Griffin hizo explotar el Estaples Center

Griffin hizo explotar el Estaples Center

Por Hernán Iglesias Illa
El concurso de volcadas del sábado 19 de febrero, probablemente el mejor en muchos años, empezó parejo, con JaVale McGee, el semidesconocido pivote de los Washington Wizards, sorprendiendo por su creatividad y su potencia, y Blake Griffin, el explosivo héroe local, haciendo lo que mejor sabe: reventar el aro como si quisiera destruirlo o partirlo en mil pedazos.
McGee tomó ventaja embocando dos bolas en dos aros distintos y, después, tres bolas en el mismo aro y en el mismo salto. Cuando le tocó al turno a Griffin para su segundo tiro de la ronda final, el Staples Center se quedó mudo mientras miraba rodar hacia la cancha un Kia Optima (“el auto oficial del All-Star Game”). ¿Un auto? El Kia quedó cruzado frente al aro, atravesado sobre la zona pintada, y del techo sobresalió el cráneo barbado y pelado de Baron Davis, compañero de Griffin en Los Angeles Clippers. En su primer intento, Griffin corrió hacia el auto, saltó por encima del capó, recibió la bola que le había tirado Davis y la colgó con las dos manos, ante el aullido delirante de la tribuna.
McGee se quedó sin un premio que quizá mereció por razones deportivas -su última volcada, con una mano y de espaldas al aro, fue genial-, pero no por razones de espectáculo. “Cuando vi el auto me di cuenta de que no podía ganar, a menos que trajera un avión o algo así”, dijo McGee después del torneo.
Para muchos aficionados, el mejor día del fin de semana All-Star es el sábado, donde la intersección entre deporte y espectáculo parece funcionar mejor. Está claro que la competencia de habilidades (un circuito que incluye tiros, pases y slaloms) y los torneos de triples y volcadas son un juego. Los domingos, en cambio, los partidos tienen reglas y la apariencia de lo real, pero los hinchas saben que también hay algo de teatro en lo que están viendo.
El torneo de triples empezó con el favorito Ray Allen, de los Boston Celtics, embocando diez tiros seguidos e idénticos, como si su cuerpo hubiera memorizado completamente el movimiento. Allen, que la semana pasada se convirtió en el jugador con más triples acertados en la historia de la NBA, tuvo sin embargo una segunda ronda no tan buena y perdió el título contra James Jones, de Miami Heat, que había arrancado mal pero embocó cuatro de sus últimos cinco y pasó a Allen por dos puntos. Le dieron el trofeo a Jones, que no tuvo ni tiempo de decir unas palabras alusivas y se apagaron las luces tres minutos para el minirrecital de Cee-Lo, que cantó su hit “Fuck You” (así se llama), pero adaptado para el público familiero del Staples Center: “Forget You”.
LA NACION