Otros viajes, otros ámbitos

Otros viajes, otros ámbitos

Por Luis Aubele
A veces el alma posee una información importantísima que nosotros desconocemos, porque estamos totalmente involucrados en nuestro presente. Y en esa información está el origen de conflictos que nos impiden tener una vida plena, porque no fueron resueltos en su momento. La terapia de vidas pasadas es una herramienta para sanar esas heridas profundas de las que no somos conscientes porque ocurrieron en otras vidas”, cuenta Liliana Hollmann, psicóloga egresada de la UBA y discípula directa de Brian Weiss, el psiquiatra estadounidense creador de la terapia de regresión a vidas pasadas.
Heridas. “Estas heridas afloran de imprevisto e impiden realizar nuestros deseos. Llegar a esto también sería la función de otras herramientas terapéuticas como el psicoanálisis, por ejemplo. Psicología significa estudio del alma . A veces llegan al consultorio personas que no creen en la reencarnación, ni en Dios, ni en una dimensión espiritual de la vida, pero quieren experimentar de qué trata esta terapia. Y cuando entran en la regresión y experimentan situaciones, paisajes, lenguajes y épocas totalmente desconocidos, y corroboran que efectivamente existieron, sienten una gran liberación y sus vidas cambian.”
Respeto. Hollmann advierte que en esta clase de terapia no puede existir un manejo de poder. “La actitud es de humildad, expectante, no sé adónde me va a llevar el paciente y el paciente tampoco sabe con qué puede encontrarse. Lo que hago como terapeuta es facilitar un estado de relajación donde el paciente accede al recuerdo. Aunque tampoco pierde conciencia. La actitud es siempre de una gran caridad, de una gran compasión, de absoluto respeto. No hay crítica.”
Perdonarse. Cuando conoció a Brian Weiss, una de las primeras preguntas que le hizo Hollmann fue qué pasa si uno descubre que mató a alguien. “Me contestó que no me preocupara, porque cuando surge un recuerdo así genera una gran compasión. Lo pude experimentar con pacientes que recordaron haber estado en medio de batallas o vivido situaciones de duelo. Las personas que fueron víctimas de circunstancias así entendieron la emoción que las llevó a esa situación, entonces se produce el perdón.”
Lista de beneficios. Entre los beneficios más notables de la terapia de regresiones, Hollmann enumera: sanar heridas del pasado e eliminar culpas para disfrutar del presente; acceder a conocimientos espirituales profundos, como que uno es un alma; perder el miedo a la muerte; hacer valorar la nueva oportunidad que propone la vida.
Requisito indispensable. Para hacer esta terapia, el paciente debe tener una estructura psíquica estable, que tiene que ser evaluada por un profesional de la salud. No lo pueden hacer ni personas bipolares ni psicóticas, por ejemplo.
Algunas experiencias. La terapeuta da ejemplos: “Cada caso encierra una historia, una verdadera aventura. Una persona que en esta vida siente una gran compasión por los mendigos se ve como un monje del siglo XV que se refugiaba en las montañas para sentirse seguro y no hablaba con los demás por miedo a ser herido. Para salir de esa situación, buscó algo que lo obligara a comunicarse con los demás: pedir y vivir de la limosna. Por eso mi paciente, cada vez que encuentra a alguien pidiendo en la calle, siente una profunda ternura porque lo ve como un compañero, como un igual. Otro caso es el de una dermatóloga que se ve encerrada con otras personas en una cueva donde llevaban a los leprosos. Eso explicaría su vocación. Por otro lado, una paciente que vino de Ecuador recordó haber tenido una vida muy solitaria por miedo a relacionarse con otras personas, y estaba repitiendo eso en esta vida, ya que siempre se avergonzaba al hablar. Al término de una regresión expresó: ” Siempre se trata del amor, de aprender a amar, un aprendizaje para todos. El amor es sublime y nos convierte en mejores personas. En seres que dejaron el miedo a un lado para superar el vacío y vivir la sensación de amar y ser amados”.
LA NACION