25 Jan La economía brasileña se prepara para el shock mundialista
Por Laura Garcia
El casco y las botas obligadas de la visita no ayudan en el aire caliente de la tarde carioca. Acaba de terminar un turno de trabajo. Una marea cansada de obreros avanza en dirección contraria dispuesta a abandonar el estadio. Bajo el espejismo de este calor polvoriento, el Maracaná parece la ruina de un viejo coliseo de esplendores olvidados. Un esqueleto de concreto. Desprovisto, semi-demolido, copado por maquinarias ruidosas, es un despliegue casi impúdico para este coloso moderno. Pero desde el centro del campo, por un momento uno casi puede sentirlo: el rugido visceral, la exaltación multiplicada, la fiebre del grito, la historia.
Más de 60 años después de aquel gol uruguayo que les robó la victoria en el Mundial del 50 y que un comentarista de O Globo tan incrédulo y conmocionado como su audiencia tuvo que relatar nueve veces el Maracaná hoy se prepara para la revancha. Cerrado por las obras desde agosto del año pasado, sólo el emblemático estadio de Río emplea unas 2.500 personas y requerirá una inversión de casi u$s 600 millones (huelgas, retrasos y polémicas mediante). Es que la Copa del Mundo del 2014 no sólo puede darles a los brasileños la dulce reparación de aquel Maracanazo que todavía duele. El shock mundialista también hará reaccionar a la economía.
Según Ilan Goldfajn, economista jefe del Banco Itaú, las inversiones en infraestructura, tal como fueron presupuestadas en los números oficiales, llega-
rán a u$s 20.600 millones. Transporte
(u$s 7.200 millones), estadios (u$s 3.500 millones) y aeropuertos (u$s 3.000 millones) serán las áreas con más desembolsos. Se crearán 250.000 empleos, sin considerar los trabajos temporales durante el evento, lo que implica una tasa de desempleo un punto porcentual más baja.
Las inversiones tendrán un efecto derrame hacia el consumo, con un aumento estimado de entre u$s 3.000 y u$s 6.000 millones hasta el 2014. El hecho de que Brasil cuente con una base tan amplia de consumidores permite justamente un efecto multiplicador mucho más contundente. Hoy existen en el país 145 millones de consumidores.
Teniendo en cuenta el nivel de inversiones previstas más este efecto multiplicador, el aporte al PBI será de 1,5% en los próximos tres años. Datos de la FIFA confirman que tanto Alemania como Sudáfrica experimentaron un incremento adicional de su producto de 0,5% el año que fueron sede del Mundial.
A su vez, el evento tiene el potencial de aumentar el turismo en un 25%, lo que implica unos 3 millones adicionales de visitantes extranjeros y domésticos y un gasto aproximado de u$s 3.000 millones. Estudios recientes también han demostrado que las exportaciones de los países anfitriones tienden a crecer en torno al 30% dada la poderosa señal de apertura al mundo implícita en estos acontecimientos. Esta es una oportunidad importante para Brasil ya que hoy las exportaciones representan apenas el 15% del PBI, explican en el Itaú.
La inyección de confianza y recursos es más que bienvenida en un momento en que la crisis europea amenaza con deslucir el crecimiento brasileño (en el tercer trimestre la economía se estancó respecto del trimestre anterior y este año la expansión sería del 3% contra 7,5% el año pasado).
De todos modos, los economistas no son muy afectos a dejarse llevar por la euforia mundialista. Por empezar, relativizan el impulso que derivará de los mega-eventos deportivos. Según estimaciones de Itaú Asset Management, en el curso de los próximos 7 años, éstos sumarán inversiones equivalentes al 2,4% del PBI, mientras que Petrobras supondrá el equivalente al 10,8%.
Pero por otro lado también abundan las advertencias sobre la necesidad de mejorar el nivel de inversión más allá de este impulso coyuntural para garantizar un crecimiento que pueda sostenerse en el largo plazo.
De hecho, el banco norteamericano Morgan Stanley estima que Brasil debería duplicar su tasa de inversión en infraestructura hoy en 2% del PBI para estar a la altura de un BRIC. El ratio de inversión total- PBI promedió 17% en los últimos cinco años versus el 44% de China, el 38% de India y el 24% de Rusia. Para alcanzar a Chile Brasil debería invertir 4% de su PBI en infraestructura (el doble de lo que destina hoy) durante 20 años. Para ponerse al día con Corea del Sur, en cambio, debería potenciar la inversión hasta 6-8% del PBI por año.
En el Maracaná, mientras tanto, el sol afloja un poco mientras nos cuentan de la nueva membrana transparente que reemplazará a la antigua cobertura de concreto, una estructura de 18.000 toneladas que acaba de ser desmantelada.
Una chica joven pasa junto a un grupo de obreros: una antigua estrella de la selección femenina de fútbol que hoy también es parte de esta reinvención del mito carioca. Más allá, en un aula fresca que despabila, varios operarios se aprestan para su clase. Quienes hoy trabajan en el Maracaná no sólo cambiarán la historia de esta maravilla del fútbol donde Pelé hizo el milésimo gol de su carrera. También tienen la oportunidad de aprender a leer y escribir y quizás, cambiar la suya.
EL CRONISTA