15 Apr A pesar del renacimiento sindical, no hay afiliación masiva de empleados
Por Rodolfo Barros
El sindicalismo argentino consolida su poder político aunque la base de su pirámide es más angosta. Así se define la arquitectura del gremialismo local según referentes del sector y estadísticas públicas y privadas, que sugieren que el rol creciente de los gremios desde 2003 no es acompañado por un incremento proporcional en la cantidad de afiliados. El número de personas ocupadas creció el 38% entre 2001 y 2010, mientras que la cantidad de afiliados sólo lo hizo el 25%. Hoy no llegan a ser tres de cada diez los trabajadores afiliados a algún sindicato, cuando en 2001 casi llegaban a cuatro.
La desproporción es preocupante si se tiene en cuenta, al menos, el rol que los economistas otorgan a los gremios en la distribución del ingreso.
Un relevamiento realizado por PERFIL entre sindicalistas, analistas del mercado de trabajo y fuentes de la cartera que conduce Carlos Tomada, permite concluir que el creciente protagonismo de los gremios en la vida política y empresarial no es correspondida por un crecimiento igual en su base de afiliados por las siguientes razones:
◆Alta imagen negativa de los gremios. Las encuestas de opinión, como la que realiza Ipsos Mora y Araujo, muestran que los sindicatos se mantienen en el segundo lugar entre los grupos sociales con peor imagen, con el 65%. Sacerdotes y militares cuentan con proporciones más benignas.
◆Mayor conflictividad entre gremios: crecen las acciones directas de parte de sindicatos, como Camioneros, que intentan sacarles afiliados a otros gremios, como Comercio.
◆El sindicato ya no es un mediador necesario: hoy el 17% de las negociaciones salariales se resuelve sin intervención de un gremio.
◆Alta informalidad: casi cuatro de cada diez trabajadores no están registrados. Casi la mitad de los jóvenes empleados tienen puestos informales.
◆Falta de libertad sindical: hay asalariados que eligieron conducciones gremiales que no son reconocidas por el Gobierno. Es el caso de los empleados de subterráneos, entre otros.
◆Pérdida de rentabilidad. En algunos sectores, como bancarios, gastronómicos y ferroviarios, a los sindicatos no les sería rentable afiliar, ya que igualmente cobran “cuotas solidarias” por parte de los asalariados.
Números. David Trajtemberg, investigador del Ministerio de Trabajo de la Nación, explicó que aún con una influencia política sindical en ascenso, “en los últimos años la tasa de afiliación permanece constante”, lo que quiere decir que “la cantidad de trabajadores afiliados estuvo creciendo” porque “el universo sobre el que se calcula la tasa” también se expandió. Según cifras oficiales, “entre 37% y 40%” de los trabajadores asalariados registrados del sector privado están afiliados.
Sin embargo, sumando los datos de la CGT y de la CTA, las principales centrales obreras, los afiliados pasaron de ser 3,5 millones en 2001 a 4,4 millones en 2010, es decir, un crecimiento del 25%.La cantidad de trabajadores, tanto del sector formal como informal, creció en el mismo período el 38%, de 11,1 millones a 15,3 millones, con lo que la afiliación habría bajado del 31% de los trabajadores al 28% en una década.
“Crece más el empleo que la afiliación y eso tiene muchos porqués”, explicó Horacio Meguira, asesor e investigador en la CTA. Uno de ellos, aseguró, es que a “algunos” sindicatos “no les interesa afiliar porque igualmente cobran cuotas solidarias” o tienen ingresos al margen de los afiliados. Para ellos, un padrón más grande “sólo les trae más problemas de administración”.
Cita en este grupo a la Asociación Bancaria, la Unión Ferroviaria y Gastronómicos. “Sobre 90 mil trabajos del sector gastronómico de Capital, el sindicato tiene 11% de afiliados nada más”, dijo.
Sostiene que los trabajadores tienden a asociarse “al margen de lo que suceda en los sindicatos” y por eso “hay más conflictos, más continuidad y mejor calidad de conflictos”.
Los datos de la CTA de 2005 indican que sólo el 22% del total de personas económicamente activas, sin contar a la patronal, pertenece a un gremio.
Colectivos. Ernesto Kritz, director de SEL Consultores, experto en el mercado del trabajo, dijo que “si los sindicatos no tienen más afiliados es porque los no interesados son los asalariados. De todos modos, administran los recursos de las obras sociales, incluyendo los de no afiliados al sindicato, y además perciben contribuciones obligatorias de todos los comprendidos en los convenios colectivos, estén o no afiliados”.
Un informe de SEL de diciembre pasado afirma que el poder sindical en Argentina crece por la expansión del empleo formal y la cantidad de personas que involucran los convenios colectivos, que tienen alcance sectorial esté afiliada o no.
También menciona que desde 2003 se crearon 2,8 millones de empleos, la mayoría de los cuales son asalariados privados registrados.
De este grupo, dos de cada tres nuevos puestos asalariados privados registrados son de sectores de servicios, con menos tasa histórica de afiliación.
Víctor De Gennaro, secretario de relaciones institucionales de la CTA, niega en forma rotunda que haya un “desinterés” de los trabajadores.
“La CTA pasó de 600 mil a filiados a 1,4 entre 2001 y 2010, y el interés crece entre los jóvenes. Hay más de 2 mil agrupaciones nuevas que todavía no tienen personería. Si no hay más afiliados es porque hay persecución y falta de libertad sindical”, insistió.
Las estadísticas de negociaciones por salarios del Ministerio de Trabajo muestran cómo los conflictos laborales crecieron fuertemente durante el período kirchnerista.
Según la cartera laboral, la cantidad de convenios colectivos y negociaciones homologadas por Trabajo subió de 348 en 2004 a 2038 el año pasado, y ya incluyen a más de 4 millones de trabajadores.
Sin embargo, también revela un aumento de conflictos en los que no participan sindicatos en forma global, sino directamente negocia el personal de cada empresa con la parte patronal.
El ministerio divide los cálculos en acuerdos sectoriales (por actividad) y aquellos que tienen validez para una compañía concreta (por empresa). En 2004, 67,8% de los acuerdos eran por empresa, número que subió a 72,6% en 2010. El resto, en descenso, corresponden a acuerdos por sector o actividad, en donde sí o sí es necesaria la intervención de un sindicato, que negocia con cámaras o uniones empresariales, en el caso de la actividad privada.
El equipo jurídico de la CTA revela otro indicador que muestra la influencia que tienen los sindicatos: la llamada conflictividad informal, que se refiere al porcentaje de conflictos que son resueltos sin participación de ningún sindicato.
Esos conflictos ya representan el 17% del total, un número alto, si se tiene en cuenta que no existían hasce cinco años. Así casi dos de cada diez negociaciones se concluyen sin intervención directa de los gremios.
PERFIL