25 May Diez mitos sobre Puerto Madero
Por Evangelina Himitian y Laura Reina
Se lo señala como el barrio más nuevo de Buenos Aires; el más cotizado; el elegido por la nueva clase rica; el símbolo de poder y del dinero. Se le reconoce el mérito de ser el emprendimiento urbanístico que consiguió que la ciudad volviera a mirar al río. Se cree que sus torres están habitadas por mayoría de extranjeros y que es un barrio netamente corporativo, con más oficinas que viviendas.
A más de 20 años del nacimiento de Puerto Madero, muchas de esas premisas dejaron de ser ciertas. O nunca lo fueron. Hoy, está cerca de alcanzarse el límite de metros cuadrados destinados a viviendas que estableció el Master Plan: ya hay 1.303.919 m2 edificados, de los 1.500.000 m2 previstos. En los últimos cinco años se duplicó la cantidad de metros cuadrados construidos. Y hoy, la superficie de uso residencial duplica a la destinada a oficinas.
Según los principales brokers inmobiliarios que comercializan unidades en el barrio, el mayor desafío que hoy enfrenta Puerto Madero ya no es su urbanización, sino su integración plena con el resto de Buenos Aires. “A 20 años de haber iniciado su reconversión, aún tiene un trecho por recorrer. Pero no tanto en el plano de la urbs sino en de la de la civitas ; es algo que va más allá de su construcción material y tiene que ver con su maduración social”, dice Luis J. Ramos, de la inmobiliaria que lleva su nombre. A continuación, los principales mitos:
1) Es el último barrio que se incorporó a la ciudad.
Si bien es el más joven, Puerto Madero no es el último barrio en incorporarse al mapa de la ciudad. El último es Parque Chas, ya que su conformación fue aprobada por la Legislatura porteña el 6 de diciembre de 2005. Sí puede afirmarse que Puerto Madero es el barrio más joven, ya que comenzó a proyectarse en noviembre de 1989, momento en que el gobierno nacional transfirió en propiedad a la Corporación Antiguo Puerto Madero 170 hectáreas para su desarrollo urbanístico.
2) Es el barrio en que se vende más caro el m2
Varios sondeos inmobiliarios realizados por LA NACION dan cuenta de que el valor promedio del metro cuadrado en Puerto Madero alcanza a los 3800 dólares, con picos que pueden llegar a los US$ 4500, mientras que en Barrio Parque esa cifra es de US$ 4750. “En algunas torres se llegó a pagar hasta 6000 dólares el m2, pero es la excepción, no la regla”, confirmó Federico Andreotti, socio gerente de la inmobiliaria Tizado Puerto Madero.
Château Puerto Madero es la torre que más cara se comercializa. “Allí, por el m2 del piso 20 se pide entre 4500 y 4700 dólares”, apuntó Analía Grecco, broker de la división residencial de L. J. Ramos. La evolución de los valores ha ido en aumento: en 2002, el metro cuadrado residencial se cotizaba a 1700 dólares y, en 2006, promediaba los 2600 dólares.
3) Las unidades con vista al río se cotizan mejor que las que miran a la ciudad.
Cuando se proyectó el barrio, se pensó en la posibilidad de que la ciudad volviera a mirar hacia el río. Y si bien muchos creen que ese objetivo está cumplido, lo cierto es que las unidades con vista al río se cotizan a menor valor que las que miran a la ciudad. ¿Por qué? Según informaron los operadores inmobiliarios, la mayoría de los habitantes vuelve a su casa cuando ya es de noche y no puede disfrutar de la vista al río. En cambio, prefieren la luces de la ciudad.
4) Es un barrio corporativo: hay más oficinas que viviendas.
Hasta 2004, Puerto Madero fue un barrio más corporativo que residencial. Pero a partir de 2005, la tendencia comenzó a revertirse: por primera vez desde su fundación los metros cuadrados construidos destinados a la vivienda superaron a los de uso corporativo. Según datos de la Corporación Antiguo Puerto Madero, hoy la superficie para habitar prácticamente duplica a la destinada al trabajo (se contabilizan 1.303.319 metros cuadrados residenciales y 659.996 de uso comercial). Pero si se toma en cuenta la cantidad de personas que viven y trabajan, la relación es inversa: la población estable del barrio es de casi 13.000 personas y sólo el 20% de los departamentos están habitados. En cambio, por motivos laborales, cada día llegan a Puerto Madero unas 36.000 personas.
5) Los nuevos edificios desbordan de extranjeros
Puerto Madero es uno de los principales puntos de confluencia de los extranjeros que visitan la ciudad. Pero no necesariamente lo eligen para invertir o habitar: según el informe de la inmobiliaria L. J. Ramos, el 70% de los compradores de unidades es de origen argentino. La relación de inversionistas vs. compradores genuinos (que compran con fines de habitar) es de 60 a 40 a favor de los primeros.
6) Es más económico hospedarse en Puerto Madero que alojarse en la reconvertida zona portuaria de Sydney o Londres.
Miles de turistas eligieron Buenos Aires como destino en los últimos años, favorecidos por el tipo de cambio. Sin embargo, los precios dejaron de ser lo más atractivo: el alquiler semanal promedio de un departamento de dos ambientes en Puerto Madero se ubica en 854 dólares. Por unidades similares en Sydney y Londres se paga 527 y 529 dólares, respectivamente, según un reporte de L. J. Ramos.
7 ) Lor precios de las cocheras están por las nubes
Los operadores inmobiliarios aseguran que comprar una cochera en Puerto Madero puede resultar más económico que en otras partes de la ciudad, como Recoleta o Palermo. “En estos últimos barrios se están vendiendo a valores que pueden llegar a los US$ 60.000 y que parten de alrededor de los US$ 45.000. En Puerto Madero se venden a US$ 30.000”, apuntó Luis Ramos. Una posible explicación: estacionar en Puerto Madero no es tan complicado como en Recoleta o en Palermo, donde encontrar un hueco para dejar el auto es casi imposible…
8) Es más caro el alquiler de un local comercial en Puerto Madero que en un centro comercial. El alquiler de un local en este barrio cuesta la mitad que en las principales arterias comerciales de la ciudad. Así, en octubre de 2009, se pedía US$ 30 el m2, mientras que en la calle Florida, US$ 75; en Santa Fe y Callao, US$ 65; en Cabildo y Juramento, US$ 60; Santa Fe y Coronel Díaz, US$ 58 y en Acoyte y Rivadavia, US$ 56. La razón: los operadores inmobiliarios explican que esto se debe a la escasa cantidad de caminantes que pasean por el barrio, ya que la mayoría utiliza auto.
9) Es el barrio ideal para quien trabaja en el microcentro.
Sólo es cuestión de cruzar y en cinco minutos llegar al trabajo. La experiencia que relatan los habitantes indica lo contrario… Los cinco puentes que cruzan la ciudad suelen congestionarse durante las horas pico. A eso hay que sumar piquetes y marchas varias. Martha González, una abogada que vive en el barrio, relata que a la mañana, en hora pico, tarda unos 30 minutos en ir desde su casa, en el Dique 2, hasta Tribunales, es decir, casi el mismo tiempo que se demora en llegar hasta la estación Tribunales del Subte D, desde el barrio de Belgrano.
10 ) Es una complicación que no haya supermercados
Es una de las cosas que más se dicen del barrio. También, que faltan escuelas. Pero, según pudo comprobar LA NACION, la gran mayoría de los vecinos hace sus compras por Internet. “Cuando te quedás sin azúcar, vas al drugstore , que te cobra un 30% más, pero te saca del apuro”, comentó una vecina. Y en cuanto a los colegios, tampoco parece ser un problema: “La mayoría de la gente envía a los hijos a colegios tradicionales, como el Champagnat o el La Salle”.
LA NACION