28 Jul ¿Cómo explicar que no se permita trasmitir por simulcasting la segunda disputa de esta serie?
Tanto se pregona, se dice, se imperatiza sobre el “Simulcasting Nacional” que uno lo cree.
Por supuesto, la convicción de que cualquier actividad económica necesita, para su competitividad y productividad, de su mercado interno, es una regla de oro. Cuesta todavía encontrar motivos acerca de por qué los escenarios centrales no lo priorizan y buscan siempre los diagnósticos. Y hasta se recurre a la culpa (el pobre siempre es culpable o merece ser pobre).
Pero sucede que cuando un producto como la COPA UTTA, organizado por los propios Jockeys Clubes del Interior, obtiene reconocimiento y demuestra que pueden correrse carreras oficiales en los hipódromos federales (como hacía 30 años no ocurría), con calidad entre sus participantes -sin ir mas lejos, Mad Speed, que suma y sigue en Palermo, San Isidro y La Plata-, e idoneidad entre los profesionales intervinientes; donde son reconocidas sus trayectorias de jockeys y entrenadores, más el acompañamiento de propietarios y publico ¿cómo explicar que no se permita trasmitir por simulcasting la segunda disputa de esta serie?
Salvo que realmente la declamación de que el deporte, la industria, necesita imprescindiblemente del simulcasting, sea gatopardismo. Salvo que a muchos les convenga que nada cambie, que todo siga igual y que la mejor manera de que nada cambie sea hacer el diagnóstico, no vaya a ser cosa de que aparezca alguien con algunas ideas innovadoras y el turf en serio se vuelva popular, y hasta económicamente viable.
Por supuesto, siempre está la esperanza. ¡Cómo no se va a ver el impacto que en cada escenario provinciano despierta este evento! ¡Cómo no va ser posible llevar por imagen, a cada lugar donde haya aficionados, la fiesta de tierra adentro!
Ojalá Río Cuarto, Hipódromo emblemático sin dudas (¿verdad, Candy Ride?), tenga la posibilidad de demostrar su capacidad de organización a todo el país, ¿tal vez las próximas fechas tengan más suerte?
En verdad, sus actores, sus protagonistas, sus trabajadores y público ¡¡¡lo merecen!!
[* Otro post sobre este tema en 2008: Simulcasting federal]
Carlos Felice