura ante la Comisión Electoral Central no será tarea fácil y afirmó que no centrará su campaña electoral en las críticas al oficialismo. “La crítica debe ocupar no más del diez por ciento del trabajo; yo quiero centrarme en lo que voy a hacer”, dijo el empresario a los medios locales.
A los 46 años, Prokhorov es propietario del 17% de la empresa Rusal, líder mundial en la producción de aluminio, y del 30% de Polyus Gold, el mayor productor ruso de oro. Es dueño, además, del equipo norteamericano de básquet New Jersey Nets. En 2007 fue centro de atención de la prensa por un breve arresto en la localidad de esquí francesa de Courchevel por un presunto tráfico de prostitución.
El multimillonario reveló que se propone crear un nuevo partido para competir con Rusia Unida, la formación política de Putin y del presidente Dimitri Medvedev que obtuvo la victoria en las elecciones parlamentarias con cerca del 50% de los votos.
Algunos medios rusos bautizaron al empresario el “Berlusconi ruso”, una comparación que el magnate no desdeñó: “Berlusconi lo logró, de algún modo, y lo hizo bien durante un período prolongado”, afirmó.
Prokhorov se desmarcó de las protestas organizadas en Moscú y varias ciudades rusas en los últimos días. “Todas las revoluciones acaban con un gran derramamiento de sangre y una fuerte caída de los niveles de vida; por eso estoy a favor de los cambios evolutivos”, señaló.
El magnate, que espera recibir el respaldo de la clase media rusa, ya intentó dar el salto a la política en mayo pasado como líder del partido liberal Causa Justa, un intento frustrado por el Kremlin.
Prokhorov no es el primer oligarca que decide desembarcar en política. En 2003, el magnate petrolero Mikhail Khodorkovski pagó con la cárcel su decisión de financiar a la oposición.

Millonarios a la cárcel
Años antes, en 1996, los oligarcas rusos lograron manejar la reelección de Boris Yeltsin contra el retorno de los comunistas. Pero con la llegada de Putin al poder, en 2000, todos aquellos empresarios que manifestaron ambiciones políticas fueron forzados a abandonar el país o terminaron en la cárcel, como Khodorkovski, tras ser acusados de corrupción u otros delitos en investigaciones orquestadas por el Kremlin, según la oposición.
De acuerdo con la reforma constitucional de 2008, a partir de las próximas elecciones los mandatos presidenciales serán de seis años con posibilidad de reelección, por lo que Putin podría mantenerse en el poder hasta 2024.
Tanto el líder comunista Guennadi Ziuganov como el dirigente del partido socialdemócrata Rusia Justa Serguei Mironov anunciaron que se enfrentarán a Putin en las elecciones presidenciales. El Partido Comunista fue la segunda fuerza entre las más votadas en las elecciones legislativas, con cerca del 20% de los votos y un crecimiento espectacular respecto de los comicios de 2007. Rusia Unida, aunque conservó la mayoría en la Duma (Parlamento), sufrió un fuerte castigo electoral, con una caída de cerca de 15 puntos.
El oficialismo vive sus días más tensos de los últimos años. Tras las denuncias de fraude electoral por parte de la oposición y de los observadores internacionales, Putin y Medvedev tuvieron que escuchar las críticas de la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, que mostró públicamente su preocupación por las irregularidades detectadas.
Las marchas convocadas por la oposición la semana pasada -las más numerosas desde la caída de la Unión Soviética- forzaron a Medvedev a prometer que investigaría las denuncias, pero la oposición, crecida, exige ahora la convocatoria de unas nuevas elecciones, algo a lo que el régimen se ha negado.
LA NACION