01 Jan Punta del Este, polarizada como nunca
Por Loreley Gaffoglio
Polarizada, desigual y arbitraria. Así arrancó la temporada esteña: el lleno se dibuja casi total para las zonas de mayor gravitación económica y el glamour comenzó a destellar más temprano -o más puntual- que en otros años, con arribo masivo de argentinos unas cuantas horas antes de la cita inaugural, que aquí es la fiesta de Lacoste.
Pero pocas veces como ahora los contrastes asomaron tan marcados: la Punta y una extensión no menor de La Mansa “llora” la ausencia de esa masa crítica de argentinos de clase media que en otros años le aseguraban al balneario una prodigalidad más ecuánimemente repartida.
Por eso, en boca de los uruguayos, se hace palpable cierto malestar por las medidas del gobierno argentino que les restringe a ellos el flujo de dólares y de ingresos. “La cuerda siempre se corta por el lado más fino”, se quejan en esas zonas, donde los carteles de alquiler continúan intactos y las mesas de los restaurant se perfilan más vacías que en otros años.
Ese descontento no pasa inadvertido. Quedó plasmado ayer en el diario El País, donde quedó claro que el resquemor apunta directamente a las medidas del Gobierno y no a los veraneantes argentinos. Pero, para consuelo charrúa y también para equilibrar la balanza, están los brasileños, que en número cada vez son más y, además, gastan el doble que los argentinos.
Si bien la bonanza aquí es bien selectiva y mira a las áreas de moda, no todo fueron rosas en esas zonas: le tocó a José Ignacio -también con menos europeos y norteamericanos que en otras épocas- estrenar una ola de inseguridad, con seguidilla de robos en casas y chacras, que le valió al comisario local su remoción. Ello obligó a un ágil refuerzo policial en ése y otros enclaves, como Manantiales, que también fue víctima de la delincuencia, de lo que también dio cuenta la prensa local.
Al margen de los grandes eventos sociales que aquí monopolizan gran parte del interés de los veraneantes, el runrún esteño se posa por estas horas sobre Pal Sarkozy, el artista plástico húngaro, padre del presidente francés, Nicolas Sarkozy, que pisa por primera vez suelo esteño.
Arribado hace cuatro días, llegó para exponer en la galería De las Misiones, en José Ignacio, una obra que combina el vívido realismo de la figura humana “montada” sobre paisajes urbanos y geografías surrealistas. Son lienzos que Sarkozy, de 83 años, realiza en colaboración con el artista Werner Hornung. La muestra, que se inaugura hoy, a las 19, incluye un retrato de su hijo, el mandatario francés, con el dedo índice alzado, en inequívoca alusión al ejercicio de su poder.
El otro desembarco extranjero que concitó interés ha sido el del legendario atleta olímpico Carl Lewis, invitado a Punta por una marca de ropa deportiva. Seducido por la belleza de la geografía local, en rigor, el estadounidense se dejó ver poco por las playas.
Entre las novedades que estrenó la temporada hay al menos dos que se perfilan irrefutables. La primera, que grafica el veloz corrimiento de la gente hacia el Este, consolida a Manantiales no ya sólo como lugar preferido de playa, sino como enclave masivo y súper de moda las 24 horas. Si antes funcionaba como el eslabón de paso obligado para unir José Ignacio con La Barra, ahora ganó en autonomía y se convirtió en cita obligada de la tourneé esteña.
La otra tendencia la protagoniza la potente avanzada brasileña que, por primera vez, empieza a mezclarse socialmente con el veraneante argentino. Algunos dicen que lo que se vio anteanoche en La Huella, con la presencia de un grupo de empresarios brasileños invitados al convite de Lacoste, marca el comienzo de su futuro e inexorable “dominio” del balneario. Otros aseguran que ese reinado ya comenzó.
A puro glamour
Anteanoche, un auténtico dream team culinario “oficializó” el arranque de la temporada esteña. Entre las grandes luminarias de la cocina convocadas para cocinar a la vista de los 1000 invitados a Lacoste, estaban Fernando Trocca, Pablo Massey y Tommy Perlberger. ¿La especialidad? Coulisde langostinos y fish cake , combinadas con otro sinfín de delicias made in La Huella. Después, lo de siempre: celebridades, muchas caipis y mojitos y baile hasta la madrugada.
Pero ayer, con la caída del sol, le tocó al champagne francés Veuve Clicquot duplicar la apuesta: en Estancia Vik, de José Ignacio, brindó una exhibición de polo de alto handicap con figuras como los hermanos Pieres, Ignacio Heguy y Nacho Figueras. El escenario bucólico de ensoñación, la luz rosada del atardecer, sumados a los langostinos rebosados de Cuisine du Sud acompañados por las burbujas con sabor francés elevaron el listón del glamour, como un valor acendrado y valorado en el Este.
LA NACION