Héctor Baldassi: Memorias de un ex árbitro

Héctor Baldassi: Memorias de un ex árbitro

Por Fernando Gourovich
Héctor, ¿cómo te gustaría que arrancase la entrevista? -Ufff … A ver, a ver … Ya está, lo tengo … Contando mi llegada a Buenos Aires; veía tanta gente que iba y venía. Yo era una persona muy reconocida en mi pueblito, Río Ceballos. Miraba a toda esa gente y no era nada, iba a trabajar temprano a una fábrica metalúrgica y nadie me registraba. Ahí pensaba: algún día voy a ser reconocido, soñaba con ser alguien. Y cumplí: gracias al arbitraje, al sacrificio y a la dedicación, lo logré. Algo que parecía una quimera se hizo realidad.
El relato de Héctor Baldassi, acompañado por el compás de sus manos y de esa risa genuina, por momentos se entrecorta. Se lo advierte emocionado en el arranque de la entrevista con Clarín realizada en un coqueto café de Recoleta. En una hora y media La Coneja , ese ex hombre de negro que a lo largo de algo más de dos décadas logró credibilidad absoluta , repasó su vida dentro del referato. Lo bueno y lo malo. Memorias de un árbitro, el mejor de los últimos tiempos.
Una voz en el teléfono . Claudio Busca lo citó un martes de 1989 en la AFA. “La verdad, muchas ganas de ir no tenía. Subí hasta el primer piso de AFA. Antes de entrar a la cita, al borde de la escalera, me crucé con Abel Gnecco. Aún estaba en actividad. Me preguntó si iba al curso de árbitro.
“Sí” , le dije.
“¿Usted sabe cuántas reglas son?” Ni idea le respondí.
“Son 17” . Le agradecí y se perdió con un chau. Al toque, me hace entrar Busca a su despacho. Después de preguntarme nombre, edad, lugar de nacimiento, peso etc, etc, etc, me dice: “¿Usted sabe cuántas reglas tiene el arbitraje?” “Sí, 17” le mandé con contundencia, como si supiese. Ahí mismo me mandó al psicólogo. Me hizo hacer un dibujo. Lo hice tal cuál me había aconsejado Marcelo Negrete, quien fue el que me empujó a meterme en esto … Luego fue la prueba física y en 1990 empecé a practicar”.
De Ronaldinho y Messi . Un regalo especial: “Después de un partido ante Uruguay por Eliminatorias, Ronaldinho me regaló sus botines personalizados. Al tiempo, me lo cruzo a Messi en Ezeiza y Leo me comentó que el brasileño le había dicho lo de los botines. Me sorprendió. Pero más me sorprendió el año pasado en el Chateau, en el Argentina-Brasil. Se me acercó y me preguntó “¿vocé aún tiene mis botines?”. Un crack. También guardo con cariño las pelotas y las camisetas que me regalaron en el Mundial de Sudáfrica”.
El gol que fue pero que no fue . “¿El error más grosero? Fue en Arequipa, en un Sudamericano Sub 17. Era mi presentación en la Conmebol. Fue un golazo terrible. La pelota pasó por el medio del arco. El tipo pateó y la pelota terminó en la tribuna. El colombianito salió a festejar y el arquero brasileño me gritaba “eu no la tocó, eu no la tocó”. El partido terminó ganándolo Brasil por 4 a 0. Era la primera fecha. Me quería matar. Me quedé un día tirado en la cama. Cada vez que me encuentro con Radamel Falcao que estaba entre los suplentes me dice: “Que gol no nos diste, ja”.
Titanes en el Ring . “Un Santos-Nacional por la Copa Libertadores fue el partido más violento que me tocó dirigir. La patada más chica se la pegaban en la garganta. Creo que los propios jugadores dijeron: muchachos aflojemos porque éste no va a hacer nada. Por no echar a un uruguayo en el primer tiempo perdí las riendas del partido”.
Con las manos limpias . “Hay mucho mito en el arbitraje. Mucho bla bla y pocas denuncias concretas. A mí jamás me llamaron, ni siquiera me tantearon. Va una anécdota: una vez un dirigente nuevito le preguntó a uno de experiencia cómo podía hacer para “tocarme”. Y el viejo le dijo: “Ni se te ocurra insinuarle nada a Baldassi, te vas a meter en problemas”.
Un viaje de ida y de vuelta . La pregunta: ¿Qué fue más doloroso, volverse del Mundial Sub 20 de Canadá o no ser designado para la Copa América de Argentina? La respuesta: “Lo de Canadá fue un golpe inesperado porque me tuve que volver porque Walter Velaz no dio la prueba física. En cambio lo de la Copa América fue una desilusión enorme. Me hubiese gustado enterarme por la Comisión arbitral de la Conmebol y no por un periodista. Con el tiempo pienso que me pasaron una factura de algo. Pero no sé por qué. Por ahí Loustau sabe algo …” El Mundial, la gloria, el sueño cumplido . “El día más emocionante de mi carrera fue el que dirigí Serbia-Ghana en Sudáfrica. Miré al cielo y me dije: ¡Mirá papá adónde estás! Besé la pelota y me pasó toda mi carrera en una fracción de segundos. ¡Fui por un partido y terminé dirigiendo 4! ¿Qué más puedo pedir? La verdad: soy un eterno agradecido a esta profesión”.
LA NACION