Consejos y tratamientos para superar la adicción al cigarrillo

Consejos y tratamientos para superar la adicción al cigarrillo

Por María Paula Bandera
Abandonar una adicción es difícil, pero más todavía cuando la sustancia es de venta libre y su consumo está socialmente aceptado. Es el caso de la nicotina, una de las sustancias más adictivas que existen, ya que “genera adicción en el 80% de los usuarios, mientras que la cocaína lo hace en el 22% y el alcohol en el 6%”, explica Alejandro Videla, coordinador de la Clínica de Tabaquismo del Hospital Austral. Por eso “la mayoría de los fumadores que también son adictos a otras sustancias, encuentran que es más difícil dejar de fumar que abandonar las otras drogas”, agrega.
En general, al tabaco se lo asocia con enfermedades pulmonares, pero en realidad es responsable de muchísimas otras afecciones. En la mujer afecta la fecundidad y aumenta el riesgo de sufrir embarazos ectópicos (es decir, que se dan fuera del útero), en el hombre disminuye la movilidad de los espermatozoides. Además, “el 30% de todos los cánceres son causados por el cigarrillo, claro que en el caso del cáncer de pulmón la cifra se eleva al 90%”, señala Salvador Más, director de Dejar de fumar.
De acuerdo a información distribuida por el Ministerio de Salud de la Nación, “se estima que la mitad de los fumadores muere de una enfermedad relacionada al consumo de tabaco y que viven entre 10 y 15 años menos que los no fumadores”.
Pensar que se está a salvo de engrosar las estadísticas por fumar sólo unos pocos cigarrillos por día es un error, acuerdan los especialistas. “No hay una cantidad segura de cigarrillos que se puedan fumar, incluso fumar poco es riesgoso para la salud”, explica el doctor Videla. La única diferencia entre un fumador que consume en forma esporádica y desde hace poco tiempo, y uno que tiene un vinculo de larga data con el tabaco es que “generalmente existe una relación entre la dificultad para abandonar el cigarrillo y los años como fumador. Por eso se recomienda dejar de fumar cuanto antes”, señala Más.
Aunque se lo suele calificar como “vicio”, el tabaquismo es una enfermedad, por eso para abandonarlo hace falta más que convicción. Para el doctor Más “no es conveniente hablar de fuerza de voluntad, ya que al hacerlo estaríamos avalando la idea de que el consumo de cigarrillos se basa en una decisión consciente y que por lo tanto puede abandonarse en cualquier momento”.
Los tratamientos actuales combinan ayuda psicológica y farmacología. “La terapia cognitiva conductual trata la adicción psicológica y la medicación ayuda a superar el síndrome de abstinencia físico de la nicotina”, aconseja Más. “Además, se prescribe ejercicio aeróbico y una dieta adecuada”.
En cuanto a los medicamentos, se indican “los que proveen nicotina de forma controlada (como parches o chicles), bupropion –un antidepresivo que combate los síntomas de abstinencia– y vareniclina, un medicamento que bloquea los receptores de la nicotina en el sistema nervioso”, explica Videla. En lo que respecta a los métodos alternativos como la acupuntura, la hipnosis y el láser, el especialista señala que “no hay evidencia científica sobre su efectividad”.
El fantasma de la recaída está siempre presente. Para evitarla Videla sugiere “no tener acceso a cigarrillos, encendedores y ceniceros y estar atento a las oportunidades sociales de encontrarse con fumadores”. Una sola pitadita puede “reiniciar el circuito de la adicción”, advierte. En la mayoría de los casos, recién a los dos años de haber dejado el cigarrillo “la pulsión por fumar prácticamente desaparece, y las recaídas no son tan frecuentes”, señala Más.
Claro que algunos fumadores pueden dejar el tabaco sin ayuda profesional, pero quienes “han fracasado en intentos previos o tienen indicadores de adicción física (fuman más de veinte cigarrillos por día o en los primeros 30 minutos después de despertarse) deben buscar un tratamiento intensivo”, aconseja Videla.
CLARÍN