Revelan errores al tomar la presión

Revelan errores al tomar la presión

Por Fabiola Czubaj
En nuestro país, cada vez más adultos dicen que se controlan la presión. Y según la Encuesta Nacional de Factores de Riesgo, 3 de cada 10 tuvieron la presión alta en por lo menos uno de esos controles. Pero el mayor estudio epidemiológico sobre la hipertensión que se realiza desde hace cinco años revela que la medición habitual sobreestima los valores de la presión real en 1 de cada 20 personas. En los hipertensos, en cambio, los subestima en 1 de cada tres.
Esto, según el director del Proyecto Cardiorisc, sobre más de 150.000 pacientes, refuerza la necesidad de trazar un “mapa” de la presión durante 24 horas antes de indicar exámenes más costosos y hasta medicación en los casos sospechosos.
“Comprobamos que la toma en la consulta ofrece un control adecuado de la presión en apenas el 24% de los casos, mientras que con el monitoreo ambulatorio esa cifra crece al 51,2 por ciento. Eso demuestra que el monitoreo es más preciso, lo que reduce las consultas innecesarias, los estudios y los tratamientos”, dijo a La Nacion el doctor Luis Miguel Ruilope, jefe de la Unidad de Hipertensión del Hospital Octubre, de Madrid, y responsable del proyecto de la Sociedad Española de Hipertensión y la Liga Española para la Lucha contra la Hipertensión.
De visita para participar del I Encuentro de Expertos, organizado por la Sociedad Argentina de Hipertensión Arterial (SAHA), el nefrólogo español comentó que para la investigación mil médicos de atención primaria recibieron un dispositivo para registrar durante un día la presión diurna cada 15 minutos y la nocturna cada 20 minutos.
Esto se hace con un brazalete similar al que se usa para tomar la presión en el consultorio, pero conectado con un dispositivo portátil que va colgado del cuello, debajo de la ropa. El equipo toma automáticamente entre 70 y 80 mediciones diarias.
“El monitoreo ambulatorio de la presión arterial o MAPA es especialmente necesario cuando se trata de conocer los valores de los pacientes con alto riesgo cardiovascular -señaló-. La toma en la consulta es muy útil, pero no siempre refleja la presión real: puede ser buena en el consultorio y no en el monitoreo, o viceversa. Por lo tanto, tomar decisiones diagnósticas y terapéuticas sólo según el control en la consulta puede terminar causando problemas.”
Uno de los motivos de esa alteración en el consultorio es la ansiedad circunstancial de estar frente al médico. “El 35% de estos hipertensos «nuevos» en teoría tiene hipertensión de guardapolvo blanco”, dijo.
Aunque aseguró que esa variación no es sinónimo de enfermedad, recomendó controlar a esos pacientes “porque podrían ser hipertensos en 6, 8 o 10 años”. El seguimiento incluye un MAPA cada 2 años y la modificación del estilo de vida (mejorar la dieta, hacer ejercicio, dejar de fumar, bajar de peso si es necesario y comer poca sal). “Si una persona propensa a ser hipertensa hace las cosas bien, controlará el riesgo”, aseguró.
Y aunque está demostrado que ese cambio de hábitos da buenos resultados, su cumplimiento es bastante bajo. “En general, la adherencia a un estilo de vida adecuado es mala. En mi unidad -dijo Ruilope-, los pacientes que lo necesitan adelgazan, dejan de fumar, comen menos sal? Pero, al año, sólo el 10% sigue haciendo todo razonablemente bien. Es muy poco.”

En el día a día
El 25-30% de los argentinos tiene presión alta, que es lo contrario a la hipotensión, cuadro que motivó la suspensión de la agenda presidencial en los últimos días.
“La hipertensión ya es una enfermedad tan universal que es muy difícil que un médico no atienda a hipertensos. De modo que muchos ya cuentan en el país con la tecnología para el MAPA”, dijo el doctor Daniel Piskorz, presidente de la SAHA.
A partir de los datos de Cardiorisc, Gran Bretaña acaba de disponer que a todo hipertenso “nuevo” detectado en consultorios de atención primaria se le haga el monitoreo. Para eso, actualizó las guías de manejo de la enfermedad, luego de que un equipo de la Universidad de Birmingham publicara en The Lancet la relación costo-efectividad del MAPA.
En España, en tanto, se cumple el refrán: en casa de herrero, cuchillo de palo. “La administración sigue fría a implementar esta técnica. Principalmente, por falta de sensibilidad a todo aquello que sea costo-efectivo. El valor del dispositivo no es alto y con cada aparato se pueden controlar por año 250 pacientes posiblemente hipertensos, de los que se excluirá a 60, que es mucho”, sostuvo Ruilope.
Aquí, las guías que la SAHA publicó este año recomiendan usar el MAPA para confirmar el diagnóstico en pacientes con hipertensión de guardapolvo blanco u oculta; con presión “limítrofe” (? 120/80 mm Hg); con síntomas de hipotensión, sobre todo en diabéticos y adultos mayores, y en embarazadas con sospecha de hipertensión gestacional. También, para evaluar la presión nocturna o llegar a una conclusión cuando los valores varían en distintas consultas o entre el consultorio y el hogar.
El médico español consideró viable equipar un centro de salud con por lo menos 3 dispositivos de monitoreo, además de contar con la técnica en los consultorios de atención primaria, de medicina del trabajo y las farmacias. “Son un lugar donde mucha gente se toma la presión. Sólo se necesita saber interpretar los resultados.”
LA NACION