Oscar: este año hay premio para los más lindos

Oscar: este año hay premio para los más lindos

Por Marcelo Stiletano
El jueves pasado, con el estreno en la Argentina de El juego de la fortuna ( Moneyball ) empezaremos a comprobar un par de cosas. Primero, que sólo un milagro impedirá que el nombre de la principal figura de esa película no aparezca entre los cinco próximos nominados al Oscar como mejor actor protagónico. Segundo, que la presencia casi garantizada de esa figura en una tan selecta lista, acompañado casi seguramente allí por algunos notorios colegas, empieza a marcar una tendencia a esta altura difícil de alterar: casi todos ellos son galanes indiscutidos.
El nombre en cuestión es Brad Pitt, atracción casi excluyente del film que estamos por conocer en la carrera hacia el Oscar, cuya cuenta regresiva se encuentra en pleno desarrollo. Al mismo tiempo, las previsiones agregan un dato significativo y curioso, como que tres nombres más con fundadas aspiraciones a integrar en esta temporada el selecto quinteto de nominados comparten con Pitt la apostura y el poder seductor que desde la pantalla caracteriza al galán hecho y derecho. .
Esto indica hoy, según el veredicto anticipado de los más importantes especialistas de Hollywood en pronosticar el Oscar, que el 24 de enero próximo, cuando se anuncien en la madrugada de Los Angeles los aspirantes finales al premio más codiciado de la industria del cine en 2012, Pitt quedará mencionado entre los actores protagónicos junto a George Clooney (The Descendants), Leonardo DiCaprio (J. Edgar) y, muy probablemente, Michael Fassbender (Shame). Detrás de ellos aparecen con menos posibilidades Gary Oldman (El topo), Woody Harrelson (Rampart) y Ryan Gosling (Secretos de estado).
Así lo muestra el cuadro que Los Angeles Times publica de aquí a la entrega del premio (el 26 de febrero de 2012) como un termómetro para anticipar el veredicto final. Al combinarse el pronóstico de los expertos y la expectativa del público, Clooney es por ahora el máximo favorito con un 42%. Pitt y DiCaprio alcanzan en la última medición un 16% y en el medio, como cuña, aparece el único “no galán” potencial entre los aspirantes, el sorprendente Jean Dujardin (ver recuadro). Fassbender está más lejos, pero en ascenso.
El mejor cierre
En el caso de Pitt, lo que asoma como una casi descontada nominación marca el cierre de una temporada en la cual parece haber logrado que los medios más indiscretos de Hollywood empiecen a prestarles más atención a los logros de su carrera cinematográfica que a los escándalos (ficticios o reales) de su ya largo vínculo matrimonial con otra estrella de altísima exposición pública como Angelina Jolie.
Un par de factores surgen como probables explicaciones de esta mutación. La primera tiene que ver con el propio temperamento de Pitt. A punto de cumplir 48 años (los festejará el domingo 18 de este mes), al actor nacido en Oklahoma es difícil encontrarle alguna reacción pública de visible disgusto, por más que le desagrade sobremanera la intromisión mediática en su vida privada.
Si vale un ejemplo cercano, Pitt y su gran amigo Clooney participaron con 48 horas de diferencia de sendas conferencias de prensa en el último Festival de Toronto, a principios de septiembre último, para presentar allí El juego de la fortuna y Secretos de estado. Allí, LA NACION fue testigo del contacto de ambos astros con los medios. Mientras Pitt jamás perdió la calma (ver recuadro), Clooney potenció su conocida veta bromista con una furibunda respuesta a un cronista canadiense que quiso indagar sobre su vida sentimental. “Todo el mundo está avergonzado contigo. ¿Cuál es tu nombre? Que todo el mundo lo escuche. Es muy bueno que me hayas hecho esta pregunta. Te felicito. Ahora le vas a decir a tu editor que lo hiciste”.
La segunda razón del cambio tal vez tenga que ver directamente con la madurez de Pitt y su correspondencia en la elección de los papeles que le toca acometer en el cine. De hecho, hay quienes dicen en Hollywood que todavía cuenta con algunas posibilidades de ingresar en una segunda lista de candidatos al Oscar, en este caso como actor de reparto, por El árbol de la vida, la premiada (y discutida) película de Terrence Malick.
Iguales y distintos
En definitiva, lo que aquí se manifiesta es una nueva dimensión de la misma tendencia. Quienes parecen aspirar con mayores fundamentos este año a llevarse el máximo premio actoral de Hollywood son grandes seductores de la pantalla y, al mismo tiempo, intérpretes de reconocido talento y riqueza expresiva. Con lo hecho este año en El árbol de la vida y El juego de la fortuna, Pitt es el último en sumarse a una lista que desde hace mucho tiempo ya incluía a sus eventuales compañeros de nominación.
De hecho, Clooney recibió algunos de los mayores elogios de su carrera por su interpretación en The Descendants de un padre de familia obligado a grandes cambios tras sufrir una desgracia personal irreversible; DiCaprio fue igualmente valorado al entregar un intenso retrato de uno de los hombres más poderosos de la vida y la política de Estados Unidos a lo largo de medio siglo en J. Edgar, y el ascendente Fassbender sorprendió a propios y extraños al interpretar con el máximo compromiso (desnudo frontal incluido) a un adicto al sexo en Shame, su film consagratorio.
Todo comenzará a descubrirse el próximo jueves, cuando se estrene entre nosotros el primero de los títulos con los máximos candidatos a llevarse el Oscar al mejor actor. Del quinteto de nominados en 2011 (James Franco, Jeff Bridges, Jesse Eisenberg, Javier Bardem y Colin Firth, al cabo ganador por El discurso del rey) sólo el primero podía aspirar, aunque sin consenso absoluto, a ser reconocido como galán. Este año las cosas se vislumbran diferentes y esa condición aparece potenciada. Brad Pitt será en la cartelera local el primero en demostrarlo.

UN CANDIDATO SILENCIOSO
The Artist se convirtió en la película de moda en Hollywood, al punto que cada vez son más quienes no descartan inclusive la posibilidad de que se lleve el Oscar a la mejor película. Algo sorprendente en estos tiempos de efectos visuales y tres dimensiones porque se trata de una película muda, filmada en blanco y negro y hecha en Francia. Su protagonista, y a la vez firme aspirante a competir por la estatuilla al mejor actor, es Jean Dujardin (foto), un intérprete cinematográfico y teatral muy conocido en Francia, pero casi ignoto fuera de ese país. Lo que tal vez haya atraído de este film en Hollywood es el eje de una trama muy cercana a la vida en la Meca del Cine ocho décadas atrás, cuando al irrumpir el cine sonoro algunas estrellas de la época muda (como el personaje de Dujardin en el film) ven interrumpidas sus carreras. La figura femenina es la argentina Bérenice Bejo, esposa en la vida real del director del film, el francés Michel Hazanavicius, otro candidato a quedar nominado.
LA NACION