¿Es Elon Musk demasiado grande para ser regulado?

¿Es Elon Musk demasiado grande para ser regulado?

Por Richard Waters y Stefania Palma

Cuando el multimillonario Elon Musk anunció que dejaba “temporalmente en suspenso” su compra de Twitter por u$s44.000 millones, se produjo una convulsión en la renta variable que resulta familiar.

Una vez más, el CEO de Tesla había utilizado un breve tuit para dar una noticia capaz de agitar el mercado. Y una vez más, su forma de tratar con Wall Street provocó preguntas sobre hasta qué punto el magnate cumple con la regulación en materia de valores.

El famoso tuit de Musk de 2018 en el que afirmaba que se estaba planteando privatizar Tesla, “con financiación asegurada”, provocó una demanda de la Comisión de Bolsa y Valores (SEC, por sus siglas en inglés) y llevó a un acuerdo en el que el CEO de Tesla pagó una multa y dejó de ser presidente de Tesla durante tres años.

Desde entonces, sin embargo, los reguladores se han contenido, a pesar de las frecuentes provocaciones de Musk y los casos en los que ha puesto a prueba los límites del acuerdo. “Han actuado con pies de plomo, y él se ha aprovechado de ello”, explica David Rosenfeld, profesor asociado de la Northern Illinois University.

Aun así, las recientes acciones podrían hacer que esta vez Musk fuera amonestado con una penalización más severa de los reguladores. Según John Coffee, profesor de Derecho de la Universidad de Columbia, podría haberse expuesto ya a la “opción nuclear” de la SEC: suspenderle o inhabilitarle por completo de los cargos de CEO de una empresa cotizada.

Es poco probable que este riesgo para Musk venga directamente del tuit que provocó la caída en picado de las acciones de Twitter el viernes, según los expertos legales.

El mensaje, en el que Musk se preguntaba si había más cuentas falsas en Twitter de las que la empresa había informado, hizo caer el precio de las acciones de Twitter en u$s 7000 millones.

Un segundo tuit, dos horas después, en el que manifestó que mantenía su compromiso con la adquisición, anuló la mitad de las pérdidas. Los mensajes fueron considerados en Wall Street como una señal de que Musk estaba debilitando a Twitter para intentar negociar un precio más bajo, dejando las acciones de la red social con un descuento del 25% del precio que había acordado pagar.

Según expertos legales, sería casi imposible que la SEC fuera capaz de argumentar una manipulación del precio de las acciones vinculada al tuit, en ausencia de pruebas claras de que estaba buscando deliberadamente hacer caer el precio de las acciones.

MANIPULACIÓN

Las acusaciones de manipulación son muy difíciles de probar, ya que es necesario poder demostrar que ha habido intencionalidad. “La SEC generalmente no ha tenido mucho éxito con las demandas de manipulación”, explica James Cox, profesor de derecho corporativo y de valores en la Duke University. “En este caso puede ser difícil demostrar una declaración falsa porque Musk ha insistido en que está preocupado por el número de bots que hay en Twitter”, añade.

Pero mientras Musk sigue burlando los límites de la legislación, la SEC tiene otras herramientas a su disposición, según algunos juristas del sector. Una de ellas es el acuerdo de 2018, que exige a Musk que un abogado de Tesla revise previamente cualquier declaración que pueda afectar al mercado. Sólo necesita autorización legal para las cosas que afectan al precio de las acciones de Tesla.

Sin embargo, los tuits de hace una semana sobre Twitter podrían estar cubiertos por el acuerdo, opina Henry Hu, un exfuncionario de la SEC y ahora profesor de derecho en la Universidad de Texas. “Podrían haber aliviado las preocupaciones entre los accionistas de Tesla de que Musk desviara su atención al convertirse en dueño de Twitter, o que la financiación del acuerdo pudiera pesar en el precio de las acciones de Tesla, aunque no está claro si Musk consultó el tuit con un abogado”, añadió.

Una segunda amenaza de los reguladores se deriva de las revelaciones de Musk sobre su inversión en Twitter. Al parecer, habría acumulado en secreto una participación del 9%, superando el umbral del 5% que obligaba a revelarlo el 14 de marzo. Sin embargo, la participación no se hizo pública hasta el 4 de abril, por lo que superó el período de gracia de 10 días permitido por la ley federal.

La declaración inicial de Musk también describió su inversión como pasiva, aunque un día más tarde anunció que había acordado ocupar un puesto en el consejo de administración de Twitter.

PRUDENCIA

Algunos expertos jurídicos siguen sorprendidos de que la SEC -que supuestamente está investigando el asunto- aún no haya presentado cargos contra Musk. “Me sorprende que la SEC no haya recurrido todavía al tribunal federal para presentar acciones”, declaró Cox. Pero un ex funcionario de alto nivel de la SEC explicó que el regulador puede estar retrasando su actuación mientras intenta ver si hay alguna evidencia de posibles declaraciones erróneas en las revelaciones de Musk. Cualquier prueba que demuestre que sus intenciones con respecto a Twitter cambiaron antes de lo que sugerían sus declaraciones podría cambiar el curso de los acontecimientos.

Sin embargo, es cuestionable la contundencia con la que la SEC perseguiría un caso. Tras el tuit de Musk sobre la “financiación asegurada”, el regulador se planteó prohibirle poder estar al frente de una empresa cotizada, pero más tarde optó por una opción menos contundente.

El exfuncionario de la SEC dijo que la agencia podría no haber optado por la sanción más severa para evitar golpear a los accionistas de la compañía. A diferencia de líderes empresariales como Steve Jobs de Apple, Bill Gates de Microsoft o Eric Schmidt de Google, se desconoce quién será el posible sucesor de Musk.

Jay Clayton, entonces presidente de la SEC, pareció confirmarlo cuando anunció el acuerdo. El temor a perjudicar a los accionistas de Tesla ha influenciado en las decisiones de la agencia, opinan algunos. “Sospecho que en la SEC están descontentos con la conducta de Musk, pero se sienten maniatados en cuanto a lo que podrían o deberían hacer”, manifestó el ex alto funcionario del regulador. Sin embargo, abstenerse de tomar medidas pondría en entredicho un principio fundamental de la regulación de valores de EEUU: que la divulgación completa es esencial para que un mercado funcione correctamente.

 

EL CRONISTA