La no tan secreta vida de los vloggers

La no tan secreta vida de los vloggers

Por Emma Jacobs
Alex Day es una celebridad. Al músico de Essex, de 24 años de edad, lo reconocen por la calle. Los fanáticos siempre son amables con él, pero sus comentarios pueden ser difíciles de manejar. “Nunca estoy muy seguro de qué decirle a las personas a las que les gusta el video donde aparezco sentado en mi habitación hablando de mi madre”, dijo Day.
Siete años después de crear su propio canal en YouTube, llamado nerimon, Day es un vlogger, o blogger de videos, estrella. En 2006 incursionó en el tema de los videos para aliviar su aburrimiento adolescente. “Tenía 17 años, me aburría en el ambiente universitario. Tenía una MacBook y hacer videos era sólo una actividad más. Mi público estaba compuesto por chicos de la universidad, tan aburridos como yo, que querían distraerse un poco”, explicó Day. Desde entonces, el vlogger sube canciones, videos musicales y escenas divertidas de su vida cotidiana. Day rechazó las ofertas de las discográficas y lanzó tres discos y dos EPs. En diciembre de 2011, su single “Forever Yours” alcanzó el cuarto puesto en los rankings del Reino Unido. Gana alrededor de u$s 160.000 al año, provenientes de los ingresos de YouTube (a través del programa de socios que da un porcentaje de las ganancias por publicidad), las ventas de música (genera 70% de su ingreso) y el merchandising.
Decir que el joven está contento con sus logros sería insuficiente. Implacablemente optimista, conversador y alegre, el músico está más que feliz con su vida laboral. “Mi tiempo es mío y comparto videos divertidos. Puedo hacer algunas cosas, jugar un poco y llamarlo trabajo. Es muy liberador”, comentó Alex.
Sin embargo, su carrera en YouTube puede resultar incomprensible para las generaciones mayores. “Puedo decirle a mi abuela: ‘Tengo 10.000 suscriptores en YouTube’, algo que no significa nada para ella”.
Day está en un grupo cada vez mayor de personas que evitan los medios tradicionales y tratan de alcanzar la fama y la fortuna a través de YouTube. El sitio web de intercambio de videos estima que hay más de 1.000 vloggers que ganan cifras de seis dígitos al año. Lanzado en 2005 con un vídeo realizado en la jaula de los elefantes en el zoológico de San Diego y adquirido por Google en diciembre de 2006, las oportunidades de generar dinero también están siendo aprovechadas por los grupos de medios de comunicación tradicionales. El año pasado, Shine, la productora de televisión de Elisabeth Murdoch compró ChannelFlip, una agencia de medios que representa a algunos usuarios de YouTube que han alcanzado la popularidad. Mientras tanto, el magnate de la música y la televisión Simon Cowell lanzó “The You Generation”, una competencia de talentos en YouTube.
Tom Pickett, vicepresidente de operaciones de contenidos de YouTube quiere que los graduados universitarios elijan una carrera en el medio como alternativa a las profesiones habituales. “Millones de personas lo hacen como un hobby o como una actividad creativa. Otros quieren crear un negocio. Deseamos que la gente lo elija para hacer una carrera”, dijo Pickett.
Day, sin embargo, se muestra “incómodo” ante la “idea de que haya estrellas de YouTube”. Después de todo, dijo el vlogger, “no requiere más habilidad que ser capaz de [hacer cosas como] comer la mayor cantidad posible de canela”. You Tube “es una forma de mostrar nuestros contenidos. Comparto con la gente lo que más me importa. Nadie diría ‘Quiero ser una estrella en Twitter’. Twitter es sólo una vía”, agregó Day.
Philip Franchini, más conocido como Phil DeFranco conduce el “Philip DeFranco Show”, un programa de noticias en YouTube en el que opina sobre temas de sexo, política y chismes de la farándula. Al describir su trabajo como “realizar videos en internet”, “administrar una start-up en la web”, ser propietario de una “productora” y “ser un tipo que hace cosas piolas”, se muestra escéptico sobre el potencial de ingresos. “No se debe hacer por el dinero. Uno puede quedar muy decepcionado por un tiempo, si no para siempre”, comentó Franchini.
Al igual que Day, incursionó en YouTube porque le daba lo mismo. “Estaba muy aburrido en la universidad. Mi vida era ir a clase, estudiar, trabajar de mozo y encontrar cosas para hacer sin dinero”. Empezó a mirar “gente hablándole a las cámaras sobre su día. Después de unos meses llegué a la conclusión de que podía hacer algo similar, o mejor”, explicó Franchini.
Al final resultó que era peor que sus competidores antes de “encontrar poco a poco criticando a otros usuarios de YouTube y presentando noticias”. Hoy sxephil, su canal, tiene casi 2,85 millones de suscriptores y sus videos han sido vistos 1.140 millones de veces. Pasa de 9 a 14 horas al día en el estudio trabajando en los videos y en una empresa de merchandising.
Michelle Phan, de 26 años, que creció en la Florida y es manicura, se ha convertido en la experta en maquillaje online más famosa del mundo. Con más de 600 millones de visitas, su canal muestra consejos, por ejemplo “cómo tomar la foto ‘selfie’ perfecta”. Phan pasó de escribir blogs a realizar tutoriales en video sobre la aplicación de maquillaje en el año 2007, a pedido de sus lectores. Al año siguiente dejó su trabajo de camarera para empezar una carrera en YouTube. Su estrategia es crear empresas de belleza y asociarse con las marcas tradicionales, lo que la llevó a convertirse en la maquilladora oficial de Lancôme online, que incluye dar tutoriales de belleza en el sitio web de la compañía. El mes pasado lanzó em, una línea de cosméticos, junto a L’Oréal.
Phan es cautelosa acerca de la importancia de los videos virales para promocionar su perfil. “No se puede predecir qué va a gustar. Es una lotería y depende del estado de ánimo del país y el momento. Conozco personas que hicieron un buen video y después nada. Hay que tener una gran biblioteca de contenido para generar dinero. Lleva dos años crear un canal de contenido”, explicó Phan.
Franchini está de acuerdo en que la creación de una base de datos es importante: “Nunca recurrí a lo viral. Construí todo poco a poco. Probablemente esa es la razón por la que aún sigo vigente y me va bien después de siete años, mientras que otros se esfumaron. Forjé una larga relación con la nación”, comentó.
La mejor parte de este tipo de trabajo según Day es que puede “hacer exactamente las cosas que amo, sin interferencias, y aprendí a confiar en mis instintos”. Sin embargo, el joven prospera en este nuevo mundo. “No se han establecido reglas para el contenido online. La diferencia con YouTube es que uno puede hacer todo solo y no depende de un ejecutivo de los medios que lo seleccione”, señaló Day
Las tres estrellas de YouTube están de acuerdo en que la clave para desarrollar una base de fans es ser genuino e interactuar con el público. “Muchos representantes de músicos tratan de crear una historia en la que su artista pasó años en YouTube tratando de desarrollar una base de fans pero no es verdad”, comentó Day. “Los jóvenes se dan cuenta cuando algo no es real”, agregó el músico.
Franchini subrayó la importancia de interactuar: “Oprah tiene 20,7 millones de seguidores en Twitter y rara vez logra más de 300 retweets o favoritos en sus tweets (más) populares, pero Tyler Oakley (un compañero estrella de YouTube) apenas supera el millón de seguidores y genera mucha más interacción. En broma le dije que tweeteara”. La gente es tan básica y lograría de 2.000 a 12.000 retweets en menos de un día. “Fue retweeteado 6.000 veces”, concluyó Franchini.
EL CRONISTA