27 Dec El oro: ¿refugio o inversión prescindible?
Por Liam Pleven
on refugios como este, ¿quién necesita activos riesgosos?
El oro ha caído cerca de 10% en diciembre, una liquidación que le ha restado poco menos de US$170 al precio, dejando la onza troy en US$1.595,2.
A pesar de su reputación como una inversión segura, el oro cayó 5% el miércoles pasado, ante las dudas de los inversionistas en torno al futuro de Europa.
En vez de comprar oro, como a menudo ha ocurrido en los últimos años cada vez que aparecen nubarrones en los mercados, los inversionistas están abandonando el metal dorado para refugiarse en otros activos tradicionales, en especial el dólar y los bonos del Tesoro de Estados Unidos. En las últimas jornadas, los inversionistas han vendido oro al mismo tiempo que activos más volátiles, como las acciones.
“El oro ya no es un refugio”, dijo Adam Grimes, director de inversión de Waverly Advisors LLC, una firma de Nueva York que asesora a fondos de pensiones y fondos mutuos. “El oro se está transando como un activo riesgoso”, sentencia.
La caída del oro ha sido impulsada por varias fuerzas, dicen analistas. Algunos inversionistas quieren asegurar sus ganancias antes de fin de año y, después de todo, el oro acumula un alza en torno a 11% este año. Además, el fortalecimiento del dólar presiona a los futuros del oro, que se negocian en la divisa estadounidense.
La caída del oro también refleja la preocupación de que tantos inversionistas institucionales y minoristas han especulado con el oro que éste no puede brindar la protección habitual en caso de que se produzca un nuevo terremoto en los mercados. “Si uno tiene oro, aún podría verse atrapado” en una liquidación generalizada, señala Hayden Atkins, analista de Macquarie Group. “Si la situación se pone color de hormiga, sería más conveniente tener efectivo en vez de oro”, asevera.
Hasta hace un tiempo, el oro fue el refugio por excelencia. Cuando la montaña de deuda soberana de Grecia desencadenaba nuevas inquietudes, los mercados dispararon los precios a máximos nominales durante mayo y junio.
En ese momento, los inversionistas se desprendían de acciones y acentuaban la reputación del oro como refugio seguro. El precio del metal dorado siguió ascendiendo pese al alza del dólar, demostrando que los precios pueden subir a pesar de ese obstáculo si los inversionistas lo ansían con suficiente desesperación.
Últimamente, sin embargo, la situación ha cambiado, dijo Atkins en una nota de investigación difundida la semana pasada. El estratega observó que cuando aumenta la ansiedad de los inversionistas respecto al euro, el oro ha estado cayendo y el dólar trepando.
“En vez de debatir la lógica, creemos que a los inversionistas les resultaría más provechoso observar las actuales tendencias del mercado”, escribió. Para Atkins, el oro es beneficioso cuando hay “un nivel óptimo de preocupación”, cuando, en esencia, los inversionistas están preocupados pero no en estado de pánico.
No hay que perder de vista, en todo caso, que si bien considerar al oro exclusivamente como un refugio puede ser peligroso, no hay que olvidar que numerosos inversionistas lo siguen considerando así, al menos parte del tiempo.
“Hay días en que actúa como uno esperaría tradicionalmente”, recalca Grimes.
Diciembre, asimismo, no es el único ejemplo de la capacidad del oro para pasar de póliza de seguro a inversión desechable.
El precio del metal subió 12,3% en agosto, el mayor avance mensual en casi dos años, un mes marcado por la decisión de Standard & Poor´s de rebajar la calificación de crédito de Estados Unidos.
En septiembre, no obstante, los mercados revirtieron el curso, a pesar de los temores de que se repitiera la crisis financiera de 2008, y el oro cayó 11,4%, el descenso más pronunciado desde octubre de 2008.
LA NACION