23 Jul Grecia y Turquia, Destinos de Leyenda.
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TURQUIA
La primera imagen que surge apenas sale uno del Aeropuerto Internacional de Atenas es la de estar visitando una ciudad vibrante, en una evolución constante y cosmopolita. La urbe idealizada siglos atrás por Pericles se ha transformado en un destino turístico muy requerido por la belleza de sus paisajes, así como también por sus vínculos con la mitología y los magníficos restos arqueológicos que alberga.
A la Acrópolis, uno de los emblemas turísticos griegos, se accede desde la escalinata de los Propileos, un antiguo pórtico considerado el ingreso a la parte superior y sagrada ciudadela. Ya casi en la cima aparece delante de los ojos del viajero el inmenso Partenón, con sus milenarias columnas, que aún continúan en pie, resistiendo el paso del tiempo y las sucesivas ocupaciones de diferentes civilizaciones, como las de los romanos y otomanos. Vale la pena una visita al Museo Arqueológico para asombrarse por la extensa colección de objetos de la Antigua Grecia, como por ejemplo la Máscara de Agamenón. Imperdible es el momento del cambio de guardia, solemne, realizado por los evzones, soldados con el traje nacional griego, que rinden honores al monumento al Soldado Desconocido. Por la noche, el espectáculo de luz y sonido sobre la Acrópolis cerrará una jornada mítica.
Grecia es escenario de una infinita variedad de posibilidades turísticas. Cerca de Atenas se puede visitar el Templo de Poseidón, cuya silueta se proyecta contra el cielo y el mar de un modo dramático. También es posible llegar y dormir en Delfos, para conocer el famoso santuario donde la pitonisa de Apolo emitía sus misteriosas frases. Y en Kalambaka, los monasterios de Meteora, construidos en grandes peñascos, desafían la imaginación.
TURQUÍALa magia que irradia Estambul tiene un efecto inmediato en el viajero. Cada paso que se da por sus calles significa pisar el suelo de la que alguna vez fue capital del Imperio romano de Oriente y del Imperio otomano. La Mezquita Azul es la más visitada por los turistas que viajan a Estambul. Debe su nombre al color azul vivo y verde de los 21.043 mosaicos que decoran las cúpulas y la parte superior del templo. Enfrente se encuentra la Iglesia de Santa Sofía, el monumento más esplendoroso del arte bizantino en Turquía. En el interior son admirables sus mosaicos hechos sobre la base de vidrios de colores o transparentes sobre hojas de oro, con las que se representaban antiguamente escenas bíblicas.
También se destacan el Palacio de Topkapi, residencia principal de los sultanes del Imperio otomano; el extenso Museo Arqueológico de Estambul, ubicado en tres edificios diferentes; y una visita al colorido Gran Bazar. Además, un tranquilo paseo en barco por el Bosforo, el estrecho que divide la ciudad en dos y separa los continentes de Europa y Asia, permitirá admirar la unión del Mar de Mármara con el Mar Negro. Sin duda, la ciudad es un punto de encuentro de civilizaciones y culturas que brindará jugosas anécdotas e historias para contar de vuelta a casa.
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