Alarma tras la muerte del Kim Jong-il

Alarma tras la muerte del Kim Jong-il

El anuncio de la muerte del líder de Corea del Norte, Kim Jong-il, que gobernó el hermético país comunista con mano de hierro durante 17 años, provocó alarma e incertidumbre en la comunidad internacional, que teme una transición turbulenta en una de las regiones más militarizadas del mundo.
La agencia estatal de noticias norcoreana KCNA señaló como “Gran Sucesor” de su “Querido Líder” a Kim Jong-un, el tercero y menor de los hijos de Kim, que con menos de 30 años asumirá el reto de dirigir el aislado y paupérrimo país, que cuenta con más de un millón de soldados y un temido arsenal nuclear.
En un indicio del gran reto que implica una sucesión política en un Estado tan autoritario y cerrado como el de Pyongyang, la cúpula norcoreana ocultó la noticia de la muerte de su líder a su propio pueblo y al mundo durante más de 48 horas.
Sólo ayer la KCNA informó que Kim, de 69 años, murió el sábado pasado durante un viaje en tren como consecuencia de un “ataque cardíaco” producto del agotamiento “físico y mental”.
“En la vanguardia de la revolución coreana se encuentra a partir de ahora Kim Jong-un , gran sucesor de la causa revolucionaria y destacado jefe de nuestro partido, ejército y pueblo”, agregó la agencia.
Si bien el nombramiento del joven Kim no fue una sorpresa (había sido develado como potencial sucesor en septiembre de 2010, en medio de los continuos rumores sobre la salud de su padre), el cambio de mando encendió la alarma en el mundo entero y colocó a sus países vecinos en estado de alerta.
Poco después de conocerse la muerte de Kim, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y su par surcoreano, Lee Muyng-bak, acordaron mantener una estrecha vigilancia sobre el régimen norcoreano y cooperar para afrontar la nueva situación, según informó la agencia oficial surcoreana Yonhap.
“Tenemos un interés común en una transición estable y pacífica en Corea del Norte, así como en la paz y la estabilidad regional”, afirmó ayer la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, en una suerte de advertencia hacia Pyongyang.
Corea del Sur, que aún se encuentra técnicamente enfrentada con su vecina del Norte desde el precario armisticio firmado luego de la guerra que libraron entre 1950 y 1953, elevó al máximo su nivel de alerta e incrementó la vigilancia a lo largo de la frontera.
En un recordatorio de la permanente volatilidad que se vive en la dividida península, la prensa surcoreana informó que Pyongyang lanzó ayer dos misiles de corto alcance desde su costa este. Los disparos, sin embargo, “no tuvieron ninguna relación con el anuncio de la muerte de Kim Jong-il”, dijo un funcionario.
Además de Corea del Sur, también Japón pidió a los altos mandos de su ejército que estén atentos y manifestó su deseo de que la muerte de Kim “no afecte la paz y la seguridad en la península coreana”.
Mientras China y Rusia ofrecieron sus condolencias y apoyo a los nuevos líderes de su aliado comunista, los gobiernos europeos coincidieron en señalar que la muerte de Kim supone “un punto de inflexión” y “una oportunidad de cambio” para Corea del Norte, a la que instaron a cumplir con sus compromisos en materia nuclear.
“Esperamos que el nuevo liderazgo reconozca el acercamiento que ofrece la comunidad internacional como el mejor prospecto para mejorar las vidas de los norcoreanos”, dijo el canciller británico, William Hague.
“Instamos a Corea del Norte a dar los pasos necesarios para permitir la reanudación de las conversaciones a seis bandas sobre la desnuclearización de la península coreana”, agregó Hague, un pedido al que también se sumaron Alemania y Estados Unidos. Las discusiones entre China, las dos Coreas, Estados Unidos, Japón y Rusia están estancadas desde abril de 2009, cuando Pyongyang se retiró oficialmente de la mesa de negociación, un mes antes de proceder a un segundo ensayo nuclear.
En el corto plazo, la principal preocupación internacional generada por la muerte de Kim se centra en una potencial lucha de poder interna, que podría elevar el riesgo de un nuevo conflicto en la península (ver aparte).
Según los analistas, Kim Jong-un, que se convertirá en la persona más joven de la historia en dirigir un país con armas nucleares, no cuenta con el respaldo de todo el ejército, lo que podría generar errores de cálculo y guerras no intencionales.
Los expertos destacan que Pyongyang habría deseado tener un poco más de tiempo para la transferencia de poder y advierten que la falta de experiencia militar de Kim Jong-un lo obligará a depender de otros, al menos por un tiempo.
Tras anunciar la muerte del último dictador estalinista, la televisión estatal mostró imágenes de personas llorando en las calles y reuniéndose frente a los grandes monumentos dedicados al padre de Kim y “eterno presidente”, Kim Il-sung.
LA NACION