08 Jan Carne sobre carne
Por Pablo Hecker
Hace muchos, muchos años, la única forma en que los adolescentes teníamos la posibilidad de ver una mujer desnuda o algo parecido, antes de estar en edad de tener una novia solidaria, era a través del ojo de una cerradura; las gigantografías de las vedettes en las puertas de vidrio de los teatros de la calle Corrientes, o gracias a la inconmensurable solidaridad del acomodador de un cine de barrio que nos permitía acceder al pullman de la sala donde se proyectaban las películas de la nunca del todo bien ponderada Isabel Sarli, ‘la Coca’.
En esos exóticos y sucios antros donde los niños que íbamos llegando a la Edad del Pavo perdíamos la virginidad visual; las escenas estaban cortadas, la película se cortaba, todo era interruptus, todo era prohibido, pero en el fondo de una pantalla borrosa se alcanzaba a adivinar una generosamente voluptuosa mujer que era sometida a todo tipo de tropelías por los más pervertidos personajes, cuando no era víctima de alguna extraña enfermedad que la obligaba a tener relaciones sexuales con el primer cristiano que le pasara por adelante.
Así, de esa pedagógica forma, y en esa singular aula, nos hacíamos duchos en Educación Sexual la mayor parte de los jovencitos de las décadas del ‘60 y del ‘70.
Así quedamos.
Sin embargo, con el paso del tiempo, todo aquello se fue convirtiendo en parte de nuestra cultura nacional, y en un muy divertido recuerdo que hermana a los varones de nuestra generación, como el paso por la colimba. Tanto es así esto, que en los últimos años la dupla Armando Bó-Isabel Sarli se convirtió en objeto de culto y estudio, y la ‘Coca’ fue erigida en estrella y prócer nacional.
Ciclos, seminarios, charlas y clases magistrales en las universidades de aquí y el exterior lo demuestran.
El realizador, crítico, escritor y guionista Diego Curubeto, como tantos otros, soñó hasta la obsesión con Esa mujer. Pero no era el fervor sensual lo que lo motivaba solamente, sino la ilusión de hacer alguna vez algo así como un documental con las mejores escenas de la Sarli.
El destino (o un fuerte deseo, quien sabe) quiso que la tv inglesa lo contratara para entrevistar a la diva. Y fue durante esos reportajes que la actriz le reveló que tenía guardadas “algunas” latas de aquellos tiempos.
Sarli pensaba en deshacerse del pasado y Curubeto le propuso darles algún propósito. Fue así como ella le cedió el material y él se lo llevó en ¡tres camiones!. De todo eso surgió el genial docu mental “Carne sobre carne”, que se exhibió durante febrero en el Malba (Av. Figueroa Alcorta 3415).
http://www.cronista.com/notas/220019-carne-carne