Récord de Brazilian Beat, y de expectativas por la LNTA

Récord de Brazilian Beat, y de expectativas por la LNTA

Pablo F. Gallo
Todo A Ganador
Llegué tardón a la ciudad que continúa su batalla periódica contra la papelera del Río Uruguay. El bondi Flechabus se mancó en Retiro, largó chanta parado, y recién cerca de las 14 me encontraba vagando por la calle Hernández, la que lleva derechito al hipódromo. Una cuadra antes del acceso al circo, en la intersección con Lavalle, se levanta el reconocido stud Doña Rafaela.
Una vez adentro, los amigos “Pepe” Moncada (Santa Fe) y Edgardo Rivas la hicieron de anfitriones para recorrer las instalaciones del escenario, muy bien cuidado, pulcro, acogedor y colmado de público.
En eso me cruzó con un viejo habitué de las cuadreras, quien tras el abrazo me datea: “El 2 corre solo”. Voy para la redonda y me pongo a hablar con el trainer, el “Ruso” Páez, que entrena al Pacífica y también a las recordadas sedas Cuatro y Uno, atendidas décadas atrás por el desaparecido Domingo “Yuyi” Lora. Al rato salen al ruedo, y a bordo del “duque” diviso al jockey de El Garufa, Claudio Quiroga. En los remates era mano a mano con el Nº4, Qué Dirán, pero se abrieron las puertas, Suceso Class (In Class) tomó media cancha y los perdió de vista en 28.70 para los 500, por varios largos y con “Tati” parando. Triunfal estreno para un 3 años de indudable motor, “nanas” recurrentes a decir de su compositor, e innegable futuro en las luces. Antes de cobrar, concurrí a la foto del pesaje.
Lloviznaba fuerte en Gualeguaychú. Y a vuelta de hoja, en el Clásico “Clausura” (2000 mts., $ 10.550), el cuatroañero Broken Flowers (Colonial Affair) hizo valer su roce sanisidrense. Con 59 kilos, accionó saltando desde la primera pasada frente al disco, detrás de Alina Glory (55) y del favorito London West (62). En el último tramo de la curva, Eduardo Halier apuró la marcha con el crédito de Concepción del Uruguay, y a poco de andar el extenso derecho de 500 metros, el pupilo de Gustavo D’Ángelo ya se adueñaba de la situación. En el cierre cargó por dentro el veterano Storm Order (56), 2º a 1 cuerpo al cabo de 1:52.77 cronometrados por el autor de estas líneas gracias a la gentileza de Héctor Doello (entre nosotros, echó menos pues le di bastante contra). A 2½ del escolta, el cuatro patas London West conservó el tercer sitial, por delante de Genio Lude (55) y de la vanguardista.
Para el Clásico “Victoriano Guzmán” (350 mts., $ 5.000), de rompe y raja, compraban fortunas en las casillas. La intensa garúa iba mermando. Y la buena de Soberbia le bajó el copete a Pe Carla, batiéndola por cabeza escasa y con faena de Fernando Ledesma. Hija de padrillo Cuarto de Milla y madre SPC, la representante de Urdinarrain persiguió de cerca a su víctima, en mitad de trayecto le sacó pequeña ventaja y arriba la conservó. La penca se largó dos veces, luego de una suelta inicial fallida.

HUUUUUUYA BRAZILIAN BEAT!!!
En los prolegómenos del Clásico Copa UTTA (Oficial, 1300 mts., $ 43.000), el jinete Facundo Ortiz observaba el terreno y me respondía con una sonrisa al requerimiento de un factible desarrollo por la presencia de muchos punteros. “Él es pronto, pero en Venado Tuerto los dejó ir, y pasó a ganar cuando lo llamé”.
Y así sería nomás, porque el múltiple vencedor de estadísticas en Villa María permitió que Sovereign Tango y Wonder Emperor discutieran del salto a los 700, ubicó 2º por los 650 a Brazilian Beat ($ 2.60), igualó en los 500, y de ahí al espejo monologó, en una demostración espléndida. “Record horse” en la arena venadense, repitió el plato con tremendos 1:16.53, derrotando por 8 cuerpos, la cabeza y 2 a Strong Hope, Sovereign Tango y Vicentito. Desairó Plubin Emperor –Hugo “Gobierno” la palpitó con su inseparable compinche “Tato”-; y también el héroe 2009 de la contienda, Gran Mateo.
La barra de Villa María (Cba.), en la ceremonia de la premiación, contagiaba alegría, encabezada por los “tronpas” Matías Iglesias y Mariano Stropino: “Viajamos cientos de kilómetros para venir a competir acá, esta copa es muy prestigiosa para el turf del Interior y creemos que la gente lo va entendiendo así”, coincidieron en señalar.
Edgardo Delio Zuin, cuidador del vástago de Pure Prize (USA) originario del Haras La Providencia, explicaba que el 5 años de la caballeriza Chazón “atraviesa su mejor momento”, agregando que “el jockey lo conoce bien y el caballo llegaba bárbaro”. El peón, “Pucho”, no cabía en su chochera.
Minutos más tarde, el “Tordo” Felice, la pinga Gisel Picca y toda la muchachada de UTTA y OSPAT (obra social con 330.000 afiliados) entregaron el cheque de $ 30.000 a los responsables de Brazilian Beat. Y embriagado en una sincera emoción, el propietario de Lingote de Oro retribuyó a la numerosa concurrencia y a los directivos del JC Gualeguaychú por la fiesta vivida, digno broche de oro para el ciclo 2010 de un auténtico torneo federalista, que incentiva la participación de ejemplares de renombre y apuntala las disímiles realidades provincianas, apostando a un mañana lleno de oportunidades para los trabajadores de la hípica.
Brazilian Beat, como el tordillo Mad Speed, ya es un símbolo de la Copa UTTA. Lista a extender en el calendario entrante su radio de acción, desembarcando por ejemplo en Santa Rosa (La Pampa) –cuna de Ricardo Benedicto- y Limache (Salta), de acuerdo a la programación tentativa dada a conocer.

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Con el monstruo Taborda al volante de uno de los autos de la Lista Verde que combatió al nefasto capparellismo en La Plata, Gualeguaychú iba quedando atrás, no sin dejarme en el alma esa impronta cómplice de los lugares a los que uno siempre volvería.
A las 22:30 horas ya anclábamos en la capital del flamante campeón del fútbol argentino. Bajé en la esquina de 7 y 47, caminé un cacho. Y en una suerte de flash pensé en los Jockey Clubes ricos y los hipódromos pobres, en el golf, las gateras, en el rugby, los destetes, en Paraná, Rafaela, los parajes abandonados a la buena de Dios, en el infinito potencial del mundo cuadrero, en la siniestra Asociación de Hipódromos, en el glorioso turf del Interior argentino.
La federalización auténtica de la hípica mediante el afianzamiento del simulcasting bien ejecutado, sumada a una renovación dirigencial, parece el único camino posible de integración hacia el desarrollo genuino de esta apasionante actividad. ¿O seguiremos esperando de brazos cruzados algún exótico milagro que sacuda la levedad de los hipódromos centrales subsidiados, mientras los gritos de socorro de tierra adentro se esfuman en los confines de las pampas?