Vivir el presente a pleno

Vivir el presente a pleno

Por Luis Aubele
er un ser humano/es como ser una casa de huéspedes/cada mañana una nueva llegada/una alegría, una depresión, una maldad./ Una percepción momentánea que aparece como un visitante inesperado/ Dales la bienvenida y entretenlos a todos/ Incluso si es un grupo de gente penosa que con violencia te arrebata los muebles de tu casa./ Aun así, trata a cada invitado con honores ?”, lee Marina Lisenberg, psicóloga especializada en mindfulness .

Sin juzgar. “El poema se llama La casa de huéspedes y fue escrito por Rumi, un poeta y místico sufí del siglo XIII. Estos visitantes inesperados son nuestras percepciones, emociones, recuerdos agradables, desagradables o neutros y la casa es este cuerpo que habitamos. Esta es una buena figura de la práctica de mindfulness , que significa aceptar y vivir plenamente el ahora. Es estar presente y atento, sin juzgar, disponible, receptivo? Es la atención consciente momento a momento; es estar con nosotros mismos, recobrando la dimensión del ser”, agrega.

Estar atentos. Una práctica donde aprendemos a prestarnos atención para llegar a ese centro donde hay algo que permanece quieto mientras todo lo demás gira Es encontrar un eje más allá de todos los cambios. “Ese eje somos nosotros. Además, al prestarnos atención surge naturalmente una conexión muy profunda con los demás. Al estar atento a mis necesidades, estoy más atento a qué se necesita a mi alrededor.”

El saxo como tema. En la práctica de mindfulness , siempre, cada instante es la primera vez, marcha y muerte, es irrepetible. “Cualquier pretexto es bueno para prestarnos atención. La semana pasada, por ejemplo, alguien estaba tocando el saxo y, entonces, los primeros cinco minutos fuimos todo oídos con esos sonidos, atentos para ver qué despertaban en nuestro universo sensorial.”

Una nueva dimensión. “Cuando empezamos a trabajar en mindfulness nos damos cuenta de que somos dueños de un disyuntor que al accionarlo nos permite acceder a un mundo fabuloso, el del presente vivido plenamente. Además, descubrimos, por ejemplo, que hace años que trabajamos con gente a la que nunca miramos a los ojos. O que no conocemos realmente cuál es el timbre de voz de nuestros hijos. También nos podemos encontrar preguntándonos cuáles son los aromas que prefiere mi pareja. Cuando estamos involucrados en ese mundo sensorial no importa lo que estemos haciendo: tanto las cosas más triviales como las más importantes toman una dimensión nueva.”

Práctica contemplativa. Mindfulness fue creada en monasterios budistas hace 2500 años, para lograr la concentración y expansión de la conciencia. “Uno de sus introductores en Occidente fue el doctor Jon Kabat-Zinn, médico estadounidense especializado en la cura del estrés crónico y los ataques de pánico. Jon Kabat-Zinn empezó su tarea en un sótano del Centro Médico de la Universidad de Massachusetts en 1979 y desde entonces pasaron por el centro unas 16.000 personas”, cuenta la psicóloga.

Ipseidad. “En esta aventura de ser humanos, esta práctica contemplativa tiene como objetivo acompañar a cada uno para que profundice la conexión que tiene consigo mismo, con su yo profundo . Creo que es una facultad que todos tenemos, pero que pocas veces ponemos en práctica, abrumados por la rutina y el ruido cotidiano. Es lo que se denomina ipseidad , la dimensión del reconocimiento de uno mismo en la experiencia.”

“¿Interesa conocer el final del poema de Rumi? -pregunta Lisenberg-. El pensamiento oscuro, la vergüenza, la malicia, recíbelos en la puerta invitándoles a pasar./ Sé agradecido con quien quiera que venga/ porque cada uno ha sido enviado como un guía del más allá”, concluye.
LA NACION