26 Jan “Siempre es bueno poder regular las emociones”
Por Miguel Márquez
Unico sobreviviente de un batallón de soldados que murió de sed en el desierto y moribundo ahora sin causa aparente, el paciente se debatía en agonía. Moriría sin remedio. La autopsia determinó luego la causa: deshidratación. Curiosamente, en la mesa de luz del enfermo había quedado la jarra de agua con su contenido intacto. No sé si el personaje de este cuento sintió al dejarse morir, tal vez por la culpa de haberse salvado antes, esa “sensación de sed” de la que me habla ahora mi entrevistado y que define como una de las emociones primordiales. Simplemente porque lo que hace esa emoción es despertar una necesidad que empuja al individuo (no al héroe de ficción) a la búsqueda de una solución para lograr la supervivencia. “Originalmente una emoción era una respuesta abrupta e instantánea de distintos sistemas corporales -el cognitivo pero también los biológicos- como respuesta a un estímulo que venía de afuera”. Pero no se emocione tanto, porque esta definición es para las neurociencias incompleta y a las antiguas emociones como la ira y el miedo agrega también afectos, sentimientos, estados de ánimo (depresión, euforia), respuestas al estrés y a otros impulsos motivaciones como los relacionados con el sexo, el hambre, y que se prolongan en el tiempo bajo el nombre de estados emocionales. También suma al estímulo de afuera, las necesidades propias, internas. Si logró retener todo hasta aquí, considérese apto para lo que sigue.
Miguel Márquez, autor de los encomillados anteriores, dirigió durante años la carrera de Médico Especialista en Psiquiatría de la UBA, y será nuestro guía para tratar el tema de un próximo congreso internacional: “¿Cómo regulamos las emociones? De la psicopatología a la Neurociencia”. O la pregunta que a mí me gusta más: ¿Es necesario regularlas? Pero vayamos despacio.
¿Cuál es el mecanismo psicofisiológico que caracteriza a una emoción?
Son descargas que se realizan desde áreas cerebrales a otras áreas del cerebro o al resto del cuerpo y que movilizan desde indicaciones hormonales, descargas motoras, alertas cognitivas, recuerdos, para producir una representación, un feeling, una interpretación de ese sentimiento. Hacemos ‘como si’ estuvieramos en una situación y después el comportamiento se dedica a resolver el problema de esa situación. Entonces estas emociones que regulan el comportamiento, al mismo tiempo tienen que ser reguladas para que su expresión sea la adecuada.
¿Cuando habla de regular lo hace porque no quiere usar controlar?
Controlar da la sensación de que la emoción es un proceso que se desboca y debe limitarse su exceso, pero hay oportunidades en que la emoción peca de déficit, como en algunos estados depresivos.
Seamos maniqueístas: ¿Es bueno o malo regular las emociones?
Si partimos de la base de que está en juego la supervivencia no puede ser otra cosa que bueno. La persona que no regula las emociones tiene una chance de vida biológica -expresada en aumento de presión arterial, movilidad de azúcar y de grasa- menor en calidad y cantidad a los que regulan sus emociones. Esto no quiere decir andar por el mundo insensible, sin sentir, ni experimentar ni expresar, sino experimentar y expresar en su justa medida.
¿Quién en última instancia determina la justa medida?
No sé quién sino qué. Y contesto: el adecuado funcionamiento, el logro de metas con el menor costo posible, el éxito en la vida familiar, laboral y social junto a un bienestar físico razonable.
No era que uno estaba somatizando (transformando problemas psíquicos en síntomas orgánicos de manera involuntaria) si no dejaba aflorar sus emociones?
La emoción tiene un correlato biológico, hormonal fisiológico, de los sistemas vegetativos independientemente de que uno la muestre o no la muestre.
¿Qué hay de consciente y de inconsciente en regular la emoción?
En la mayoría de los casos los mecanismos de regulación son automáticos e inconscientes, pero los hay de los dos tipos. Cuando se producen comportamientos dirigidos a metas o cuando se producen reacciones desafiantes es probable que intervengan mecanismos combinados.
¿En qué casos se medican drogas para regular las emociones?
Si uno plantea las emociones como procesos instantáneos, no hay manera de manejarlas, pero resulta diferente si hablamos de estados emocionales sostenidos en el tiempo. ¿Cuándo? No hay casi ninguna patología en que la emoción no esté incluida como elemento, pero casi no hay ninguna patología que sólo sea un desarreglo emocional (salvo en la personalidad border), con lo cual más que definir por regular o no las emociones debe analizarse el cuadro clínico completo del paciente.
¿Los medicamentos son entonces domesticadores del comportamiento?
Como toda herramienta puede ser bien o mal usada. Es decir, los medicamentos pueden usarse como domesticadores del comportamiento, pero en buenas manos son más bien promotores de un comportamiento más ajustado.
Todos los medicamentos tienen contraindicaciones, pero si uno lee las de un psicofármaco se asusta.
Le diría más. De muchos medicamentos ni siquiera sabemos cómo funcionan o por qué funcionan como lo hacen. La decisión de medicar supone un análisis de ventajas y desventajas. Si finalmente el psiquiatra concluye que un paciente logrará una serie de comportamientos más saludables que si no los toma, recién entonces receta. Hoy creo que es una estupidez decir que no hay que dar medicamentos como es una estupidez decir que se debe sacar la pastillita para todo.
¿Alguna vez sintió que no regulaba sus emociones?
Sí, en alguna situación ligada a lo social y, en otra oportunidad, en una situación de pánico. No fueron momentos agradables.
CLARIN