Lo maravilloso y sorprendente de ser “padre”

Lo maravilloso y sorprendente de ser “padre”

La organización gremial UTTA -con su obra social-, es esencialmente una organización de FAMILIAS. Según datos de 2009 contamos en nuestra organización con un promedio general de alrededor de 2.26 integrantes por grupo familiar (cifra coincidente con el promedio nacional del total de la población del país).
Así que tengo el gran orgullo de conducir una organización compuesta por miles de hombres trabajadores, que son jefes de familia y padres de los hijos que son los niños de UTTA/OSPAT.
Ellos, precisamente, están siendo celebrados este fin de semana en Argentina. La celebración tiene sentido. Porque el padre que es un padre en serio, que asume su responsabilidad a tiempo completo, es una persona generosa. El “padre” lleva sobre sus espaldas mandatos de esta sociedad que lo ubican en el sitio de aquel que debe sostenerlo todo, que debe trabajar, proveer, mantener, ser fuerte, ser justo. Sin flaquear.
Llegó la modernidad, pasó la posmodernidad, el crecimiento de la mujer en sus deberes y en sus derechos, pero el “deber ser” de un padre no ha cambiado tanto.
Lo maravilloso y sorprendente es que la mayor parte de nosotros (también yo soy padre) pasamos buena parte de la vida tratando de estar a la altura de esas circunstancias, lo que posiblemente se logre con un par de condiciones: amor profundo por nuestros hijos, compromiso, y casi siempre, sacrificio. Pregunten, sino, a los trabajadores del turf sobre sacrificio.
Después, claro, hacemos (los padres, las decenas de miles de padres de la Unión y de la Obra Social, los millones de padres de nuestro país) lo mejor que podemos.
Creo que el Día del Padre está dedicado no a los padres perfectos, sino a quienes nos esmeramos toda la vida por subir un par de escalones en ese ranking universal y eterno.

Carlos Felice