24 Jan El Episcopado muestra preocupación por la cuestión social
Por Norberto Beladrich
Lo social nos tiene preocupados. Con estas cinco palabras, un obispo que participó del agasajo de despedida al nuncio apostólico, monseñor Adriano Bernardini, sintetizó cuál es la prioridad del Episcopado para esta etapa de la vida del país. No fue difícil creerle: los más recientes movimientos de la Iglesia corroboran su afirmación.
Por lo pronto, los obispos dedicarán gran parte de esta semana a definir los alcances de su plan pastoral para el trienio que concluye en noviembre de 2014. Se trata de la primera actividad a cargo de la nueva conducción de la Iglesia argentina, presidida por el arzobispo de Santa Fe, José María Arancedo, en coincidencia con el comienzo de la nueva gestión de la presidenta Cristina Kirchner.
Los obispos tendrán muy en cuenta dos elementos a los que asignan gran relevancia. El primero es la importante investigación sobre la realidad socioeconómica del conurbano bonaerense, conducida por la Universidad Católica Argentina y presentada semanas atrás. El segundo es la serie de reuniones de monseñor Jorge Lozano, obispo de Gualeguaychú y nuevo titular de Pastoral Social, con las conducciones de las centrales sindicales, en una recorrida que abarcó desde Hugo Moyano hasta Pablo Micheli, pasando por la CGT Azul y Blanca de Hugo Barrionuevo y la CTA oficial.
Fue una toma de muestras de las inquietudes y quejas de los sindicatos, y de acuerdo con los testimonios recogidos después de cada encuentro, puede asegurarse que su contenido excedió en mucho lo puramente protocolar.
Desde el Gobierno no hubo un solo comentario referido al periplo de monseñor Lozano. Semejante silencio -como suele suceder- alimentó las más diversas interpretaciones en el ámbito eclesial, que avizora un futuro influido por elementos como la inflación, la puja salarial y el fin de subsidios a los servicios públicos para amplias capas de población.
En el agasajo al saliente nuncio -del que no participó ningún funcionario ni el ex presidente del Episcopado, cardenal Jorge Bergoglio– se comentó tanto la recorrida de Lozano como el hermetismo oficial. También se coincidió en juzgar que la presencia de la Iglesia en los ambientes gremiales, en su mayoría crecientemente críticos respecto de las decisiones gubernamentales, busca generar un ámbito a través del cual puedan canalizarse eventuales expresiones futuras. No para agudizar tensiones, sino al contrario, para abuenar, que va a hacer falta, siempre en palabras del mismo dignatario.
EL CRONISTA