Azar positivo ¡probalo!

Azar positivo ¡probalo!

Por Gisel Picca
No creo en casi nada sobrenatural, salvo cuando me me muero de miedo, y creo en cualquier cosa. Pero en esos casos, en los que rezo todo lo que aprendí de chiquita en la escuela religiosa, no cuentan, porque ocurren bajo emociones alteradas.
Así que los días serenos, en los que sé que soy dueña de mi propio destino, entiendo que no hay un gran Dios observándome, que la vida es ésta y no hay otra, que la eternidad son nuestros hijos, y los hijos de nuestros hijos, y que cuando no hay de esa clase de eternidad, la futilidad de la vida es bastante más dificil de soportar, y queda la ilusión de que algo de nosotros tendrá sentido en una eternidad que se llame fotografías, palabras dichas, palabras escritas, pensamientos compartidos con otros, pero no mucho más.
Pues bien, aún así, en general soy positiva respecto a la existencia, a lo que hay por delante. Tanto es así que, por ejemplo, practico un pensamiento al que yo llamo “azar positivo”, 100% creación propia, producción nacional, un modo de adaptación a la adversidad con calce perfecto, ideal para la cartera de la dama y el bolsillo del caballero.
A saber: estoy en una esquina parada esperando un taxi que tal vez tarda demasiado en llegar. Finalmente, después de unos minutos (que digamos que se sintieron una eternidad, para fortalecer el concepto), estiro mi brazo porque diviso un automóvil negro y amarillo con su celestial luz roja encendida. Cuando el taxi en cuestión está a cincuenta metros de mí, ya estoy convencida de que el problema del viaje esa mañana está resuelto. Y, sin embargo, el taxi no se detiene! Pasa frente a mí como si yo tuviera menos vida que los árboles de la cuadra!
Extraño momento de desconcierto y confusión en una mañana que tal vez pudo ser la de hoy. Sin embargo, automática, inmediatamente me ilumina un convencimiento que me dice que este otro taxi que vendrá detrás y finalmente detendrá su marcha frente a mí, es mejor. El taxista es menos fumador, o menos fascista, o necesita mas ese dinero que habré de pagarle en instantes. Simplemente lo sé. Es un sistema mental extremadamente positivo, y sirve. Por el siguiente motivo.
He notado que los cambios a los planes vitales de nuestras vidas, ésos que nos aterran, o al menos nos confunden y desconciertan, que sobrevienen sin aviso siempre, además de que es sabido que muchas veces son buenos, también, cuando no lo son, nos dejan conocimiento aprendido y crecimiento. En eso no fallan. Nunca.
Ese taxi de la vida que no esperábamos, es en general, sino mejor que aquel al que queríamos subir, vehículo que enseñará cosas que no sabíamos del mundo, de la gente y de nosotros mismos, proporcionará madurez, nos modificará, nos hará mejores.
Azar positivo 100%. Increíble. Pero real.

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