Velocista se hace… ¿y se nace?

Velocista se hace… ¿y se nace?

 

Por Xavier Prieto Astigarraga

Algo introvertido, Christophe Lemaitre era en 2005 un típico adolescente francés aficionado al fútbol y al rugby. Hincha de Olympique de Marsella, tenía 15 años y apenas si poseía noción de la existencia del atletismo; de hecho, dos años antes casi ni se había enterado del Mundial que se celebraba en la capital de su país. Ahora, a sus 20, ya es el velocista de raza blanca más rápido de la historia.

El joven de Annecy asombró con sus 9s98 100 en la final de 100 metros del campeonato nacional de Francia, a fines de julio pasado, en Valence. Nunca un blanco había corrido tan velozmente… pero fue apenas el 73er atleta en tardar menos de 10 segundos para el hectómetro. Otros 72 lo habían hecho, y 71 de ellos… de raza negra.

El muy buen tiempo de Lemaitre había sido superado ya por Jim Hines casi 42 años antes, en México 1968, cuando el estadounidense marcó 9s95

100. Hines fue entonces el primero en quebrar la decena de segundos, en una final olímpica particular: la de los únicos Juegos celebrados en la América latina, y la primera sin participantes blancos en la historia. El muy buen tiempo de Lemaitre, además, queda lejos del excelente de Usain Bolt de 2009: récord mundial de 9s58/100. Cuatro décimas de diferencia. Un abismo en 100 metros en ese nivel.

Como Hines, y como los otros seis plusmarquistas del hectómetro desde que se usa cronómetro electrónico (1968), Bolt es negro. La pregunta, entonces, parece responderse sola: ¿es la raza negra superior a la blanca en esta especialidad? La evidencia sugiere que sí. Pero… “No tan rápido”, advierte, paradójicamente, una parte de la ciencia. Y también, una porción del ambiente del atletismo.

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