Después de Lennon, McCartney encontró a otro compañero: Elvis Costello

Después de Lennon, McCartney encontró a otro compañero: Elvis Costello

Por Geoff Edgers
Los años 80 no habían sido buenos para Paul McCartney. Una serie de fracasos comerciales lo había dejado literalmente tecleando. “Tenía que probarme algo a mí mismo”, dice McCartney al recordar esos tiempos. Lo hizo, y Flowers in the Dirt, lanzado en 1989, marca la fecha de su renacimiento.
Pero el elemento más intrigante de Flowers… quedó archivado durante décadas. En 1987, McCartney había invitado a Elvis Costello a trabajar con él. Cuatro de las canciones producto de esa colaboración fueron incluidas en el disco, pero algunas otras nunca salieron a la luz. Y tanto McCartney como Costello concordaron en que los nueve demos grabados originalmente eran la mejor muestra de su trabajo conjunto. Ahora, esos demos serán lanzados como parte de una lujosa reedición en caja de Flowers in the Dirt.
En comunicaciones telefónicas recientes con Paul McCartney y Elvis Costello por separado, ambos hablaron de sus intensas sesiones de composición compartida, los desafíos de convertir esos demos en un álbum pulido y terminado, y sobre sus obvias diferencias respecto de cierto grupo tecnopop.
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En 1986, McCartney lanzó su sexto álbum solista, Press to Play, producido por Hugh Padgham, conocido por su trabajo con Phil Collins y Human League.
Paul McCartney: -A veces uno se enreda por intentar satisfacer el gusto de la época, y creo que el problema de Press to Play fue precisamente ése… Me acuerdo de los discos que escuchaba en esos días. Let’s Dance (David Bowie). O Drive, de Cars. Discos de aquella época. Y supongo que pensé que estaba bien poner un poco de esto y de aquello en mi disco.

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Así que el representante de McCartney le sugirió que llamara a Costello, que por entonces tenía 33 años. Costello fue a visitar a McCartney a su estudio, Hog Hill Mill, en el este de Sussex, Inglaterra. Costello se había criado en el amor a los Beatles, pero no había llevado su credencial del club de fans.
Elvis Costello: -He visto a mucha gente, gente importante, que pierde completamente la cabeza cuando está frente a Paul. Así que yo no quería caer y ser una molestia en ese sentido. Quería que hiciéramos algo concreto que estuviese bueno. Algo que justificara la invitación.
McCartney: -Es algo que suele pasarme mucho en la vida, pero ya estoy acostumbrado. Desarrollé un modo de tratar a la gente que hace que se sientan cómodos y que elimina los síntomas en una abrumadora mayoría de los casos. Pero con Elvis no hizo falta. Es una persona muy sensata y se dio cuenta. Nos sentamos a charlar, nos tomamos un té, y cuando nos sentamos a componer ya sabíamos cómo hacer que la cosa funcionara. Nos sentamos en los sillones, cada uno con su guitarra acústica. Uno enfrente del otro. Y le dije: “El modo en el que suelo trabajar en colaboración sigue siendo mayormente el modo en que trabajaba con John”. Y así nos sentábamos con John, uno frente al otro. A nosotros nos venía bien, porque yo soy zurdo y John era diestro, y lo mismo pasó con Elvis. Era como mirarme en el espejo.
Costello: -Me quedé medio helado cuando me hizo ese comentario. Supongo que tenía más que ver con el modo en que nos sentamos a trabajar que poner mi nombre en la misma oración junto a John Lennon. No me veo así. Era una referencia a la cercanía física para trabajar y al rol musical que cumplíamos. Yo obviamente no puedo cantar tan agudo como Paul, así que naturalmente armonizaba haciendo las voces graves. Y ésa solía ser justamente la relación armónica entre Lennon y McCartney. Tal vez de allí la comparación. Pero ¡yo a veces canto por la nariz! ¿Qué le voy a hacer?
McCartney: -Lo que pasaba con John es que empezamos a componer canciones prácticamente juntos. Habíamos compuesto muy poco por separado y fuimos aprendiendo a hacerlo juntos… Lo cierto es que con nadie trabajé mejor en colaboración que con John, y no espero que se repita. Éramos lo más…

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El resultado del trabajo con Costello fue un sonido decididamente tipo beatle, algo que McCartney hacía años intentaba evitar.
McCartney: -A esa altura ya me parecía que podía permitirme hacer referencia a los Beatles, así que con Elvis, si caíamos en esa especie de cosa beatle, no le escapábamos.
Costello: -Aprendí a hacer diferentes voces y a armonizarlas, cantando encima de los discos de los Beatles. Así que, por supuesto, desde el momento en que puse mi voz junto a la de Paul, con las rispideces que tiene mi voz, naturalmente generó una especie de eco regional. La llamo la cadencia Mersey. Yo ni siquiera nací en Liverpool. Mi familia es de Liverpool. Pero tengo muchos de esos sonidos en mi voz.

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Cuando los críticos se enteraron de aquella colaboración, elaboraron la teoría de que Costello, un chico malo del punk-rock, representaba al oscuro Lennon y que empujaba a McCartney, el blando que cantaba “tontas canciones de amor”. Costello rechaza esa idea.
Costello: -¡Ah, sí! Paul, el chico de las baladas, el que cantó “I’m Down”, “She’s a Woman” y “Helter Skelter”. Cada vez que la gente hace simplificaciones sobre la dinámica Lennon/McCartney a uno se le ocurre un ejemplo contrario. Sí, uno encuentra canciones como “Instant Karma” y “Revolution”, o “Help”. Pero también están “Julia” y “Beautiful Boy”.
McCartney: -Lo gracioso es que mucha gente asume que John y yo nos presionábamos mutuamente con esas cosas, pero eso no pasó nunca… Todo era muy relajado y ambos sabíamos que el otro estaba ahí para dar lo mejor de sí y para aunar fuerzas. Fueron muchas las veces que ayudé a John a resolver un problema con alguna de sus canciones, y viceversa. Él hacía lo mismo conmigo. Sabíamos que así sería y contábamos con eso. Lo teníamos perfectamente permitido. No se trata de presionar, se trata simplemente de ser. Yo estoy escribiendo “It’s Getting Better all the Time” y entra John y propone, en cambio, “Couldn’t get no Worse”. Y yo en vez de decirle “Estás arruinando mi amada canción”, le digo: “Sos un genio”. Y yo hacía lo mismo por él… Todo el mundo sabe que John había hecho que “Come Together” sonara muy parecida a una canción de Chuck Berry llamada “You Can’t Catch Me”, así que yo le dije: “Eso es Chuck Berry”. Y John me dijo: “Sí”. Y yo: “No, no, no”. Así que la dimos vuelta y la hicimos más lenta y salió una grabación genial. Hoy puedo permitirme decirlo.

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Lo que sí hizo Costello es instar a McCartney a dejar de lado el instrumento que estaba usando, un moderno bajo de cinco cuerdas, “una perversión de la naturaleza”, según Costello. Así que le pidió a McCartney que sacara su viejo Hofner. Ese bajo todavía tenía pegada la etiqueta de los Beatles.
Costello: -No quise hacerme el gracioso ni ponerme sentimental. Honestamente pensaba que el bajo moderno disfrazaba su personalidad musical cuando lo tocaba. De hecho, tocó su Rickenbacker en muchos de los temas. Usó el Hofner en “Veronica”, una canción que tocó en una sesión para mi disco Spike, porque sabía que a mí me gustaba el sonido de ese bajo. Pero cuando agarraba el Rickenbacker yo me decía que no podía ser, que estaba frente a uno de los mayores instrumentistas de la era del rock and roll. Era como hacer que Louis Armstrong tocara con una corneta de plástico.

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Todo fue muy orgánico, sin una gran estrategia para componer. Costello menciona “Tommy’s Coming Home”, una hermosa y poética canción sobre una viuda de la guerra, desgarrada entre su duelo y la tentación de un nuevo amor (el demo original de esa canción será lanzado por primera vez en la caja especial de Flowers).
Costello: -La primera declaración musical la hizo Paul. Pero cuando uno escucha esa canción, ¿quién piensa que la escribió? Probablemente yo, que soy menos conocido como melodista que Paul. Pero creo que fui yo el que sugirió las voces del estribillo. Mientras componíamos, muchas veces intercambiábamos roles, algo que no estaba previsto. Todas esas teorías no existen porque soy quien soy. Existen porque él es quien es y la gente hace todo tipo de asociaciones. Pero nada de todo eso influyó en nuestro trabajo al escribir las canciones. Lo cierto es que fue pura diversión. Yo me daba cuenta de hasta dónde podíamos llegar… La imagen del halcón sobrevolando todos esos pequeños animales en esa canción. Y yo dije: “¿Cómo hacemos para transmitir todo eso en la canción?”. Y se me ocurrió la idea de una viuda de la guerra en un tren y, de pronto, ambas imágenes se conjugaron en esa canción. Así son las verdaderas colaboraciones. No es algo teórico: es un trabajo concreto y real.

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En 1988, Costello y McCartney volvieron al estudio. La idea era que Costello coprodujera el nuevo álbum. Mientras trabajaban, se dieron cuenta de que tenían ideas diferentes. Un día, mientras hablaban de “That Day is Done”, una balada de inspiración gospel, Costello dijo que quería usar bronces como los de Nueva Orleans. McCartney hizo entonces referencia a Human League. Costello tuvo que salir del estudio para calmarse y no estallar.
McCartney: -Las reglas del juego son ésas. Se me ocurre una idea y la digo. Y si a vos no te gusta mi idea, me lo decís y probablemente yo termine estando de acuerdo. Pero mi método es proponer un montón de cosas y después ir descartando. Lo que pasó es que a Elvis no le gustaba nada Human League. A mí me gusta “Don’t You Want Me”, que me parece un clásico del pop… Hoy puedo darme cuenta de que la sola mención de Human League podía llevarlo a Elvis a ir por el camino equivocado.

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La grabación final de estudio de “The Day is Done” incluida en Flowers terminó siendo fiel a la idea original de Costello.
Costello: -Para ser honesto, creo que exageré, que fui demasiado susceptible, porque realmente sentía mucho cariño por la letra de la canción.

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¿Por qué tomaron caminos distintos Costello y McCartney después de eso?
McCartney: -Al mirar hacia atrás, creo que no quería hacer simplemente un álbum con Elvis Costello. Había otras cosas que me interesaban. También quería trabajar con ese fabuloso arreglador que se llama Clare Fischer, algo que no habría ocurrido si hubiese seguido trabajando con Elvis. Creo que también quería trabajar con Steve Lipson y Trevor Horn, y que de lo contrario cosas como “Rough Ride” y “Figure of Eight” nunca hubiesen existido. Quería variar un poco, que fue lo mismo que me llevó a componer un poco con Elvis. Y otras cosas como “Put it There”, que fueron bastante exitosas.

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Pero en cuanto a los demos, McCartney y Costello están en un todo de acuerdo. De hecho, son las mejores versiones de sus canciones juntos. Pero eso no significa que McCartney no lamente algunas cosas.
McCartney: -¡Parece una broma! Lo estamos relanzando como un millón de años después y a la gente le encanta. Y lo más genial es que ahora podemos lanzar estos tesoros escondidos. Todo salió realmente muy bien.
LA NACION