Milenarios puntos sanadores

Milenarios puntos sanadores

Por Luis Aubele
En la antigüedad, tanto en Oriente como en Occidente no existía separación entre filosofía, religión y medicina”, reflexiona Ana María Yoshida, profesora de reflexología y digitopuntura formada en Japón.
Concepto oriental del ser humano. “Hay una palabra japonesa, ningen , que encierra el concepto oriental del ser humano. Se compone de dos caracteres: nin (ser humano) y gen (espacio intermedio, intervalo). El concepto abarca tres sentidos: el primero, donde vive el ser humano, su sentido espacial o ambiental; el segundo, la totalidad de ese hombre como ser social, y por último, la característica personal, la individualidad de ese ser que existe entre otros seres”, agrega Yoshida.
Calmar la mente y cuidar el cuerpo. Esa interrelación de la espiritualidad en la medicina se fue desarrollando a lo largo de todo el pensamiento oriental, tomando como punto de partida la armonía psicosomática: la espiritualidad en la corporalidad. Para la medicina oriental, en general, un médico es al mismo tiempo un maestro espiritual, un filósofo y un terapeuta. Según el monje budista chino Chih-i (538-597) hay dos temas emblemáticos para sanar al hombre: “Si quieres curar el cuerpo, calma la mente y, segundo, si quieres pacificar la mente, cuida el cuerpo”.
Inseparables. Teniendo en cuenta este pensamiento, los orientales plantearon la no separación del cuerpo-mente, persona-ambiente y entorno natural, y desarrollaron una serie de teorías como la de los meridianos, la del yin y yang o la teoría del chi , la energía, también llamada prana en la India y ki en Japón. Esta teoría sostiene que nosotros los seres humanos somos la consecuencia, la síntesis, de la unión de las energías de la tierra y la del cielo.
El yo oculto. Uno de los principales investigadores de esta mirada, el filósofo japonés Yasuo Yuasa (1925-1976), sostiene: “El mundo necesita una nueva filosofía de los estratos más profundos de la conciencia para encontrar el verdadero sentido de la experiencia humana, el yo oculto, para poder trascender más hacia adentro del cuerpo que hacia afuera”, concluye.
Enfermos por naturaleza. Hay una curiosa tradición budista que dice que, desde que nacemos, todos somos enfermos por naturaleza. Nacemos siendo portadores de 404 enfermedades. Esas 404 enfermedades están desde el principio en nuestro cuerpo, pero son como una red de iluminación con los interruptores desconectados. Se conectan cuando surge un elemento psicológico que desencadena el proceso de la enfermedad.
Masajes. Los masajes como forma de sanación fueron desarrollados por los monjes budistas, pero se extendieron principalmente a causa de las guerras y la necesidad de curar a los guerreros heridos. Sin embargo, se encontraron testimonios que demuestran que ya existían en el antiguo Egipto. En un mural se ve al faraón conversando con su terapeuta. Los caracteres jeroglíficos reproducen un diálogo en que el faraón le pide al sanador que no le haga doler. El terapeuta le responde: “Debes tolerar el dolor, porque cuando sanes no te arrepentirás de que te haga doler”.
Reflexología. Está comprobado, desde hace siglos y siglos, que las funciones corporales son guiadas por reflejos y que todas las imágenes de nuestro cuerpo están reflejadas en la cara, en las manos, en los oídos y en los pies del paciente. “En general, los reflexólogos somos expertos en descubrir estos mapas corporales. Uno de los más importantes es el mapa podal, de la planta de los pies. Los pies son muy importantes, porque se trata de la primera comunicación que tenemos con la tierra y lo que recibimos de la tierra.”
Digitopuntura. En digitopuntura se parte de la base de que en el blanco existe un 10% de negro y en el negro, un 10% de blanco, es decir que uno contiene al otro. En ese término medio están los puntos que deben descubrir y activar los sanadores para curar al paciente. “Observando los mapas que nos brinda el cuerpo humano podemos obtener un prediagnóstico tan preciso como si fuera una resonancia magnética. El cuerpo humano guarda información y todos los elementos para curarse y estar sano. Guarda energías e incluso sustancias químicas regeneradoras. Las técnicas no hacen otra cosa que activar estos elementos sanadores”, indica Yoshida.
Cinco recomendaciones. Sobre cómo debería ser o que debería cultivar el ser humano para estar sano según la visión de los sabios de Oriente, el filósofo Yasuo Yuasa dice: “Tiene que estar flexible, bien alimentado y con buenos pensamientos, respirar profundamente y mirar con alegría el horizonte”.

DISCIPLINA JAPONESA
Ana María Yoshida es directora de la Escuela Ruo Shi en la Argentina, dedicada a la r eflexología y a la digitopuntura. Yoshida aprendió estas disciplinas en Japón, donde Ruo Shi tiene centros de estudios en las ciudades de Osaka, Saimata, Nagoya y Shizuoka. También en China, Brasil, Perú, Canadá y Australia.
Estudiosa de la medicina china, también es autora de un proyecto para cuidar el medio ambiente, Concientizar a la gente para que no destruya más.
LA NACION