Reglas para los líderes mundiales en el Año Nuevo

Reglas para los líderes mundiales en el Año Nuevo

Por Philip Stephens
Las resoluciones de Año Nuevo están hechas para no ser cumplidas. Entonces, los políticos deberían ahorrarnos la catarata habitual de promesas vacías del 1 de enero. Es sano aprender de la experiencia y, en este espíritu, incluimos algunas normas de manejo que podrían ser útiles para cuando los líderes políticos tracen la ruta a seguir en el 2013.
Las guerras estadounidenses en Irak y Afganistán han dado testimonio elocuente de los límites del poder. El poderío militar siempre será importante, pero en un mundo fuertemente ligado a la interdependencia económica, hacer amigos e influir sobre las personas es muy importante.
Hay expectativas de que Xi Jinping adopte una línea más dura que su antecesor Hu Jintao para afianzar el poder de China. Es poco probable que las tensiones entre Pekín y sus vecinos por los reclamos en conflicto sobre los mares de China del Sur y del Este se disipen debido a la elección de un gobierno más nacionalista conducido por Shinzo Abe en Japón.
Xi, sin embargo, podría reflexionar sobre lo sucedido desde que China abandonó el enfoque pasivo de Deng Xiaoping a las relaciones internacionales. Los vecinos de China se han puesto en su contra y el “pivote” del presidente Barack Obama vio el regreso de Estados Unidos como una potencia del Pacífico. China no puede librar una guerra económica contra Japón sin un costo significativo para el país. Incluso las grandes potencias necesitan aliados.
Por otra parte, el ruso Vladimir Putin y Benjamin Netanyahu de Israel a menudo parecían regocijarse en forma aislada. ¿El resultado? La influencia global de Rusia se ha reducido a obstruccionismo en la ONU. Israel está comenzando a quedarse muy sola. Haga algo
La lección más frecuentemente olvidada en la política es que no hacer nada es una opción política – y una que puede resultar tan peligrosa como ser decisiva. El presidente francés François Hollande es de los que harían bien en reconocer los peligros de la pasividad. Mis amigos en París me dicen que el presidente tiene pleno conocimiento de la necesidad urgente de restablecer la competitividad de la economía con el fin de evitar el destino de algunos de
socios de Francia en la eurozona. Hasta ahora, sin embargo, Hollande se conforma con no hacer mucho. El cambio forzado por una crisis de confianza en los mercados sería más difícil – para el presidente y para el electorado francés.
Hay una lección más general para la eurozona. Angela Merkel ha surgido como líder indiscutible en Europa, pero su enfoque obsesivamente cauteloso ante la crisis del euro viene con una etiqueta de precio considerable. Si la moneda ahora parece segura, es a causa del activismo de Mario Draghi, el presidente del Banco Central Europeo. El peligro es que la audacia de Draghi haya animado a los gobiernos – acreedores y deudores por igual – para posponer nuevamente las opciones incómodas necesarias para asegurar una recuperación sostenida.

Camine y. . .
Demasiados líderes piensan que pueden hacer una sola cosa a la vez. El mensaje de Washington es que Obama fijó la reconstrucción de Estados Unidos como el objetivo de su segundo mandato. Algunas cuestiones de política exterior – la más obvia, el enfrentamiento entre Israel y los palestinos – están destinadas a permanecer en un segundo plano. ¿No dijo alguien alguna vez que un presidente estadounidense debe ser capaz de caminar y mascar chicle al mismo tiempo?
Mejorar la economía será la prioridad de todos los líderes. La realidad, sin embargo, es que el mundono se detendrá para permitir que Obama se dedique a los desafíos internos de EE.UU. Por una parte,Netanyahu parece estar más o menos decidido a arrastrar a EE.UU. a una nueva guerra en Medio Oriente – esta vez contra Irán. Por otra parte, por mucho que a veces me gustaría que las cosas fuesen de otra manera, EE.UU. sigue siendo la potencia indispensable. El momento unipolar puede haber pasado, pero son pocos los problemas graves en todo el mundo que pueden resolverse sin la participación de EE.UU.

Adelantarse a los hechos
Esto va para David Cameron, el primer ministro de Gran Bretaña. El desventurado Cameron cometió el error de no reconocer que lo que puede parecer una táctica inteligente a menudo conduce a los políticos a callejones sin salida. Después de pasar un año tratando de apaciguar y complacer a los euroescépticos de línea dura de su partido Conservador, de repente se dio cuenta de que Gran Bretaña se dirige a la salida de la Unión Europea.
No creo que este fuese el objetivo de Cameron. Pero las promesas que les hizo a los euroescépticos de que él podía garantizar “un nuevo acuerdo” que le permitiría a Gran Bretaña ser selectiva en su relación con el bloque chocaron con el hecho incómodo que los otros 26 miembros no están tan interesados en esa idea. Merkel se sintió ofendida por el torpe intento de chantajear a la eurozona para que haga concesiones a cambio de que Gran Bretaña acepte una mayor integración. Hollande ya estaba harto de la pérfida Albión. Cameron promete un referéndum que podría dejar a Gran Bretaña varada al margen de su propio continente.

Y finalmente…
Jugar (más o menos) limpio
Oeste y este, norte y sur, democráticos y autoritarios – la mayor amenaza para los líderes actuales provienen de un resentimiento cada vez mayor acerca de la injusticia. En las economías avanzadas, la percepción (y muchas veces la realidad) es que los ricos se quedaron con todos los beneficios de la globalización, mientras que el resto permanece en la austeridad. La chispa que encendió los levantamientos en Medio Oriente provino de la ira popular por la corrupción presente en todos los niveles de la sociedad. Xi advirtió que la corrupción podría arruinar el gobierno del Partido Comunista Chino y está en lo cierto. Nadie espera una utopía igualitaria, pero las clases medias viejas y nuevas miran amenazantes los privilegios del 1%.
EL CRONISTA