14 Oct Los necesito
Carta al Consejo Directivo y colaboradores:
“Hago lo mejor que sé hacer, lo mejor que puedo hacerlo, y deseo seguir así haciéndolo hasta el final (A. Lincoln).”
Este sábado 09 de octubre recibí de ustedes el honor y el privilegio de poder seguir liderando esta organización que con tanto esfuerzo, compromiso y dedicación hemos construido.
Si algo he aprendido de “la experiencia OSPAT”, de “el sueño OSPAT” es que es cierto aquel aforismo que dice que en cada época hay un momento en el que los líderes deben tomar decisiones. Por eso pienso que no existe un líder potencial que no tenga la oportunidad de mejorar todos los días. Las personas que lo rodean también tienen el mismo privilegio. Afortunadamente, yo creo que Dios me ha rodeado de aquellos líderes que aceptaron el desafío del momento.
Yo amo profundamente lo que hago y creo que lo sé hacer, y pretendo todos los días hacerlo mejor.
Esa convicción, ese compromiso, esa pertenencia, ese entramado me permiten:
– Renunciar en cualquier momento a todo lo que soy para acepar todo a lo que puedo llegar.
– Intuir lo invisible, la incerteza, de manera que pueda llevar a cabo lo impredecible.
– Confiar en los recursos de Dios ya que mi sueño y mi anhelo y mi deseo es más grande que todas mis capacidades y mis conocimientos.
– Continuar aunque esté desanimado, o triste, o sea criticado, ya que sin fe en el futuro no existe poder en el presente.
– Atraer a grandes personas, ya que los sueños grandes atraen a las personas grandes.
– Ver a mi gente y a mí mismo en el futuro. Nuestro sueño, nuestra organización, nuestra convicción, nuestro compromiso es la promesa de lo que un día seremos.
Si yo tuve un sueño con OSPAT, si yo entregué mi mejor esfuerzo y mi amor en esta construcción organizacional, también esta OSPAT resultó gracias a ustedes y resultó mucho más grande que cualquiera de mis talentos. Es para mí tan grande como el universo, pero se origina con uno, y es lo que le ha dado contención, cordura y sentido a mi vida.
Yo los sigo necesitando como el primer día de 1995 ¿quieren unirse a mí? Son imprescindibles en mi afecto y en mi vida.
Carlos Felice