Atracción de fondos

Atracción de fondos

Por Florencia Carbone
La región avanza otro casillero y en el juego de posicionamiento global todo suma.
No alcanza con parecer, hay que demostrar que se tienen condiciones para ser y entonces, ciertos indicadores pesan: en 2010, América latina y el Caribe fue la región del mundo con mayor crecimiento tanto de recepción como de emisión de Inversión Extranjera Directa (IED).
Según el informe anual que elabora la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), difundido la semana última, el año pasado los ingresos de IED a la región aumentaron 40% respecto de 2009 (fueron 112.634 millones de dólares), y los egresos casi se cuadriplicaron (la cifra de US$ 43.108 millones es record histórico).
El trabajo muestra que la IED mundial tuvo una leve recuperación tras la crisis que estalló en 2008 (creció 1%) pero queda en claro que la recuperación fue muy heterogénea. Los flujos hacia los países desarrollados se contrajeron el 7% respecto de 2009, mientras que los países en desarrollo aumentaron 10%. Por primera vez, los flujos en países en desarrollo y economía en transición representaron más del 50% de los flujos globales.

En medio de ese mar de datos, ¿dónde está la Argentina?

La posición geográfica esta vez parece jugar en favor. América del Sur fue la zona del mundo que mostró la recuperación más intensa: los flujos de capitales aumentaron 56% en 2010. Y cuatro países se destacan por el importante aumento registrado: Brasil (87%), Argentina (54%), Perú (31%) y Chile (17%). De todas formas, si se mira el ránking de números absolutos, la Argentina, con US$ 6193 millones aparece en el sexto puesto, detrás de Brasil (el mayor receptor en la región con US$ 48.462 millones), México (US$ 17.726 millones), Chile (US$ 15.095 millones), Perú (US$ 7328 millones) y Colombia (US$ 6760 millones).

Ricardo Rozemberg, investigador del Centro Ideas, destacó que el año pasado, el ingreso de capitales en concepto de inversión directa recuperó la dinámica previa a la crisis.

El ex gerente de la Agencia de Inversiones (que el Gobierno disolvió el año pasado y transformó en una subsecretaría que funciona en la Cancillería) dijo que si bien es cierto que la Argentina aparece detrás de varios países de la región, el valor de IED que llegó es similar al que recibieron en 2010 países como Dinamarca, Egipto, Tailandia o Malasia, y está por encima de lo que fue a Finlandia, Grecia o Portugal.

Tras el impacto que naturalmente tienen los números, sigue un análisis cualitativo. ¿De dónde viene el dinero y a qué se dirige?

La secretaria ejecutiva de la Cepal, Alicia Bárcena, dijo a LA NACION que Estados Unidos sigue siendo el principal inversionista en la región (17% del total recibido en 2010), seguido por los Países Bajos (13%), China (9%) y Canadá y España (ambos 4%).

El informe sostiene que más del 90% de las inversiones chinas en América latina se dirigieron a la extracción de recursos naturales. ¿Debe preocupar eso a la región?

“Vemos dos patrones de comportamiento diferentes en América latina y el Caribe. Uno que está relacionado con la búsqueda de materias primas, de mercados internos, sobre todo la inversión que va a Sudamérica y que está buscando mercados tan dinámicos como el de Brasil y Argentina, que resultan atractivos no sólo por su tamaño. Lo de las materias primas es un hecho y lo que preocupa es que los términos de intercambio han mejorado, hay una demanda creciente de alimentos, de materias primas en general, minerales, energía, y lógicamente gran parte de la inversión está buscando eso también. Sin embargo, en el caso de la Argentina particularmente, habría que resaltar dos sectores exitosos: la industria del software y la automotriz”, dijo Bárcena.

Advertencia
La funcionaria de la Cepal advirtió hace algunos días que, ante el mayor flujo de capitales que llega a la región es necesario observar las crisis del pasado y aprender sus lecciones. “Si bien generalmente es un hecho positivo, puede transformarse en una pesadilla”, dijo.

Las lecciones de las que hablan tienen que ver con que el exceso de liquidez externa se tradujo en expansiones insostenibles del gasto y caídas del tipo de cambio real, que derivaron en duros procesos de ajuste recesivos, con secuelas de desempleo, pobreza e inestabilidad social. “Es cierto que hay problemas como la apreciación del tipo de cambio, que se está acentuando la especialización en materias primas en el Cono Sur, y esto dificulta los encadenamientos productivos y hace más vulnerable a los sectores manufactureros. Ese es un gran desafío. Pero creo que América latina está en muy buenas condiciones para aprovechar esta abundancia si la sabe administrar y si aplicar las medidas y políticas necesarias”, dijo a LA NACION.

Luis María Kreckler, secretario de Comercio y Relaciones Económicas Internacionales, resaltó no sólo el crecimiento de la inversión, sino su calidad. Dijo que mientras en los 90 se caracterizaba por el cambio de manos de empresas vía privatizaciones, “desde 2004 se observa un importante aumento en la capacidad productiva y la radicación de nuevas plantas extranjeras”.
Rozemberg comentó que en la última década, surgió una cantidad mayor de proyectos “complejos” de inversión extranjera, que implican una inserción en las redes globales de las transnacionales y tienen un efecto mayor sobre los proveedores y clientes locales.
“Si bien todavía no aparece como un proceso generalizado, alrededor del 20% de los proyectos de IED del bienio 2007
2008 asume esas características, mientras que en 1997/98, ese porcentaje apenas alcanzaba al 6%. Cuando se evalúa la performance de la IED, no sólo hay que tener en cuenta la evolución de los números fríos, sino también sus impactos cualitativos. En ese sentido, si bien es muy incipiente, se observa alguna evidencia positiva”, agregó.
Marcela Cristini, economista de FIEL, dijo que el informe de la Cepal señala el problema de la región para atraer inversiones en bienes de alta tecnología y la necesidad de tener políticas activas al respecto.
“En el otro extremo, y dada la importancia de inversiones en recursos naturales, sería muy importante preguntarse cuáles son las oportunidades para aumentar la elaboración en origen. El boom de América latina se sostiene en su riqueza de recursos naturales y, por otro lado, la eliminación de la pobreza y de la fuerte desigualdad de ingresos requiere de mejores empleos para un conjunto de trabajadores que no han adquirido capacitación formal de estudios y que como camino alternativo deberán formarse en el trabajo. Si los empleos de la industria agroalimentaria, de elaboración de metales y materiales de construcción, petroquímicas y energías alternativas no se desarrollan más localmente, la difusión de la mejora del crecimiento se demorará o no llegará”, agregó.
Bernardo Kosacoff, ex director de la Cepal en Buenos Aires, dijo: “Hay un cambio cualitativo que ya se manifiesta. Las primeras oleadas fueron grandes empresas brasileñas que compraron grandes firmas argentinas para atender el mercado argentino, a excepción de los frigoríficos. Ahora, la segunda oleada, son empresas de menor tamaño que buscan la complementación y especialización para exportar. La actual tiene efectos más positivos para la cadena productiva, se trata de empresas de mediana y alta tecnología”.
¿Cómo elige un país los sectores que quiere promocionar? “Las inversiones llegan a donde hay oportunidades o atrasos. En el caso de la Argentina, recursos naturales, turismo, minería, infraestructura, servicios. Lo fundamental es entender cómo se toman las decisiones en la casa centrales. Hay una fragmentación de la producción en pocas zonas del mundo. Las empresas hacen licitaciones internas y operan con cadenas globales de valor”, dijo Kosacoff.
La promoción de inversiones es una disciplina relativamente nueva en el mundo, señaló Rozemberg. Buena parte de las agencias de promoción datan de los 90’. “Una parte de la promoción es general y tiene que ver con “la venta” del país en el mundo. Pero lo fundamental pasa por procurar atraer capitales productivos para los sectores o cadenas de valor en los que la oferta doméstica es escasa o insuficiente, y donde el país registra ventajas comparativas. Para hacerlo se requieren buenos diagnósticos técnicos, un aceitado diálogo con el sector privado y que las nuevas inversiones sean de ampliación de capacidades”, abundó.
La llave para atraer capitales va más allá de la publicitada “seguridad jurídica”.
Kosacoff dijo que se bien es un aspecto importante, es un elemento más. “Lo importante es facilitar la organización del mercado, garantizar el desarrollo de proveedores especializados, un sistema científico-tecnológico. Porque, ¿quién puede garantizar cuál será el tipo de cambio o los salarios en 10 años?”
Bárcena opina parecido. “La seguridad jurídica siempre es un tema importante, pero la Argentina ha mejorado mucho y eso es lo que está llevando a varias empresas a volver. Uno de los puntos centrales es tener una política industrial que permita aumentar la capacidad del país para absorber la IED. Si tiene una buena formación de recursos humanos y un sistema de innovación que le permita una verdadera transformación de su estructura productiva, será más exitoso.”
Los números muestran que la región vive un período de creciente internacionalización y globalización, y que esto es sólo el principio. La Cepal estima que las corrientes de IED dirigidas a América latina y el Caribe aumentarán entre el 15 y 25% el próximo año.
En América del Sur, los sectores con mayor recepción de inversiones en 2010 fueron los recursos naturales (43%) y los servicios (30%). La clave pasa por una mayor comprensión del impacto del fenómeno que permita priorizar calidad a cantidad.
LA NACION