¿Estamos listos para las redes sociales?

¿Estamos listos para las redes sociales?

Por Juan Manuel Damia
En 1688, Edward Lloyd fundó el Lloyd´s Coffee House, un lugar que desde sus inicios fue el café preferido de las personas de la industria de la marina mercante. Dueños de barcos, marineros y capitanes definieron este lugar de relacionamiento como comúnmente aceptado. Cuando la piratería comenzó a preocuparlos, esta temática se puso en el centro de discusión y se encontró una solución. Cada uno pondría un poco de dinero para crear un fondo único que sería utilizado para ayudar a quienes perdieran sus barcos en manos de piratas. Esta sería mas tarde la semilla de la industria de los seguros. Lloyd´s of London es la empresa de seguros más grande del mundo, asegurando, a su vez, a aseguradoras y determinando las reglas y normas que regulan la industria en general.
En 1957, el músico Buddy Guy gastó todos sus ahorros para viajar desde su natal Louisiana hasta Chicago, porque, en ésta última ciudad, estaban los principales clubes de blues. Para ser un músico importante de ese género, debía estar allí. Era comúnmente aceptado que el blues salía de los clubes de esta ciudad. Buddy Guy se convirtió en el embajador de la música de Chicago y fue inspirador de músicos como Stevie Ray Vaughan y Jimi Hendrix. Según Guy, Es por el hecho de que fui a los clubes a tocar y al boca a boca que se fue corriendo la voz de que había un nuevo muchacho que tocaba salvajemente la guitarra.
Entornos más relados
Estas dos historias en dos momentos muy distintos de la historia y lugares muy lejanos muestran que nada ha cambiado en el transcurso del tiempo y que las redes sociales no son algo nuevo. En ambos casos, hablamos de un lugar comúnmente aceptado para relacionarse, donde el lugar en sí mismo no generó ningún valor, sino que lo hicieron la gente y sus interacciones ¿De qué hubiera servido el Lloyd´s Coffee House sin los marineros, capitanes y dueños de barcos? ¿Qué efecto hubieran generado los clubes de blues sin la asistencia de gran cantidad de músicos y productores? Ninguno.
Las plataformas de redes sociales como Facebook, de microblogging, como Twitter, o de geolocalización, como Foursquare no tienen valor en sí mismas, sino por su capacidad de convertirse en un lugar comúnmente aceptado para interactuar y relacionarse. En su momento, todos estábamos en ICQ relacionándonos, hoy ya no. No obstante, las personas siguen relacionándose de la misma manera. Lo que vemos en el transcurso de los años es que las cosas no cambian a nivel estratégico, sino a nivel operativo. Es decir, una marca no va a cambiar su estrategia de negocios ni la visión y objetivos de la misma porque se utilice menos MySpace y más Facebook. Estos son sólo canales que, eventualmente, la línea media de la empresa se encargará de explotar de manera óptima para alcanzar sus objetivos.
Internet genera ciclos mucho más cortos y dinámicos. Todo pasa mucho más rápido y llega a más gente potenciando la capacidad (y necesidad) de las personas de sociabilizar. Incluso, genera entornos más relajados para personas con mayores dificultades. Y, como si fuera poco, gran parte de todo lo que sucede es medible. Podemos saber si nuestras campañas de publicidad y nuevos productos son o no atractivos para nuestros clientes o potenciales clientes, y además, podemos saber qué opinan de ellos.
En Internet, la gente navega, busca, compra, recomienda, comparte sus fotos y videos, dice qué le gusta y qué no le gusta, lee, descarga archivos, se muestra, difunde información relacionada con su ubicación en un momento especifico del tiempo e incluso cuenta lo que está haciendo en ese momento. Y toda esa información está allí, disponible para quien la necesite.
La buena noticia es que esto no es algo, como la mayoría cree, que puede ser aprovechado únicamente por las grandes corporaciones. La gran revolución que Internet está propiciando es la democratización de la información, o como me comentó hace poco una periodista, se termina democratizando el Marketing. Es decir, detrás de una cuenta de Foursquare, Facebook o Twitter, no es tan importante quién, sino qué. Si yo estoy caminando por las calles y quiero tomar un café, puedo buscar en Foursquare y ver la opinión de otras personas relacionadas a los dos o tres cafés dentro del área en la que me encuentro. Poco importará si es una gran cadena o un pequeño café de barrio, siempre y cuando las otras personas digan que tienen un producto excelente.
Definir el objetivo informacional
Estas nuevas herramientas crean un entorno muy poderoso para las pymes ya que les permite acceder a la misma información y llegar, eventualmente, a las mismas personas que una gran corporación, pero con la flexibilidad en la toma de decisiones y ejecución de una pyme. La dinámica de Internet sumada al gran volumen de información disponible se termina convirtiendo en una trampa para quienes deben tomar decisiones porque acortan camino copiando recetas de quienes lograron éxito en un proyecto en particular.
Lo importante al analizar la información de Internet es comenzar con un objetivo informacional. No se debe ingresar a las herramientas de reporte para ver qué hay o ver si algo me sirve, sino que deberíamos saber qué pregunta tenemos antes de pensar en qué herramienta de información utilizar. De esta manera, podremos identificar dónde buscarla y cómo obtenerla.
Mantener el foco a nivel información y a nivel acción es lo más complejo en Internet porque surgen constantemente nuevas plataformas que permiten accionar de diferentes maneras en Internet y cada una reporta sus propias métricas o indicadores. Por ello, hay que abrazar el objetivo que se tiene y aprender a desechar todo aquello que no tiende de manera directa a alcanzarlo.
EL CRONISTA