El Cooperativismo que viene

El Cooperativismo que viene

Por Carlos Felice, 1995
¿Cómo logra el cooperativismo su inserción en esta economía altamente competitiva? Entiendo urgente “aggiornar” al cooperativismo, adecuar la cooperativa replanteando el manejo global de los recursos, planificando las características más salientes de la nueva empresa, fijando prioridades y otros aspectos importantes de la gestión, tratando prospectivamente de anticipar o, al menos percibir, los cambios.
No se trata de modificar la idiosincrasia cooperativa, pero existen nuevos objetivos y nuevas reglas de juego que condicionan esa idiosincrasia. Así, actuando en consonancia con esta insoslayable realidad, y con la experiencia cotidiana de cooperativas que cumpliendo sus fines y dirigidas como verdaderas empresas compiten eficazmente con potentes empresas (incluso multinacionales), el cooperativismo debe insertarse con su forma propia, al menos, al nivel de escala PYMES y lograr -sustentándose en los principios rochdaleanos que la fundamentan ideológicamente- aumentar esa competitividad, con lo que son las ventajas comparativas del sistema (ausencia de presión por el lucro; democracia interna, espíritu solidario), perfeccionando la asignación de RECURSOS.
El mercado es un escenario dinámico en lo relativo a métodos de producción, industrialización y comercialización; el conocimiento, la innovación tecnológica, la información y el atrevimiento a cambiar se convirtieron en exigencias y pautas concretas. En este contexto, el Estado tiene misiones trascendentes creando las condiciones y el marco para el desenvolvimiento exitoso de las empresas sociales competentes.
En lo que específicamente atañe a lo cooperativo: asistencia técnica, a través de unidades de evaluación y seguimiento de proyectos crediticios, permitiendo accesibilidad al crédito internacional y una adecuada utilización de los fondos provenientes de la ley de Promoción y Educación Cooperativa; de información respecto a las tendencias y demandas del mercado, de orientación, respecto de los cambios acaecidos en los modos de producción; de Integración, a efectos de solidarizar los recursos sociales en una región en la búsqueda de una economía de escala que permita expandirse en la actividad, baje costos a través de una eficiente planificación y gestión, e incentive crecimiento y calidad. O simplemente integración para competir, conformando una cooperativa de segundo grado, que al aumentar el volumen de ventas, vuelva a beneficiarse de las rentas de dimensión.
A lo largo de la historia el cooperativismo ha sido una extraordinaria herramienta de desarrollo social y económico y estoy convencido de que lo seguirá siendo aún más en las próximas décadas.