Algoritmos: no se ven pero están en casi todos lados

Algoritmos: no se ven pero están en casi todos lados

Por Daniel Yankelevich
Los algoritmos aparecen en todos lados. Son los que deciden si nos dan o no un crédito, los que manejan las reservas de aviones, los que filtran contenido en Facebook, los que eliminan pornografía en YouTube, entre otras cosas.
Pero… ¿qué son los algoritmos? Son reglas bien definidas para hacer algo. Supongamos que tenemos que explicarle a alguien con muchísimo detalle cómo hacer una tarea, partiendo de instrucciones muy sencillas. Eso es un algoritmo. El ejemplo más intuitivo es una receta de cocina.

¿Por qué, entonces, los algoritmos cobran ahora tanta fama? En gran medida, por su inserción en la toma de decisiones que usualmente hacían personas. Antes era un señor en un banco quien nos miraba y decidía si éramos dignos de un crédito. Hoy, un algoritmo, con instrucciones precisas y basados en datos, es quien decide. La combinación de computadoras más poderosas, algoritmos más ingeniosos y sobre todo la abundancia exagerada de datos, posibilitan el uso de las computadoras (que por sí solas no hacen nada, tienen que estar equipadas con estos algoritmos que les expliquen qué hacer) para ejecutar tareas que hasta hace pocos años se consideraban demasiado difíciles: traducir textos, reconocer imágenes, conducir un auto.
En cierta medida, esto también es posible gracias a la aparición de una nueva generación de algoritmos que no requieren que se les indique al detalle de las operaciones o reglas: aprenden solos a partir de ejemplos. Esos también son algoritmos, muchas veces llamados “aprendizaje automático” o “inteligencia artificial”.
¿Podrán algún día los algoritmos predecir el comportamiento humano? De algún modo ya lo están haciendo. Busco un pasaje para Mar del Plata y un algoritmo se da cuenta de que me tiene que ofrecer hotel en Mar del Plata. Eso es un algoritmo que predice que si voy a tomar un avión, después voy a buscar hotel. Hay algoritmos que predicen comportamientos de multitudes para decidir cuánto efectivo poner en cada cajero automático. Otros detectan bullying en redes. Algunos empiezan a reconocer “personas confiables” en base a su comportamiento en las redes. No se extrañe si en unos años un algoritmo de su auto le dice que no le va a permitir manejar porque lo ve demasiado nervioso y eso aumenta las posibilidades de un choque.
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