Viaje a la tierra del buen sol y del buen vino

Viaje a la tierra del buen sol y del buen vino

Por Giorgio Benedetti
Desde comienzos del segundo milenio, y acompañando el panorama mundial, en la Argentina el enoturismo ha crecido significativamente. Lo particular es que esta evolución se dio en dos etapas bien delimitadas. La primera comenzó a partir del desarrollo exponencial que vivió (y continúa viviendo) la industria del vino, cuando gran parte de las bodegas se sumaron no sólo a abrir sus puertas al turismo, sino también a ofrecer diferentes alternativas para disfrutar de programas al aire libre, culturales, gastronómicos y hasta deportivos, junto a los viñedos y la Cordillera de los Andes.
La segunda fase de este proceso es la etapa actual, en la que las bodegas se enfocan en hacer premium sus servicios y ampliar la oferta a partir de propuestas que las diferencien de las demás. Además, en estos últimos años también fueron inaugurados, en las distintas rutas del vino del país, alojamientos y restaurantes de primer nivel, que enriquecen estas regiones para situarlas entre los mejores destinos turísticos de la Argentina. En este último período, el nuevo impulso del enoturismo comenzó también de la mano de las grandes inversiones realizadas para la reconversión de la vitivinicultura, no sólo en las tierras, sino también en la construcción de los establecimientos, que ya empezaban atener en cuenta espacios exclusivos para recibir a los visitantes. Así, otra de las disciplinas que fue revalorizada en la senda de Baco es la arquitectura. Al mando de los más prestigiosos estudios, las cons¬trucciones de las bodegas y sus servicios acompañan la majestuosidad del entorno natural en el que están inmersas.
Más allá de haber atravesado una leve caída durante 2009, después de una etapa de evolución constante entre 2004 y 2008, el último año el crecimiento fue muy pronunciado. Así, con este ritmo de desarrollo, todo indica que la tendencia continuará siendo positiva un largo tiempo, ya que cada vez más bodegas demues¬tran cuánto tienen para ofrecer a los amantes del vino y la naturaleza.
A continuación, algunos de los puntos imperdibles de la Ruta del Vino mendocina.

Maipú/Centro Restaurante López
No muy lejos de la capital provincial, en la localidad de Maipú, se levanta el restaurante de la Bodega López, una moderna infraestructura con grandes aberturas y terrazas que ofrece vista a la Cordillera, a la bodega y a los jardines de la Casona.AIIÍ, se ofrece un menú gour-met fijo o a la carta, acompañado de los clásicos vinos y espumantes de la casa. Las alternativas fijas son los dos menús de cuatro pasos que llevan el nombre de dos de sus líneas: Casona López y Rincón Famoso. Este salón también puede ser utilizado para realizar eventos empre-sariales, sociales y cenas privadas en un ambiente cálido y confortable, con una capacidad para 80 perso¬nas sentadas. El restaurante de esta bodega centenaria abre sus puertas de lunes a sábados únicamente al mediodía.Antes o después de la comida se impone una visita a las instalaciones de la bodega.
Siete Cocinas
Ya en la ciudad de Mendoza, el restaurante Siete Cocinas es una buena alternativa para degustar platos ricos y genuinos de la provincia, que no dejan de lado lasofisticación.Como su nombre lo indica, este nuevo local ofrece preparaciones de las siete regiones gastronómicas argentinas, interpretadas de una manera simple por el gran chef Pablo del Río. Con capacidad para 70 comensales, el elegante salón con cocina a la vista se completa con una cava para 10 personas y una barra con una original carta de tragos. El menú de pasos, que vana mes a mes, se compone de cinco etapas: Metropolitana/Man Litoral, Pampa/Cuyo, Patagonia y NOA. Su esencia se basa en tres ideas fundamentales; producto regional, técnica autóctona y receta.

Lujan de Cuyo
Finca Adalgisa

A sólo 20 minutos del centro de la ciudad de Mendoza y cerca de Chacras de Coria, esta típica casona men-docina de principios del siglo XX fue convertida en hotel bout/que una década atrás y remodelada para mejorar su servicio año tras año. La Finca,que ya se convirtió en un clásico del turismo enológico, cuenta con 11 habitaciones con vista a la viña y árboles frutales que ocupan más de la mitad de su superficie, aproximadamente dos hectáreas. Además de visitar la bodega y participar de clases de cocina, por las noches es muy acertado disfrutar del vino Finca Adalgisay de unas tapas en la acogedora sala de degustación, situada dentro de la pequeña bodega.
Bistró Chandon
El restaurante de la bodega Chandon se alza en los parques del predio de su champanera en Agrelo. Este proyecto comenzó a raíz de las repercusiones positivas que tuvieron los maridajes que elaboraban para los turistas, por lo que en la bodega decidieron redecorar el antiguo espacio de degustación, poner mesas y armar un menú. Más que un restaurante, la idea es que los visitantes degusten los espumantes a partir de acuerdos pensados para que sobresalgan las cualidades de cada una de las etiquetas.Tanto es así, que el propio chef es quien se acerca a las mesas para explicar a los comensales cómo fueron pensados los maridajes y qué se busca resaltar de cada uno de ellos. Lo más interesante de este espacio es que ofrece comer con esa bebida. Es recomendable pedir el menú degustación, que se compone de seis platos acompañados con cuatro espumantes distintos. Además, ofrecen otras actividades, como clases de maridaje, concurso de corte (degustación guiada, de vinos bases de espumantes y armado de cortes) y Chandon Night, eventos para grupos de más de 50 personas, en los que el DJ y la barra de tragos a base de burbujas son los protagonistas del lugar.

Valle de Uco Tupungato Divino
En el corazón del Valle de Uco, entre muchas de las bodegas más famosas del país, se sitúaTupungato Divi¬no, un nuevo bdge y restaurante de neto perfil rural que se alza entre cinco hectáreas de viñedos y montañas. Las habitaciones son amplias y confortables, con grandes ventanales que permiten apreciar la vista hacia la majestuosa Cordillera de los Andes. En el restaurante, todos los mediodías, la chef Martita Abraham no sólo prepara los platos de estación, sino que complementa la atención de los comensales sirviendo y explicando cada uno de ellos. Un dato a tener en cuenta a la hora de elegir la comida es que los vegetales que allí se sirven provienen de una huerta propia, lo que garantiza su calidad y frescura. Además, cuenta con una amplia carta de vinos elaborados en bodegas y terruños de la zona.

Rincón Atamisque
Conocida como”la bodega con el techo de piedra” (por las lajas sanjuaninas elegidas por los reconocidos arquitectos Bórmida &Yanzón), Atamisque está inmersa en un complejo repleto de frondosos bosques de cerezos, nogales y lagos artificiales, con el sello inconfundible del paisajista Carlos Thays. Además, posee un terreno con grandes desniveles y, en lo más alto, se puede apreciar un criadero de truchas, que luegao se disfrutarán en su restaurante, Rincón Atamisque. El salón es muy cálido y el menú es a la carta, con tres opciones fijas por día y cinco platos distintos a base de trucha, especialmente maridados con los vinos de la bodega. Sin lugar a dudas es uno de los destinos más lujosos de Tupungato.

Posada Salentein
Emplazada en Finca La Pampa e integrada por las casas de campo Los Sarmientos y Los Zarcillos, se levanta esta posada en medio de un paradisíaco entorno agres¬te. Cuenta con sólo ocho habitaciones y un restauran¬te separado de ambas edificaciones y calefaccionado con un hogar a leñaAllí, el equipo de jóvenes chefs aga¬saja a los huéspedes con platos locales presentados de forma gourmel Las carnes vacunas, porcinas, ovinas y caprinas, cocinadas en el horno de barro, a la parrilla y al asador, así como los panes caseros, son algunos de los imperdibles del lugar Los platos se disfrutan en un rústico comedor con vista hacia los viñedos de Mer-lot y Pinot Noir. Si el clima acompaña,también es posi¬ble almorzar junto a la pileta, otra muy buena opción para disfrutar del sol y contemplar el paisaje. Cerca de allí, es ineludible visitar centro cultural Killka, per-teneciente al grupo Salentein. Se trata de un comple-jo artístico y gastronómico que integra dos salas de arte con obras nacionales e internacionales, un audi-torio, un restaurante y un wine shop. Un clásico y pio-nero del enoturismo argentino.
Urban
La bodega O. Fournier, situada en la localidad de La Consulta, también se destaca por su restaurante, recien¬temente distinguido por la publicación Wine Access como uno de los 20 mejores restos en bodega del mundo. Urban se encuentra dentro del Centro deTurismo diseñado por el estudio Bórmida &Yanzón, que también contiene una sala de cata subterránea y la cava privada de la bodega.Allí, la estructura de cubículo acristalado sobre un espejo de agua y la decoración mini-

malista convierten a la Cordillera de los Andes en única protagonista junto con los platos. La carta crea¬da por la chef Nadia Harón ofrece delicias en las que se ensamblan la cocina argentina y la española. Además, Urban cuenta con dos salas para reuniones o almuerzos privados. Asimismo, los días cálidos es posible almorzar en el deck a orillas del lago disfru¬tando de un paisaje verdaderamente inolvidable.
La Tupiña Bistró
En la bellísima localidad de Gualtallary, Lucas Bustos -uno de los chefs más prestigiosos de la región- se encuentra al frente de los fuegos del restaurante que eligen los bodegueros para recuperar energías des¬pués de un largo día en la finca. La premisa de este bistró es que los platos sean elaborados con productos regionales, siempre respetando las recetas mendocinas tradicionales. Además,todos los vegetales empleados en las preparaciones provienen de una huerta propia. Los imperdibles de LaTupiña son las empanadas, el chivito a la cacerola, los huevos quimbos, la ambrosía y todos los platos elaborados en el horno de barro. Es, sin dudas, uno de los restaurantes rurales más destacados y agradables de todo el Valle de Uco.

EL CRONISTA