05 Dec Pagan un precio récord por una pintura de Lichtenstein
Por Alicia de Arteaga
Profecía cumplida. Lo que comenzó bien ha seguido mejor. Christie´s Nueva York marcó ayer el récord histórico para una venta de arte contemporáneo con un total de 272 millones de dólares y el récord para una pintura del más norteamericano de los artistas del pop, Roy Lichtenstein, cuyo “Ohhh Alright” le costó a su nuevo dueño 42,6 millones de dólares.
Esa pintura anclada en el cómic es una bandera de identidad y una señal de fortaleza del coleccionismo norteamericano en medio del tembladeral de la economía. Fue vendida por el magnate hotelero y de casinos de Las Vegas Steve Wynn. El récord anterior de Lichtenstein era de poco más de 16 millones de dólares.
Más allá de los altos precios, Christie´s, que remató también una obra de Andy Warhol en casi 24 millones de dólares, estuvo a punto de anotar una subasta de “guante blanco”, como se denomina en la jerga del mercado la venta de la totalidad de los lotes: estuvo cerca, con un 93% de efectividad; el 60% de los compradores fueron coleccionistas americanos; un 20%, europeos, y sólo un 4%, asiáticos.
La rueda de la fortuna se detuvo ayer en el arte actual, el más castigado por el derrumbe financiero que siguió a la caída de Lehman Brothers y al que muchos calificaron de “burbuja”. Error: más de 45 lotes se pagaron arriba del millón de dólares; 8, por más de 5 millones, y 4, arriba de los 10 millones.
La tendencia iniciada la semana última en las subastas de impresionistas y modernos con los récords para Modigliani, Matisse, Juan Gris y Giovanni Boldini se ha confirmado. Créase o no, después de la jornada de ayer, los pintores de la segunda mitad del siglo XX se colocan en la punta de la ola. ¿Qué significa esto? ¿Han vuelto a las andanzas con sus compras los muchachos de Wall Street o gana posiciones el axioma, repetido por Soureen Melikian en el Herald Tribune y compartido por operadores fuertes como Larry Gagossian, de que es el arte una alternativa de inversión frente a la caída y la volatilidad de otros mercados? Es probable.
Tras los últimos embates financieros, incluido el derrumbe de Madoff, el arte contemporáneo salió fortalecido. Pruebas al canto: Damien Hirst obtuvo en una venta pública más de 200 millones de dólares un día después del escándalo de Lehman Brothers.
Lo ocurrido anoche es también una clara señal de recuperación del alto coleccionismo norteamericano. En el otoño boreal, quedan todavía los exámenes latinos. ¿Cuál será la performance de Pinta, la feria dirigida por los argentinos Costa Peuser, Zaia y Herlitzka en su nuevo entorno del Upper East Side? (Ver aparte) ¿Qué pasará en los remates latinoamericanos de Sotheby´s y Christie´s que arrancan el lunes?
Por lo pronto, hay gran interés entre los compradores argentinos, incluido un museo, por el retrato de Pettoruti que ilustra la contratapa el catálogo de Christie´s.
En Buenos Aires
Buenos Aires no se queda atrás en esta efervescencia del arte. Anoche inauguró Saráchaga la exposición de la última subasta del año, que tiene un Figari, ex colección Staudt, como estrella de la venta. El cuadro, espléndido en formato y paleta, está escoltado por muebles de alta época y un Russo de museo.
Noviembre, mes de subastas, marca la recta final de una temporada sin tregua. Naón, en su petit hotel de la calle Guido, ofrecerá al mejor postor obras de la colección Marcos Curi. Roldán inaugura el lunes la exposición previa a la subasta a beneficio del Mamba, que será el 23 en el Hípico Argentino, precedida de un desfile de guapos argentinos (Cristiano Ratazzi, Alejandro Corres y Alberto Sendrós, entre otros) llevando de la brida caballos “decorados” con reproducciones de las obras en venta.
Arroyo cerrará el año con una gran venta de arte argentino en su más pura tradición; Juan Antonio Saráchaga tendrá a su cargo el remate benéfico por los 30 años del Centro Cultural Recoleta; mientras Laura Batkis ajusta detalles para una excepcional subasta a beneficio de la Fundación Tzedaká.