Las cinco máximas del buen inversor

Las cinco máximas del buen inversor

Por Matias Barberia
Aún cuando grandes países caen en números negativos y sus economías destruyen valor, las cotizaciones de grandes empresas tambalean y los titulares de los diarios asustan con movimientos contradictorios de los mercados día a día, hay inversores haciendo buenos negocios. Con estrategias acertadas, fuentes de asesoramiento confiables, disciplina y, por sobre todo, una templanza digna de un maestro del budismo zen, el dinero se puede poner a trabajar incluso en tiempos turbulentos. Para poder sobrevivir a los vaivenes, dicen los especialistas, existen una serie de consejos a seguir que sirven para conocer las posibilidades reales de ganancia o de pérdida de nuestras inversiones y no desfallecer con el sube y baja.
Armar un plan y evitar modas El punto de partida de toda inversión es la planificación. Hay que definir una metodología de trabajo y respetarla a rajatabla, en estos momentos la disciplina paga más que nunca, señaló Mariano Pantanetti, docente en finanzas personales y autor de Invertir y Ganar. El simple dato de que el oro o los cupones atados al PBI están alegrándoles la vida a los inversores no alcanza. No se trata de comprar un instrumento de moda y sentarse a ver cómo se gana dinero, eso generalmente significa llegar tarde a la mejor parte de las ganancias. Pensar una cartera implica saber por qué uno está eligiendo invertir en un valor o en otro, conocer las perspectivas de rendimientos que cada uno ofrece y determinar objetivos. De esa manera, al seguir la inversión, se puede saber de antemano a qué tipo de noticias estar atento e ignorar el ruido. En el mercado existen tendencias que son de largo plazo, por ejemplo el dólar hoy tiende a debilitarse, comentó Marcelo Elbaum, autor de Hombre Rico, Hombre Pobre. Si planificamos nuestras inversiones en base a esa tendencia, una suba momentánea del dólar no nos puede alterar los planes.
Conocer bien la inversión
Cada vehículo de inversión está influido por distintos factores. Una empresa alimenticia difícilmente pierda clientes en épocas de crisis. Los activos de refugio, como los metales, viven sus mejores momentos cuando los mercados están en problemas. Los valores de los bonos soberanos varían de acuerdo a la solidez de las finanzas públicas del país al que pertenezcan. Soy partidario de invertir en base a fundamentos, comentó Juan José Vázquez, jefe de research de Bull Market Brokers. Si yo compro acciones de una empresa sólida, a pesar de que su valor varíe, en el peor de los casos soy dueño de una parte de una gran empresa.
Ser paciente en la caída
Si el plan es el punto de partida, y la selección informada de la naturaleza de cada activo el primer paso, la paciencia es el eje del manual de supervivencia del inversor zen. El que no esté dispuesto a ver caer el valor nominal de su cartera en varias ocasiones, probablemente no pertenezca a este mundo de alzas y bajas constantes.Es un clásico, dejarte llevar por el pánico del mercado desarmando posiciones es la forma más fácil de perder todo, y correr a buscar el activo de moda la mejor de desperdiciar las inversiones ya hechas, comentó Vázquez, de Bull Market Brokers. Por eso, a la hora de elegir un instrumento, es importante determinar el horizonte temporal de esa inversión, y sólo abandonarla en caso de que las perspectivas de ganancia para el momento estipulado hayan desaparecido en forma objetiva. Caso contrario, hay que hacer de tripas corazón y soportar los números rojos en la cartera todo el tiempo que sea necesario. Hay que mantener separados los objetivos de corto, mediano y largo plazos, es decir, no tomar decisiones de corto para la cartera de largo y viceversa, agregó Pantanetti.
No apalancarse demasiado.
Invertir con dinero prestado hace más difícil resistir los bajones del mercado, porque hay que cumplir con plazos y vencimientos, lo que puede obligar a deshacer posiciones en el peor momento posible. Una buena proporción de fondos propios, o en caso de invertir apalancado es necesaria una buena coordinación entre los plazos de repago y los horizontes temporales de las inversiones. Si se invierte con fondos propios, es más difícil ser presa del pánico, argumentó Vázquez.
Siempre hay oportunidades Siempre es momento de ahorrar o invertir, lo difícil claro es saber cómo hacerlo en cada momento. Aún cuando la mayoría se vuelque al consumo, se puede conservar o aún ampliar el valor de los ahorros. Es mentira que en las crisis no hay que hacer nada, la gente en general tiende al gasto. Para transformarse en un adinerado no hay que dejar de ahorrar o invertir, dice Marcelo Elbaum. Las crisis no son excusa, no hay peor arrepentimiento que el de no haber ahorrado o invertido a tiempo, añadió.
EL CRONISTA