16 Nov Lo que dejó la Copa UTTA
Por Raúl Adriazola
Vientos nuevos soplan en el turf del interior del país, y amenazan también con sacudir las “ramas” de la actividad en los hipódromos centrales, o sea los tres de Buenos Aires: Palermo, San Isidro y La Plata.
Es que un movimiento creado desde adentro de la apasionante disciplina hípica, sus propios actores, los siempre postergados trabajadores, vienen haciendo lo mejor que saben: tomar las riendas.
Pero el agente catalizador de toda esta movida reivindicatoria, es la propia asociación profesional o sindicato, la UTTA, Unión de Trabajadores del Turf y Afines, encabezados por una personalidad destacada, el Secretario General Carlos Felice, quien entiende que esta actividad es generadora de espectáculos y por ello de ganancias.
Precisamente, al saber qué, y lo principal, como, desde la UTTA se trabaja para que el turf sea rentable y autosustentable, y no una “carga social” para los gobiernos.
La mejor muestra del manejo inteligente del deporte de los reyes hace que sus protagonistas vivan mejor, los hipódromos sigan abiertos, y los aficionados puedan disfrutar de espectáculos del mejor nivel, aumentando el parque caballar y generando puestos de trabajo genuinos, tanto en el ambiente rural, como en el urbano.
La Copa UTTA pasó este domingo por el Hipódromo de Mendoza, demostrando su capacidad organizativa y su estrategia de captación de público, anexando al bellísimo espectáculo hípico, shows alternativos para que disfrute toda la familia, viviendo concursos de belleza o números artísticos del mayor nivel, insertos en el programa de carreras, sumando así propuestas de diversión para todos los gustos. Esta carrera se corre en los principales escenarios de las provincias, y a fin de año, se realiza un gran final entre los ganadores en La Plata.
La carrera principal fue transmitida por el sistema simulcasting al hipódromo de La Plata, formando parte del programa de aquella arena bonaerense. El turf del interior entra así como protagonista de peso en los grandes circos hípicos centrales, y no pidiendo permiso.
Pero lo principal es el mensaje que queda, el de la autogestión, y la autonomía, lejos de las dádivas gubernamentales, que muchas veces, o todas, generan compromisos y alimentan el caudillismo y el asistencialismo. Trabajadores de pie y con la frente en alto, batalla en la arena y fiesta en las tribunas.
DIARIO UNO