“Es inevitable, el título de Colón va a caer”

“Es inevitable, el título de Colón va a caer”

Por Alejandro Casar González
El currículum de Fernando Gamboa como entrenador puede encabezarse con la frase “experto en rojinegros”. Los tres clubes que comandó en su corta carrera como DT (Newell’s, Chacarita y, ahora, Colón, de Santa Fe) comparten esos dos colores en su camiseta. “¡Me lo puse a pensar un montón de veces!”, reconoce el entrenador. “Mi hijo menor buscó en el horóscopo chino y encontró que mis colores son el rojo y el negro. El problema es que en la Argentina ya estoy al horno. ¡Tendré que irme a Brasil!”, bromea. Sin medias tintas, Gamboa hace una evaluación de su carrera; pasado, presente y futuro de un técnico que llegó a Colón para pelear el campeonato y entrar en la historia del club santafecino.

-¿Lo único que le falta a Colón es un título?
-Sí. Soy un tipo claro y sincero. Estoy convencido de que la dirigencia de Colón ha hecho todo para bordar una estrella en la camiseta. Los que nos tenemos que hacer cargo de eso somos nosotros, como cuerpo técnico, y los jugadores. Mañana, si el logro no se consigue, me van a putear a mí. Pero no tengo ningún problema en decirlo. Estamos en un club donde no nos falta nada. Entonces, si tenés un equipo armado, y tuviste la fortuna de que se quedaron casi todos los jugadores, tuvimos la posibilidad de traer cuatro refuerzos y ya están con nosotros. Lo que resta es tratar de lograr lo máximo, que es complicado. Somos 20 equipos y todos queremos salir campeones.

-¿No es una presión extra saber que te contratan para hacer historia?
-No. Nunca me lo dijeron. Obviamente, toda la gente de Colón y los dirigentes sueñan con salir campeones. Pero a mí los dirigentes nunca me dijeron: “Tenés que ser campeón porque si no al otro día te vas”. Cuando veo algo con tanta claridad no tengo temor en decirlo, y esto lo podría callar. Porque a lo mejor mañana me terminan puteando a mí porque los resultados no se dan. Tengo la sensación de que Colón a nivel dirigencial ha hecho todo lo que tiene que hacer. Ojalá que nos toque a nosotros quedar en la historia, pero no le falta mucho tiempo a Colón para lograrlo.

-¿Con qué te quedarías satisfecho?
-Cada vez que arranco algo aspiro a lo máximo. Lo máximo es terminar arriba de todo. Lo que primero pretendo es que tengamos una idea clara de juego, que tácticamente sepamos a qué jugamos, que los jugadores estén convencidos de lo que yo intento proponer como sistema táctico, y después ganar partidos. Pero no porque sí, sino porque hemos superado a los rivales, o bien desde lo táctico, y especialmente desde lo futbolístico. La aspiración final, que no es fácil de conseguir, es que el equipo tenga una identidad. Que tenga claro qué es lo que es dentro de la cancha. Que sea un equipo protagonista, que juegue bien a la pelota, que supere a los rivales, un equipo que tenga autoridad dentro de la cancha.

-Imagino que tu plantel debe ser motivo de orgullo.
-Tenemos una columna vertebral extraordinaria. Tenemos a Diego (Pozo), un arquero importante. La posibilidad de contar con cinco centrales que siempre nos han rendido. Tenemos la posibilidad de que Prediger esté con nosotros, y es un número cinco importante. El Gaita (Moreno y Fabianesi) es uno de los jugadores fundamentales del equipo por inteligencia, porque sabe cómo hay que jugar los partidos. Cuándo el equipo tiene que presionar y cuándo no. Sabe dónde se tiene que parar el equipo. Un tipo muy inteligente y muy generoso desde el esfuerzo.

-¿Como qué equipo del fútbol argentino apostás a jugar?
-Un día le dije a Alejandro Sabella: “Ustedes son un equipo autoritario. Saben cuándo quieren ganar el partido, cuándo lo tienen que sostener, dónde tienen que defender, cuándo tienen que atacar, cuándo se terminó el partido. Cómo hay que jugarlo. Todo eso lo forman los grupos. Entonces, Estudiantes, Vélez, tienen eso. El Argentinos de Borghi en la última parte. Aspiro a eso, aunque no sea sencillo conseguirlo. Pero yo siempre aspiro a cosas importantes y trato de trasladárselo a los jugadores.

-¿Los equipos chicos de ayer son los grandes de hoy?
-Apostar a divisiones inferiores, como lo está haciendo Colón, es un acierto. Eso, de alguna manera u otra, te termina haciendo grande. Hay otro montón de equipos que tienen más de cien años, que no tienen la historia de los más grandes. Lo importante es construir algo bueno para lograr ser parte de esa elite. Colón lo está haciendo. Todo eso va a hacer que en algún momento Colón empiece a ganar títulos, como Argentinos, Banfield o Lanús. Es inevitable, en algún momento el título va a caer. No sé cuándo, ni quién será el afortunado. Pero no falta mucho. A partir de ahí, cuando lográs eso, te empezás a codear con la gente de arriba. Y no necesariamente tienen que ser grandes o chicos. Los grandes seguirán siendo grandes, por historia, ganen o no.

LA CAÍDA DE LA SELECCIÓN EN SUDÁFRICA
“La Argentina tenía claro a qué jugaba. Era un equipo absolutamente ofensivo. Ha apostado a ganador desde el armado táctico. Y se encontró en un momento del torneo con una Alemania muy dura. Y nos terminó dañando en la mitad de cancha, que fue donde más se sufrió”, dice Gamboa.

LA SALIDA COMO DT DE NEWELL’S
“Soy mucho más hincha de Newell’s que muchos de los que están ahí adentro. A Newell’s nunca le fallé y nunca le fallaría. La salida se dio por una cuestión de principios, y por una relación de afecto que tengo con Eduardo [López]. Cuando me junté con la gente de Newell’s, hablamos del proyecto futbolístico. Me dijeron que no podían traer refuerzos, que apostaban a sanear el club y a salir campeones en dos años y medio. Entonces, les dije: “Yo voy por una vereda y ustedes van a contramano de lo que yo pienso”. Ahí dije: «No puedo ser el conductor de este equipo»”.

SU DESPIDO DE CHACARITA
“Me voy a quedar, pase lo que pase, hasta el final del torneo”, les dije a los dirigentes. Luego los miré uno por uno. “¿Pase lo que pase con los resultados me van a bancar?” Dos me contestaron: “Sí, por lo que vos hiciste por Chacarita, te vamos a bancar”. El resto apoyaba. Pasaron tres días, perdimos contra Huracán, y el presidente me despidió con una llamada telefónica. Me dejó un mensaje de voz.
LA NACION