17 Oct 17 de Octubre de 1945: El movimiento obrero es la columna vertebral del Partido Justicialista – 17 de Octubre de 2011: ¿qué es el movimiento obrero en el Partido Justicialista?
El movimiento sindical y el surgimiento del peronismo (1943-1945)
La emergencia del peronismo a partir de 1943 va a reconfigurar completamente el movimiento obrero argentino. El peronismo es un hecho histórico complejo, consecuencia directa de las características inusuales en las que se ha desarrollado la Argentina (Godio et al; La anomalía argentina, 2006), en el que se combinarán el sindicalismo anterior a 1943 (anarquistas, socialistas, sindicalistas revolucionarios y comunistas) impulsado por la inmigración europea masiva, las nuevas migraciones internas del siglo XX, el industrialismo (sustitución de importaciones) desarrollado ampliamente a partir de 1930, el auge de las empresas estatales desarrolladas desde la década de 1920, y el “nacionalismo obrero” (Bailey, 1985) que venía evolucionando desde la década de 1910.
El 4 de junio de 1943 militares nacionalistas dirigidos por el General Arturo Rawson desplazan por medio de un golpe de estado al presidente Ramón S. Castillo, último presidente de la llamada “Década Infame” una línea de gobiernos acusados de corruptos y que habían impuesto el llamado fraude patriótico desde el golpe militar de 1930.
Periódico sindical apoyando a Perón.
El movimiento obrero se mostró inicialmente perplejo frente al golpe e indeciso sobre la posición que se debía adoptar. Estaba dividido en cuatro centrales (CGT Nº1, CGT Nº2, USA y FORA). Una de las primeras medidas del gobierno fue disolver la CGT Nº2 (dirigida por el socialista Francisco Pérez Leirós), los empleados de comercio de Borlenghi y los sindicatos comunistas (construcción, carne, etc.), acusándola de extremista. Ello llevó a varios de los sindicatos que la integraban a volver a la CGT Nº1 (secretario general José Domenech). Poco después el gobierno sancionó una legislación sobre sindicatos, que si bien cumplía algunas expectativas sindicales, al mismo tiempo permitía la intervención de los mismos por parte del Estado. Enseguida el gobierno militar hace uso de esa ley para intervenir los poderosos sindicatos ferroviarios y corazón de la CGT, la Unión Ferroviaria y La Fraternidad. En octubre una serie de huelgas fueron respondidas con el arresto de decenas de dirigentes obreros. Pronto resultó evidente que el gobierno militar estaba integrado por influyentes sectores anti-sindicales.
En esas condiciones algunos dirigentes sindicales socialistas, sindicalistas y algunos comunistas, encabezados por Ángel Borlenghi (socialista y secretario general de la poderosa Confederación General de Empleados de Comercio en la disuelta CGT Nº2 socialista), Francisco Pablo Capozzi (La Fraternidad), Juan A. Bramuglia (Unión Ferroviaria), entre otros, decidieron, aunque con reservas y desconfianza, emprender una estrategia de alianzas, con algunos sectores del gobierno militar que compartían los reclamos sindicales. Entre los militares estaban los jóvenes coroneles Juan D. Perón y Domingo A. Mercante. (Baily,84; López, 401).
Los sindicalistas proponen a los militares crear una Secretaría de Trabajo, fortalecer la CGT y sancionar una serie de leyes laborales que aceptaran los reclamos históricos del movimiento obrero argentino. Poco después, la alianza entre sindicalistas y militares obtuvo que el gobierno militar designara a Perón como Director del Departamento de Trabajo, un cargo aparentemente sin valor alguno. Un mes después, consiguen elevar la jerarquía del organismo a Secretaría de Estado (2 de diciembre de 1943). Desde la Secretaría de Trabajo, Perón, con el apoyo de los sindicatos empieza a desarrollar gran parte del programa sindical histórico: se crearon los tribunales de trabajo; se sancionó el Decreto 33.302/43 extendiendo la indemnización por despido a todos los trabajadores; más de dos millones de personas fueron beneficiados con la jubilación; se sancionó el Estatuto del Peón de Campo y el Estatuto del Periodista Profesional; se crea el Hospital Policlínico para trabajadores ferroviarios; se prohíben las agencias privadas de colocaciones; se crean las Escuelas Técnicas dirigidas a obreros; en 1944 se firmaron 123 convenios colectivos de trabajo que alcanzaban a más de 1.400.000 obreros y empleados y en 1945 otros 347 para 2.186.868 trabajadores.
En ese marco los sindicatos comenzaron un período de de gran crecimiento, y lo que fue aún más decisivo, comenzaron a afiliar masivamente a los “nuevos” trabajadores, los que estaban migrando masivamente a la ciudad desde el interior del país, los llamados “morochos”, “grasas” y “cabecitas negras” por las clases medias y altas, y los propios trabajadores “viejos” descendientes de la inmigración europea.
Poco después, algunos sindicatos que se habían mantenido alejados, la CGT Nº1, la USA y los gremios autónomos, comienzan a unificarse en torno de la Secretaría de Trabajo. Pero en sentido contrario, en septiembre de 1945, cuatro importantes sindicatos se separan de la CGT: La Fraternidad, la Unión Obrera Textil, la Confederación de Empleados de Comercio y el Sindicato del Calzado.
La alianza entre sindicatos y el grupo de jóvenes militares encabezados por Perón generó inmediatamente una fuerte oposición de los sectores conservadores políticos, económicos y militares, con apoyo de la embajada de Estados Unidos (Braden) que genera una alta polarización para 1945. Los hechos se sucedieron vertiginosamente.
Comienzan a producirse manifestaciones masivas de sectores estudiantiles en contra de lo que denominan “la dictadura de las alpargatas” (López:410). Las manifestaciones obreras contestan: “alpargatas sí, libros no”.
El 12 de julio de 1945 los sindicatos dirigidos por Borlenghi realizan un acto masivo el centro de la ciudad de Buenos Aires (en Diagonal Norte y Florida). Al finalizar, la multitud de trabajadores comienzan a corear el nombre de Perón y lo proclaman como candidato a presidente. (López, 412; Luna, 156)
La manifestación obrera es respondida el 19 de septiembre por los sectores medios y altos con la Marcha de la Constitución y la Libertad, que reunió la extraordinaria cantidad de 200.000 personas, marchando del Congreso a los barrios de clase alta (Recoleta), donde apoyan al ex presidente Rawson que sale al balcón de su casa. (Luna,219)
Días después Rawson un planteo militar que fracasa pero abre el camino al conato militar del 9 de octubre de 1945 que exige la renuncia de Perón. El gobierno militar, para no caer, acepta.
El 10 de octubre en el momento en que Perón deja el despacho, la CGT realiza un acto en su apoyo en la esquina de las calles Perú y Alsina. Perón se dirige entonces al acto y pronuncia un famoso discurso en el que detalla un avanzado programa de reivindicaciones laborales. (Luna,248/249;)
El Círculo Militar (Palacio Paz) se convierte entonces en el centro político de los sectores más conservadores y de los estudiantes. En un acto espontáneo se reclama el fusilamiento del Perón y se organiza una “partida” para realizar la misión. Las calles de la ciudad son ocupadas desorganizadamente por las clases medias que piden la cabeza de Perón. (Félix Luna; El 45).
El gobierno ordena la captura de los dirigentes sindicales que pasan a la clandestinidad. Perón es detenido por la Marina y confinado en la Isla Martín García.
La detención de Perón es recibida con júbilo por las clases medias y altas, y por el movimiento estudiantil, y organizan un acto masivo sin precedentes en la Plaza San Martín, frente al Círculo Militar. El país entre en un estado caótico y pre-revolucionario.
En los días siguientes se anuncia en las fábricas que los convenios colectivos quedan sin efecto, y se despide a miles de delegados sindicales. El día 16 de octubre la quincena se cobra sin los adicionales de las leyes laborales sancionadas en los dos últimos años. La CGT convoca a una “huelga general revolucionaria” para el 18 de octubre.
Sin embargo los líderes sindicales locales no esperan y el día 17 de octubre de 1945 se produce la manifestación obrera más importante de la historia argentina. Cientos de miles de trabajadores, hombres y mujeres, de las zonas marginales, invadieron la ciudad reclamando la libertad de Perón. El gobierno militar llegó a cortar los puentes que separan la ciudad de las zonas fabriles (Avellaneda), pero la movilización fue indetenible y tomó por sorpresa a los sectores medios y altos de Buenos Aires. Se hizo famosa entonces la frase de un dirigente político radical unionista: “es un aluvión zoológico”. La presión de la multitud obligó al gobierno militar a liberar a Perón esa noche. La propia multitud exigió que Perón saliera a uno de los balcones de la Casa Rosada, lo que finalmente hizo, por primera vez.
La movilización del 17 de octubre de 1945 obligó al gobierno militar a llamar a elecciones, que se realizaron cuatro meses después, resultando elegido presidente Juan D. Perón, con el apoyo del recientemente creado Partido Laborista por parte de un gran número de sindicatos.
Históricamente el 17 de octubre es el ingreso de la clase obrera argentina como protagonista de la historia grande del país. Hasta el 17 de octubre, la historia sindical argentina aparece como información marginal o esporádica, la mayor parte de las veces en las secciones policiales de los periódicos. A partir del 17 de octubre, la historia sindical será un componente importante de la información difundida por los medios de comunicación, así como de los análisis socio-político-económicos sobre la Argentina.
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