Santiago Segura: “A mí, lo que me gusta es que me quieran” 

Santiago Segura: “A mí, lo que me gusta es que me quieran” 

Por María Fernanda Mugica
“No soy un tipo al que le encante tomar riesgos. A mí, lo que me gusta es que me quieran”, confiesa Santiago Segura. Un personaje machista, xenófobo y muy desagradable no parece ser, a primera vista, la mejor elección para convertirse en un favorito del público. Sin embargo, José Luis Torrente, policía madrileño, fanático del Club Atlético de Madrid, consiguió con todas esas características poco felices convertir a Segura en un actor y director muy querido dentro y fuera de su país. En una extensa charla con LA NACION Segura, de visita en la Argentina para presentar Torrente 4: Lethal Crisis 3D, que se estrena pasado mañana en los cines, y participar del Bafici, donde su film se vio ayer en una función especial y demostró tener un discurso muy claro sobre su trabajo. Haciendo gala de su histrionismo, imitando voces y contando anécdotas que provocan carcajadas, también reafirmó esta necesidad de divertir y complacer.
Claro que su forma de complacer en el cine es muy poco complaciente. Porque su José Luis Torrente es un personaje que no tiene rasgos encomiables. “Torrente es un compendio de la miseria humana”, dice Segura, quien jura que nunca imaginó que su personaje tendría tanta aceptación. Según explica el guionista, director y actor, la génesis de la historia fue en un restaurante chino donde un hombre llamaba “chinita” a la camarera, situación que trasladaría luego al cine y se convertiría en una escena de culto. “Ahí pensé que si esto que es tan vergonzoso podíamos aislarlo como si fuera un germen en un laboratorio, y ponerlo en una pantalla gigante puede ser muy divertido –cuenta–. También pensaba en la sociedad española, en lo que más me disgusta de nosotros y en lo que más gracia me hace. Y, sobre todo, cosas que no me hacen gracia pero sabía que, exagerándolas, podían ser divertidas. Creo que ése es el secreto: la catarsis que supone reírte de algo que en la vida real te jode.”
El trailer musical de Torrente 4

En la nueva película, Segura sitúa al madrileño en medio de la crisis que vive España por estos días. “Torrente siempre fue una mezcla de crítica social, en clave de humor negro –explica el actor–. Entonces, me pareció algo lógico que le afectara la crisis y que se viera inmerso en lo que está sucediendo ahora.” Escenas en las que el protagonista se pelea con chicos por revolver tachos de basura para encontrar comida le dan un tinte bien oscuro al film. “Es que me gusta mucho la negrura –dice Segura–. Esa cosa de humor cabrón. Es lo que me hace gracia a mí.”
El director ha sido denostado por quienes no ven la crítica implícita en los films de Torrente y les resulta repulsivo. “No soy un educador. No puedo ir explicando puerta por puerta que esto es una crítica, no una apología. Pero me da pena que haya gente que no lo pueda entender. Cuando me dieron el Goya por dirigir Torrente, al final de mi discurso dije: “Recordad, niños: no seáis como Torrente”. Lo dije un poco en broma y un poco en serio, por si acaso”.
La gran novedad para esta cuarta parte de la serie es el uso del 3D. “Fue la primera comedia europea en 3D –cuenta el director–. No teníamos ni idea de cómo hacerla. Lo primero que hice fue tener una conversación con James Cameron. Me lo presentó Guillermo del Toro en Nueva Zelanda cuando fui a visitarlo”. Tras estudiar mucho el tema, Segura decidió seguir adelante. “El 3D es parte de la idea de darles a los espectadores algo que no pueden ver en su casa, que es esta sensación de tridimensionalidad e hiperrealidad. Esto se utiliza mucho en cine de terror, o para los animalitos en el cine para los niños o para crear mundos fantásticos como Pandora, pero se me ocurrió que también podía ser impactante utilizarlo para el sexo y la escatología.”
Debido a la amistad que los une, Del Toro es una pieza fundamental en el trabajo de Segura. Tanto que éste tiene como cábala estar cerca del director de El laberinto del fauno a la hora de escribir los guiones. “El cabrón me ayuda mucho. Siempre es el primero que ve la película cuando la termino. En la primera, lo tengo grabadísimo, se estuvo riendo durante toda la película y, cuando se encendieron las luces, me dijo: «Gordo, es una obra maestra. Le sobran 20 minutos». Cuando eres primerizo, te cuesta entender que cortar es mejorar mucho. Al final, le quité 15 minutos. Siempre me ha dado muy buenos consejos, y le hago caso”, dice el actor, quien además suele hacer cameos en los films del realizador mexicano.
Otro gran amigo y consejero de Segura es Fernando Trueba, uno de los directores españoles favoritos del actor, junto con Luis García Berlanga. El director de La niña de tus ojos fue el primero que reconoció el talento de Segura al ver uno de sus cortos, cuando era jurado de un festival, y lo convenció de seguir por el camino del cine.
Por supuesto que Alex de la Iglesia, quien le dio su primer protagónico en la genial El día de la bestia es otro referente para Segura. “Alex también me parece un monstruo irrepetible. Es un genio. Lo que pasa es que con él tengo una relación más complicada porque es como un hermano, así como Trueba es como un tío y Guillermo es como un hermano más listo. Con Alex hay más competencia; es una cosa de amor-odio. Es como su película Muertos de risa. No llegué con Alex al punto de poder mostrarle mi película y que me hiciera comentarios.” Sin embargo, el actor aclara que adora actuar en los films del director. ?”La culpa de que yo haga películas es que Alex no me dé protagónicos cada año –dice Segura–. Me sentiría realizado con eso y no tendría que hacer mi mierda.”
Aunque le encanta actuar en otras cosas (“¡Qué felicidad sería que me llamara Campanella para rodar aquí un mes y medio!”, dice, y se ríe), Segura confiesa que no tendría problema en hacer más películas de Torrente. “A veces me preguntan si ya no me aburre hacerlo. Llevo interpretando a Torrente seis horas de mi vida nada más. Hay gente que lleva ocho temporadas en una serie, haciendo de un camarero muy gracioso y ?eso sí me parece un poco triste, porque es como ir a la oficina. Así que podría hacer otro Torrente dentro de tres años. Depende del público, y parece que está encantado. No sé si llegaré a ser como Rocky Balboa, un Torrente con 65 años.”
LA NACION