Hacen terapia, pero en un mundo virtual

Hacen terapia, pero en un mundo virtual

Por Samantha Murphy
– Bienvenidos a Second Life, un mundo virtual con casi 20 millones de jugadores en todo el mundo, donde los avatares –representaciones digitales de cada jugador– crean todo lo que existe a su alrededor. Cada calle, cada árbol que se mece con el viento e incluso el viento mismo son el producto de la imaginación de sus usuarios.
Para algunos de ellos, esto no es sólo un juego.
Es precisamente esta habilidad para construir y controlar un ámbito virtual, lo que está creando una nueva rama de la psicoterapia: la “terapia avatar”, gracias a la cual los terapeutas interactúan con sus pacientes “de avatar a avatar”.
Hay quienes dicen que esto es sólo una pálida imitación de una sesión de terapia de la vida real. Sin embargo, sus defensores sostienen que tiene ventajas únicas que ayudan a llevar la psicoterapia un paso más allá.
En Second Life las sesiones no están restringidas a la oficina virtual del terapeuta; también incluyen la recreación de escenarios, que permite al paciente practicar las nuevas habilidades aprendidas para hacer frente a sus problemas. Durante todo este tiempo el terapeuta estará allì, ayudándolo.
Second Life fue lanzado en 2003, y se convirtió en uno de los primeros mundos virtuales que se hicieron conocidos como un juego online . Se diseñó para que las personas pudieran socializar y emularan la vida real. Los músicos dan conciertos, los artistas muestran sus trabajos y los científicos se reúnen. Todos trabajan, aprenden y se conectan en estos mundos virtuales. ¿Pueden utilizarse para curar, también?
Como amante de la tecnología, me encantaba la idea; como psicoterapeuta tenía mis dudas. Por eso decidí reunirme con algunos de los partidarios de la terapia avatar en su propio dominio, avatar a avatar.
Una de mis primeras entrevistas fue con Dick Dillon, psicoterapeuta de Preferred Family Healthcare , una organización sin fines de lucro. En Second Life, su avatar es un hombre calvo con mandíbula cuadrada, parecido a Bruce Willis. Me explicó en qué consistía una sesión típica.
Comunicándose por voz o mensajes instantáneos, el paciente y su terapeuta pueden decidir que es hora de revisitar el lugar de un evento traumático; por ejemplo, un accidente de auto. Pero en la vida real estás muy lejos, o todavía no has vuelto a manejar. No hay problema: tu terapeuta hará aparecer la escena en minutos. Pronto estarás manejando en una ruta con una curva similar a aquella en la que perdiste el control ese día de lluvia. Cuanto más te acercas a ese punto, tu ansiedad aumenta y tus respiraciones se aceleran.
El terapeuta estará allí entrenándote, recordándote las técnicas para manejar estos síntomas. Si todo esto es demasiado, simplemente te transportarán instantáneamente a la oficina. Según Dillon, estos escenarios le permiten al terapeuta aconsejar a sus pacientes en tiempo real, además de ofrecerles experiencias que parecen genuinas, pero que sin embargo ocurren en el ambiente seguro de la simulación. Las emociones son reales. Los logros también. Sólo el lugar es falso.

Usos terapéuticos
Una de las primeras aplicaciones de la terapia avatar fue tratar el desorden de ansiedad social, una timidez incapacitante que puede mantener encerradas a las personas en su propia casa. James Herbert, experto en ansiedad de la Universidad Drexel, Estados Unidos, fue uno de los primeros en investigar la terapia avatar.
En general, sus pacientes opinaron que el tratamiento es positivo, aunque existieron excepciones. “Algunos pacientes y terapeutas comunicaron su frustración por no poder ver el rostro de su contraparte”, explica Herbert, además de los casos en que dificultades técnicas interrumpieron las sesiones.
La terapia avatar también ayudó a personas fóbicas. El tratamiento usual es exponerlos gradualmente a la fuentes de sus miedos, pero esto puede llegar a ser un proceso difícil. Un terapeuta avatar puede introducir estos objetos manteniendo el control total, intensificando o no la experiencia de acuerdo con la reacción del paciente. De hecho, muchas de las condiciones tratadas en la terapia cara a cara, incluida la depresión y la ansiedad pueden tratarse en esta nueva clase de terapia.
Hasta ahora, los estudios mostraron la misma tasa de éxito que la de la terapia tradicional para la ansiedad social y para el desorden de estrés postraumático. El equipo de Dillon pronto publicará un estudio acerca de su efectividad para tratar las adicciones a las drogas y al alcohol.
¿Cuáles son las desventajas de la terapia avatar; no le falta el toque personal? “Es más probable que un terapeuta real que trabaja con un paciente real se sienta éticamente responsable y se preocupe por el paciente”, dice Christine Webber, psicoterapeuta londinense.
La otra gran preocupación es la pérdida del lenguaje corporal. “Para los usuarios de Second Life, éste no es un problema tan grande como se podría pensar -aclara Dillon-. Pero como terapeuta, aprendo mucho de ver lagrimear a alguien o al ver cómo se mueve en su asiento.” Lo que se pierde en lenguaje corporal se gana en expresiones elocuentes de pensamiento consciente, así como en la desinhibición que acarrea la comunicación a través de un avatar.
Para las personas que buscan terapias online también existen preocupaciones prácticas. Por ejemplo que, sin visitar una oficina real con certificados que cuelguen de las paredes, ¿cómo se puede estar seguro de que la persona que ofrece el tratamiento es un terapeuta genuino? El instituto de terapia online , un grupo de especialistas en salud mental de Second Life, está tratando de consensuar estándares profesionales. Ofrece un logo de “Verificado por” que el terapeuta puede mostrar en su sitio web. A causa del tema de la confidencialidad, otro de los criterios es que las sesiones tienen que localizarse en áreas digitalmente seguras.
LA NACION