Una agenda para promover el crecimiento en EE.UU.

Una agenda para promover el crecimiento en EE.UU.

Estados Unidos ha afrontado en los últimos años un crecimiento anémico y la pérdida de competitividad de algunas industrias. ¿Qué pueden hacer el presidente Barack Obama y el Congreso para aumentar el crecimiento a largo plazo y la competitividad? ¿Pueden los sectores público y privado colaborar para fomentar el crecimiento?
El periodista David Wessel, de The Wall Street Journal, moderó un debate del grupo de trabajo sobre la generación de crecimiento económico en el que participaron Francisco D’Souza, presidente ejecutivo de Cognizant Technology Solutions, Jeffrey L. Bewkes, presidente de Time Warner y Robert A. McDonald, presidente de Procter & Gamble. A continuación, los fragmentos editados de la presentación de sus prioridades.
Francisco D’Souza: El consenso del grupo fue que no se había producido mucho debate acerca de los fundamentos de la competitividad y de cómo el gobierno y las empresas pueden trabajar juntos para avanzar en esta agenda. En particular, se conversó mucho en torno del papel de la pequeña empresa y lo que podemos hacer juntos -entre los sectores público y privado- para impulsar la competitividad de la pequeña empresa. Por ejemplo, el acceso a los mercados mundiales, que las pequeñas empresas tienden a tener de manera limitada, si es que lo tienen.
Es necesario que exista una mayor asociación público-privada en torno a la competitividad para que colaboren y puedan promover la competitividad estadounidense.
Jeffrey Bewkes: Pensamos que las políticas de crecimiento no funcionarán bien si no tenemos un camino fiscal sostenible. Si el crecimiento es bajo, entonces el camino fiscal parecerá menos sostenible. Y si el camino fiscal parece menos sostenible, causará una serie de problemas circulares en torno al crecimiento.
Si parece que el nivel general de la deuda va a seguir subiendo o no desciende, en algún momento tendremos que enfrentar una de varias alternativas o todas ellas a la vez. Tendremos mayores tasas de interés, tal vez dramáticamente más altas en algún punto, y eso ejercerá más presión sobre todo el sistema. Tendremos programas de ayuda social que serán socavados o cuestionados. Si uno tiene altos niveles de deuda, crecimiento bajo y una carga fiscal en aumento, entonces la pregunta es quién soporta esa carga. Si se trata de una importante carga fiscal debido al lento crecimiento, con el tiempo recaerá sobre los hombros de la clase media. Tenemos que trazar un camino fiscal que sea sostenible, con el fin de que las políticas de crecimiento funcionen.
Robert McDonald: Opinamos que la reforma de los impuestos a las empresas es una importante parte de la competitividad. En este momento EE.UU. tiene el sistema tributario menos competitivo del mundo y tenemos la tasa de impuestos a las empresas más alta. También tenemos un sistema mundial frente a un sistema territorial. Un sistema mundial significa que si uno gana dinero en el extranjero no se puede trasladar ese dinero de un país a otro o incluso repatriarlo a EE.UU. sin pagar la tasa más alta de impuestos estadounidenses, además de los impuestos que ya se han pagado. Hay un acuerdo de ambos partidos y de los poderes legislativo y ejecutivo de que hay que reducir los impuestos a las empresas. Para lograrlo tendremos que ampliar la base para que los menores impuestos no tengan un gran efecto sobre la recaudación fiscal.
D’Souza: Terminaremos con la reforma migratoria. Creemos que para ser competitivos uno tiene que contar con una fuerza laboral calificada y una oferta adecuada.
Hay claramente una brecha de habilidades en EE.UU., en particular en el grupo las áreas de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas. Además, nos encontramos en un punto en el que tenemos el mayor número de personas en la historia que han nacido fuera de EE.UU. pero residen en EE.UU. Hay aproximadamente 38 millones de personas que viven aquí pero que son oriundos de otros países.
Hay un verdadero problema humano en torno a la reunificación de la familia, acerca de las personas que viven en EE.UU. y quieren traer a sus familias. Y en ese sentido, sugerimos una reforma migratoria integral que incluya visas temporales para trabajadores calificados y permisos de residencia permanente para la gente que viene al país. Los estudiantes extranjeros que vienen a EE.UU. tienen problemas para quedarse. Los traemos, los educamos en algunas de las mejores universidades del mundo y luego los enviamos de vuelta a casa. Debemos ser capaces de mantenerlos aquí.
En cuanto a la gente que entró a EE.UU. sin documentos, hay que prestar atención a los asuntos que tienen que ver con proveer un camino para acceder a la ciudadanía y hacer frente a los hijos de quienes están aquí de manera ilegal con iniciativas como el proyecto de ley que brinda un camino a la ciudadanía y acceso a la universidad.
LA NACION