Julian Assange, un cruzado que disfruta ser el centro de atención

Julian Assange, un cruzado que disfruta ser el centro de atención

Por James Crabtree
Julián Assange, el fundador de WikiLeaks, se trasladó de un país a otro desde el lanzamiento de su sitio web en 2006, preocupado por la posibilidad de ser detenido por las autoridades. Finalmente ocurrió. Lo arrestaron en Londres por las acusaciones de violación presentadas por dos mujeres con las que se relacionó en un viaje realizado a Suecia en agosto pasado. Como sólo pudo ofrecer un domicilio en su nativa Australia, inicialmente se le negó la libertad bajo fianza. Sin embargo, el jueves 16 el tribunal por fin la fijó en 240.000 libras (u$s 374.500), aunque estableció condiciones más duras de lo usual para evitar una posible fuga. Numerosas celebridades aportaron dinero y ofrecieron garantías para que se le permitiera dejar la cárcel. El arresto, que se produjo poco después de la publicación de cientos de cables diplomáticos secretos de EE.UU., agregó aún más dramatismo a una historia ya bastante inflamable de espionaje, secretos y sexo que ha dividido la opinión pública mundial. Para los que lo apoyan, Assange es un héroe de la transparencia radical que expone sin temores el doble estándar en el corazón del poder. Sus detractores, en cambio, lo ven como un antinorteamericano peligroso, que revela indiscriminadamente información sin tener en cuenta las consecuencias.
Los que lo conocen lo describen como un hombre inteligente, discutidor y motivado. Ethan Zuckerman, un estadounidense que es experto en tecnología, dice que es “un cruzado, que siente con fuerza que está haciendo lo correcto y enfrentando las fuerzas del mal”. Pero, pese a toda su seriedad, también es “un romántico” que “claramente disfruta el hecho de que su vida ahora se parece a una película de James Bond”.
En el período previo a la detención, Assange ideó su filtración más osada en el Frontline Club, un refugio de periodistas cercano a la estación de Paddington, en Londres. Holger Stark, el redactor de Der Spiegel, que trabajó con él quedó impresionado por su profesionalismo y su tenaz concentración. Al recordar los preparativos para una filtración previa, en octubre, Stark dice que Julián se quedó levantado hasta las 5 de la mañana para controlar que los archivos estuvieran listos, después durmió alrededor de una hora y luego presidió una conferencia de prensa y concedió docenas de entrevistas”. Era una intensidad que bloqueaba otras distracciones. A veces dormía en el suelo, o casi no dormía. Parecía que a veces se olvidaba de cambiarse de ropa y hasta de comer. “Salimos a comer en medio de todo eso y él sólo comió un helado”, comentó Stark.
La tempestad creada por los cables diplomáticos cerró un año notable para WikiLeaks, que también dio a publicidad miles de documentos relacionados con las guerras de Afganistán e Irak. Pero para Assange también representó una especie de vuelta al ruedo. En cuatro años había difundido más de 1 millón de documentos que revelaban desde la corrupción en Kenia a los mails privados de Sarah Palin, sin embargo, pese a su creciente notoriedad, a fines de 2009 estaba descorazonado, especialmente porque pocas filtraciones se habían convertido en grandes noticias. Enfrentado a problemas de dinero y a quejas internas por su liderazgo autocrático, Assange cerró su sitio, sólo para volver unos meses después armado con los cables de la diplomacia estadounidense. Se dice que Bradley Manning, el oficial de inteligencia militar acusado de filtrar los archivos, habría bajado los documentos a varios CD camuflados como álbumes de Lady Gaga. Assange es impulsivo, con un temperamento nómade forjado en su juventud. Nacido en 1971, nunca conoció a su padre y se trasladó a menudo de un lado a otro con su madre, que era un espíritu libre. Según él, asistió a más de 30 escuelas. Su facilidad para la tecnología se desarrolló pronto: su madre se mudó a una casa más barata para poder comprarle su primera computadora, y él se convirtió en un hábil criptógrafo autodidacta.
Cuando era adolescente se unió a un grupo de hackers que penetró los sistemas de la NASA y el Pentágono. Paralelamente se dedicaba a la apicultura, y las colmenas le eran útiles como escondite para sus vitales discos de computación. Pese a este talento para la clandestinidad no evitó la atención policial y fue detenido, y multado, por sus actividades como hacker. Para cuando cumplió los 18 años ya se había casado y tenía un hijo, pero la relación no duró e inició una difícil batalla por la custodia de la criatura. En los próximos años viajó extensamente mientras desarrollaba sus ideas sobre una nueva era de transparencia digital total. Tras sus choques con la ley, Assange desarrolló una visión del mundo ferozmente libertaria. Un conocido, en cuya casa vivió en Nueva York, señaló que tiene una mentalidad que supone que “uno es malo hasta que se pruebe que no lo es”. También puede ser agresivo. Un miembro de una organización que criticó a WikiLeaks por la publicación de material relacionado con la guerra de Afganistán recuerda una reunión en la que Assange amenazó con “destruir” su organización porque, según dijo, podía coaccionar a sus financistas para que retiraran su apoyo.
Todo esto no quiere decir que sus sospechas no sean a veces justificadas. Assange ha dicho con frecuencia que lo vigilan durante sus viajes. Además, algunos de sus asociados han sido detenidos y dos personas con las que trabajaba en Kenia fueron asesinadas en la calle. En un vuelo a Berlín tras su viaje de agosto a Suecia, un bolso con tres laptops encriptadas desapareció misteriosamente; un robo que la línea aérea no pudo explicar. Pero, para alguien tan interesado en mantener en secreto sus actividades, Assange ha mostrado un talento infalible para atraer la atención de la gente. Zuckerman recuerda una aventura quijotesca para ayudar a modificar la ley islandesa con el propósito de crear una nación—refugio para que WikiLeaks pudiera trabajar. “Yo recibía mails suyos sobre este nuevo proyecto totalmente secreto. Pero después descubrí que les había mandado mails a decenas de otras personas, para que el rumor creciera”, comentó el estadounidense. Su mezcla de carisma e idealismo feroz inspira a muchos fans, aunque tras las recientes acusaciones de violación algunos admiradores tienen una visión diferente. Una de las mujeres que lo acusan ha dicho que tiene “una actitud retorcida hacia las mujeres, y problemas para aceptar un no por respuesta”. El abogado de Assange especuló con motivaciones diferentes y ha dicho que “la trampa se ha activado”. Sea cual sea el resultado de todo esto en el frente legal, el profundo debate sobre el futuro de la guerra, la diplomacia y la Internet que han generado sus actividades continuará durante mucho tiempo.
FINANCIAL TIMES