11 May Otra mirada sobre el lobbying
Por Alberto Borrini
Dos siglos de estrecha relación entre lobbying y medios de difusión fueron revisados a la luz de las últimas investigaciones y experiencias por los participantes de la 2da. Conferencia Internacional de Relaciones Públicas, que se hizo recientemente en Buenos Aires.
El consejo, actualmente presidido por Gustavo Pedace, no quiso quedar al margen de las reflexiones profesionales que provocó la celebración del Bicentenario de la Revolución de Mayo. El máximo responsable de la conferencia fue Hernán Maurette, a quien acompañaron los principales directivos de la entidad: Pedace, Gabriel Sadi y Juan Iramain, entre otros ejecutivos.
La idea central del temario fue que el lobbying ya se practicaba en los primeros años de la patria, como señalaron los especialistas que se ocuparon de los aspectos históricos: Emilio Perina, Ignacio Bracht, Fernando Ruiz, Vicente Massot y Armando Alonso Piñeiro.
Este último refutó la creencia de que los medios locales eran elementales en la época prerrevolucionaria. “No fue así, porque estaban bien escritos y ganaban en la comparación con otros países, e incluso con España.”
Eran críticos en tiempos de grandes acontecimientos en Europa que repercutieron en el país y motivaron la formación de los primeros grupos de lobbying en el país.
Fue Carlos Pagni, columnista de LA NACION, el encargado de resumir la historia de los periódicos en el mundo, que, bajo su forma actual, nacieron a finales del siglo XVIII como “una herramienta de las sociedades para limitar el poder de los gobiernos”. Naturalmente, aún no se había acuñado el término con que se conoce a la herramienta actualmente, que procede de Gran Bretaña. Lobbying y relaciones públicas son, en su sentido más amplio, tan viejos como el mundo, pero profesionalmente se desarrollaron durante el siglo pasado.
Disertantes extranjeros
Mucho interés suscitaron en los más de 300 participantes de la conferencia las charlas de los disertantes invitados: Jordi Xifra, español; Peter Behrens, director de la fundación Konrad Adenauer en Buenos Aires; los brasileños Luis-Alberto Farías y Paulo Nassar; Fernando Tironi, de Chile, y la norteamericana Julie Freeman, presidenta de la International Association of Business Communicators (IABC), entidad que agrupa a más de 15.000 miembros en el mundo, algunos de ellos argentinos.
En los Estados Unidos, el lobbying está sujeto a las mayores regulaciones oficiales, como consecuencia de los sonados escándalos que afectaron en su momento a la imagen de la Casa Blanca y por eso la exposición de Freeman era muy esperada. La primera regulación se produjo en 1946 y fue muy tolerante; la segunda, en 1995, ajustó más las clavijas, pero no lo suficiente. La última, de 2007, es la que está en vigencia.
“En los Estados Unidos, el lobbying es una suerte de advocacy o defensa de los puntos de vista empresariales en conflictos públicos”, añadió.
Los lobbistas pueden ser consultores, directivos de empresas registrados como tales, coaliciones, asociaciones de comercio e individuos comunes que se valen de las redes sociales para hacer oír su voz a los gobernantes. Pero rara vez se autotitulan lobbistas, sino especialistas en relaciones públicas o consultores.
“Para ser realmente efectivo, el lobbying tiene que ser honesto, confiable y transparente”, fue la recomendación de Freeman.
Las economías reguladas
Xifra habló de la herramienta “en una economía regulada”, y Tironi, sobre cómo tuvo que adaptarse el lobbying a la naturaleza política de los últimos tres presidentes chilenos. Con las horas, la realidad política actual comenzó a presionar sobre los panelistas, al estar el lobbying tan vinculado con la libertad de expresión.
Fernando Ruiz, académico, concluyó en que “en la Argentina, la ley se aplica a los enemigos”, y añadió: “Las ideas viven en la medida en que pueden encarnar en los medios de difusión”.
El Consejo Profesional de Relaciones Públicas está integrado por más de 400 consultores, ejecutivos de empresa y directivos de organizaciones no gubernamentales, profesionales independientes, académicos, profesores y alumnos.
Tres días después del cierre del foro internacional, se conoció la noticia del fallecimiento de Abel Almeida (“Pincho”), un pionero de las relaciones públicas y presidente de la primera fusión de las entidades del ramo. Almeida tuvo también una relevante actuación en el Consejo Publicitario Argentino. Muy querido por sus colegas, la conferencia le habría tributado, durante su desarrollo, un merecido homenaje.
LA NACION