Obras Sociales sindicales

Obras Sociales sindicales

Por Carlos Felice
El subsector de la seguridad social es el más eficiente de la Argentina cuando de garantizar salud se trata. Con un subsector privado de medicina prepaga inmerso en una esperable lógica de negocios, y con un subsector público con dificultades en la eficiencia del uso del recurso, las obras sociales sindicales demostramos en el país (y algunas obras sociales lo demostramos más enfáticamente que otras), que garantizamos a rajatabla la salud de los trabajadores con responsabilidad y genuino cuidado por el bienestar de nuestra gente.
La seguridad social, es justamente el sistema que funciona. No está muy dicho en la Argentina, no se escucha mucho esto, tal vez precisamente porque funciona bien. También tal vez porque los dirigentes sindicales no hemos sido idóneos contándolo –y sí puede leerse como una autocrítica-, tal vez porque haya un gran desconocimiento público sobre estos temas, del que somos responsable todos: el Estado, los actores que integramos la seguridad social, los comunicadores.
Hoy hay 14 millones de trabajadores que, sólo por contar con empleo registrado, acceden a todo lo necesario en lo atinente a su salud y a la de sus familias. Y si bien pareciera que el límite de esa garantía fuera el Programa Médico Obligatorio (PMO), lo cierto es que ese PMO es un corpus dinámico que suma garantías a nuevas prestaciones con una periodicidad racional. El sistema funciona, el acceso a la salud está, la cobertura está, la prevención y la promoción de la salud están, la alta complejidad está disponible, el organismo de control correspondiente está ¡qué bueno es este país con seguridad social! Otros países, inclusive, lo observan como caso ejemplar. Sin ir más lejos, en abril de 2010 se realizó en Bogotá (Colombia) el ENCUENTRO IBEROAMERICANO DE LÍDERES HOSPITALARIOS, y la Obra Social del Personal de la Actividad del Turf que presido, tuvo un rol protagónico entre invitados de 12 países de países de la Región y de Europa.
Opino que estos días son una oportunidad para aprender y para enseñar. Si la política sanitaria está en la agenda pública, digamos algo distinto, que aporte a la discusión. Por ejemplo, que la seguridad social, como concepto, dignifica a los trabajadores: “tenés trabajo, tenés salud garantizada”. Esto, visto desde la Argentina, es nada menos que una conquista social; visto desde otros países, a veces es un modelo y otras veces es un milagro a anhelar. O, por ejemplo, digamos que el recurso económico de las obras sociales no es de los sindicatos ni es del Estado, sino que es de los trabajadores de la Argentina que se levantan todos los días para ganarlo. Digamos que nos debemos a los trabajadores y a las conquistas que supieron conseguir, a veces con la vida.