El factor humano, más presente que nunca en los mercados

El factor humano, más presente que nunca en los mercados

Por Claudio Zuchovicki
Cuenta la historia que un día se juntaron los cuatro más ricos del mundo en una mateada gaucha.
Un magnate ruso, un alemán, un chino y Warren Buffett, estaban en plena ronda de mate…
Magnate ruso: Tengo una gran liquidez gracias al negocio petrolero…¡¡¡voy a comprar el Bank of America…!!!
Magnate alemán: Yo también estoy muy líquido, fui muy cauto por la crisis de nuestros países vecinos, ¡voy a comprar la General Motors!
Magnate Chino: Yo si soy un magnate, acumule más reservas en bonos del tesoro americano que nadie, yo voy por recursos naturales, con lo mismo que ustedes gastan en esas empresas…¡¡¡voy a comprar Molinos, Carlos Casado, Cresud, Celulosa, Grupo Financiero Galicia, Aluar, y me guardo unas monedas para comprar Comercial del Plata solo para divertirme…!!!
Los tres quedan esperando que el viejo Buffett hable… El tipo da una larga chupada al mate…acomoda la bombilla y dice…¡ tarde, yo No vendo..!!!
Es impresionante como dos personas, sin hablar solo actuando, pudieron hacer lo que ningún político con millones de declaraciones y recursos publicitarios, lo que ningún dirigente empresario, ningún presidente de empresa cotizante, ningún presidente de algún banco central del mundo, ningún ministro de economía del mundo, ningún portfolio manager triple A.
¿Qué hicieron? Sin hablar, sin gastar en publicidad, solo actuando, dieron un manto de tranquilidad y de confianza al sistema financiero.
Ellos fueron, Warren Buffett, que sin decir palabra, solo actuando y comprando un paquete accionario de Bank of America, en el momento y precio justo, le puso un mínimo al mercado americano, provocando un rebote de precios mayor que el salvataje TARP anunciado por el tesoro americano un par de años atrás.
El otro fue precisamente Ben Bernanke, que cuando todo el mundo puso el freno a las inversiones, esperando sus palabras el viernes pasado, sin decir lo que la gente estaba esperando que diga, solo mostrando calma y haciendo sentir que la reserva federal era la que iba a manejar los tiempos y no el mercado provocó casi sin buscarlo, repito sin anunciar nada nuevo, otra mejora sustancial en el sentimiento del inversor.
Paradójicamente en Europa parece que quieren controlar la cosas controlando al que vende, al que invierte, a los déficit de los países, a los bancos que prestan, a las calificadoras y hasta ahora déjenme decirles, da la sensación que a más control, más descontrol.
Por eso una vez más los mercados me demuestran que detrás de cada decisión de inversión no hay programa algorítmico que valga, balance de empresa que cuente, analista de inversión que tenga la justa, calificadora de riesgo que imponga opinión o regulador que tenga el control del mercado.
Se trata solo de personas que buscan invertir en qué y en quién les inspiran confianza y expectativas positivas, no importa su presente sino su rumbo, su flujo.
Los inversores invierten en historias que sienten que valen la pena, y en conductores de empresas que sepan contarlas, pero que luego puedan demostrar que van cumpliendo con esa historia con la transparencia de mostrar sus inversiones paso a paso, con sus resultados claros.
En fin simplemente cumpliendo con lo propuesto, o sea lo que en el mercado llamamos prospecto.
Por eso una vez más el mercado me demuestra que son las acciones de las personas y las actitudes de las instituciones, las que marcan la tendencia.
Por suerte a diferencia del sistema político del mundo de hoy que se va quedando sin referentes, en el mercado financiero con sus actitudes, Warren Buffett, Ben Bernanke y sumo a Steve Jobs, supieron marcar tendencia. Contaron una historia, los inversores la compraron, y ellos transformaron esas historias en realidades tangibles.
EL CRONISTA