El futuro de Ben Affleck, el gran ganador de la noche de los Oscar

El futuro de Ben Affleck, el gran ganador de la noche de los Oscar

Por Rodrigo González
Si hubiera sido una empresa, Ben Affleck habría quebrado en el 2001, cuando protagonizó Pearl Harbor, su segunda película con Michael Bay, el mismo que antes lo dirigió en Armagedón. Ambos filmes fueron fracasos implacables de críticas. Los dos costaron demasiado caros y se supone que, tal como ayer lo recordaba la revista Forbes, iban a ser los nuevos Titanic.
Pero no fue así. Aquellas superproducciones naufragaron y el promisorio actor que en 1998 se llevó el Oscar a Mejor Guión por En busca del destino debió enfrentar una larga carrera de obstáculos durante una década. Ahora, Ben Affleck se transformó en un accionista mayor en Hollywood cuando su filme Argo se llevó el Oscar a Mejor Película. Y de paso, desató la indignación iraní (ver recuadro).
Instalado ya como un director con futuro, el actor y director tiene varios proyectos. El más interesante es la adaptación de La danza de la muerte, de Stephen King. La historia se ambienta en un futuro apocalíptico, en un planeta Tierra devastado tras los efectos de un arma biológica. “Ha sido difícil adaptar esta novela. Es como una especie de El señor de los anillos en la América moderna. Nos habla de como nos reinventamos como sociedad”, afirmó en 2012 sobre este trabajo que aún sin fecha de rodaje.
Al mismo tiempo, Affleck prepara una versión de Live by night, la última novela de Dennis Lehane. El actor y realizador sabe que Lehane es un caballo ganador: en el año 2007 debutó exitosamente en la dirección al llevar al cine su novela Sucedió una noche.
A pesar de que nunca nadie se tomó demasiado en serio a Affleck como actor, aún hay tiempo para unas cuantas sorpresas. Es más, la próxima vez que los cines chilenos sepan de él será como protagonista de To the wonder, la esperada nueva cinta de Terrence Malick. Su estreno será en el primer semestre del 2013.

La batalla contra Lincoln
No fue una noche fácil. Ninguna película ganó por goleada, pero Argo luce en perspectiva como la vencedora. Sobre todo si se la compara con el resultado de Lincoln, que llegó con 12 nominaciones y logró dos Oscar (Mejor Actor y Dirección de Arte).
La batalla contra el filme de Steven Spielberg se había ido librando en realidad en las semanas previas. Un indicador de la fortaleza de Argo fueron los Globos de Oro, donde ganó Mejor Película y Director. De esa ceremonia en enero, Spielberg también se fue con las manos vacías.
Luego, Affleck logró ganarse el voto de sus pares (que son más o menos los mismos que participan en el Oscar) al triunfar en las distinciones del Directors Guild of America (DGA) y Writers Guild of Amercia (WGA). Una serie de funciones en salas de cine donde solían participar el director y el productor George Clooney terminaron por acercar el filme a la Academia. Lincoln, en cambio, apostaba a la fortaleza de su personaje y al nombre de Steven Spielberg en los créditos.

La política en alza
Desde el momento en que el premio a Mejor Película fue anunciado por Michelle Obama, quedaba claro que el Oscar más apetecido de la noche iba a ser para un filme con agenda política. Podría haber sido Lincoln o La noche más oscura. O, por supuesto, Argo, que recrea la operación de inteligencia de la CIA de 1979, cuando un grupo de agentes lograron sacar con vida a varios rehenes estadounidenses desde Irán.
A diferencia de la solemne Lincoln y de la sobria La noche más oscura, Argo tenía además humor. Quizás por eso ganó: por ser una celebración de la astucia americana. Igual de sagaz fue el productor Harvey Weinstein, que convenció a Michelle Obama para que entregara este galardón.
LA TERCERA